El triunfo Evo Morales
23/10/2014
Las elecciones generales en Bolivia dieron un nuevo triunfo al MAS de Evo Morales que consiguió la reelección con el 61% de los votos mientras que el empresario opositor Doria Medina obtuvo el 25% y el neoliberal “Tuto” Quiroga un 10%. Mucho más atrás quedaron Juan del Granado del Movimiento Sin Miedo, de centro izquierda con un 2,7% y finalmente el Fernando Vargas del Partido Verde con 2,6%. Todavía se esperan los resultados a la Asamblea Legislativa porque deber repetirse la votación en algunas zonas rurales.
Las elecciones generales en Bolivia dieron un nuevo triunfo al MAS de Evo Morales que consiguió la reelección con el 61% de los votos mientras que el empresario opositor Doria Medina obtuvo el 25% y el neoliberal “Tuto” Quiroga un 10%. Mucho más atrás quedaron Juan del Granado del Movimiento Sin Miedo, de centro izquierda con un 2,7% y finalmente el Fernando Vargas del Partido Verde con 2,6%. Todavía se esperan los resultados a la Asamblea Legislativa porque deber repetirse la votación en algunas zonas rurales.
Había 6,3 millones de habilitados para votar y se disputaban los cargos de presidente, vice, diputados y senadores. El MAS se impuso con amplitud indiscutible más allá de las críticas al Tribunal Supremo Electoral y al proceso de escrutinio y conteo de votos opositores. Ganó en 8 de los nueve departamentos (provincias), entre ellos en el emblemático Santa Cruz, cabeza de la Media Luna (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija) que fuera bastión de la derecha destituyente en los años “calientes” de 2008 y 2009.
Este triunfo del oficialismo en Bolivia se da en el marco del retroceso del “progresismo” latinoamericano. Dilma Rousseff en Brasil o el Frente Amplio uruguayo aún no tienen asegurada su continuidad en el poder. El chavismo en Venezuela enfrenta una aguda crisis económica y el kirchenrismo en Argentina se prepara a ceder el poder lo más ordenadamente posible en 2015.
Las bases del apoyo al MAS
¿Cuáles son, entonces, los factores que explican el triunfo de Morales en Bolivia? En primer lugar, un importante crecimiento económico desde 2005 en torno al 5% anual basado en las altas exportaciones de hidrocarburos y minería que le permiten al gobierno mantener la política de asistencia social y obras públicas. Importantes ramas de la economía como la construcción exhiben crecimientos de hasta el 10% y el producto global que genera la economía nacional dividido por la cantidad de habitantes (PBI per cápita) se triplicó en la última década.
El gobierno del MAS es expresión distorsionada de los levantamientos que se vieron en el país desde la Guerra del Agua del año 2000, pasando por el levantamiento de 2003 que derrocó a Sánchez de Lozada, hasta las movilizaciones de 2005 que tiraron al gobierno provisional de Mesa y obligaron a adelantar las elecciones. Por eso debió promover cambios en el régimen político así como en la renegociación de los términos de la subordinación al imperialismo, buscando pasivizar al movimiento de masas e iniciar la reconstrucción de un orden de dominio burgués.
Se impuso el actual Estado Plurinacional como una nueva forma del régimen político garante de la gran propiedad privada y el estado semicolonial, buscando integrar a las 36 naciones indígenas en la estructura del poder central. En palabras del propio vicepresidente y uno de los principales intelectuales al servicio del MAS, Álvaro García Linera, se busca pasar del "estado aparente" al Estado integral, que tendría el mérito de permitir el ingreso de Bolivia a la modernidad desde su particularidad nacional. Al mismo tiempo, se llevó adelante un proceso publicitado como de nacionalizaciones en sectores clave como los hidrocarburos, donde en verdad no hubo expropiaciones ni se echó a las trasnacionales sino que se renegociaron los contratos leoninos de los ’90 y el Estado recuperó cierto control sobre las empresas. Estas reformas en el Estado y la Constitución, así como las mencionadas medidas económicas, le devengaron al gobierno el apoyo de amplios sectores de masas.
Se refuerzan las alianzas por derecha
También hay que sumar la extrema debilidad y desprestigio de los principales referentes de la derecha reaccionaria ligados a casos de corrupción e intentos de desestabilización más o menos violentos, como Medina o Quiroga. De la misma manera, colaboró la inexistencia de una alternativa por izquierda al MAS, ya que este partido trabajó arduamente para impedir que fructifique el intento de los mineros de Huanuni y otros sectores de poner en pie el Instrumento Político de los Trabajadores (IPT).
Pero el principal factor que le permitió la victoria al MAS fueron las alianzas, fundamentalmente por derecha, que logró concertar con sectores reaccionarios como Percy Fernández, el alcalde Santa Cruz, y hasta figurones de ADN, el partido del difunto dictador Hugo Banzer. En Potosí, pactó con René Joaquino de Alianza Social, político tradicional de los ’90 y actual intendente de la ciudad. En Chuquisaca, Milton Baron, quien fuera férreo enemigo y represor de la Asamblea Constituyente, ahora encabezó la lista del MAS en el departamento. También ha recooptado a dirigentes sindicales o regionales que se habían alejado cuestionando la falta de respuesta a demandas populares, como Abel Mamani de El Alto.
Evo no obtuvo un “cheque en blanco”
Mediante este triunfo, Morales se propone relegitimar la gestión de gobierno y fortalecer la capacidad de arbitrar entre los distintos sectores sociales y fuerzas políticas manteniendo así la “paz social” y la “estabilidad política”. Sin embargo, esto no implica que las masas le hayan dado un “cheque en blanco”. En los últimos años distintos procesos de lucha han cruzado la política boliviana, como el movimiento contra la destrucción del territorio indígena TIPNIS para beneficio de las trasnacionales o los distintos conflictos obreros que en el caso de los mineros estuvo acompañado por la lucha por poner en pié un Instrumento Político de Trabajadores (IPT).
Si bien estos movimientos han retrocedido, mostraron que será muy difícil descargar ajustes contra los trabajadores frente a los golpes del fuerte debilitamiento económico que está afectando aunque con desigualdades, a toda la región. Evo y el MAS se preparan para un nuevo período del “proceso de cambios” en el marco del “capitalismo andino” basado en el consenso con los grandes empresarios, el agrobusiness y las multinacionales extranjeras que explotan a los trabajadores, mantienen la precarización laboral y los bajos salarios, expolian los recursos del país y contaminan el territorio.
Frente a un escenario de estas características se muestra necesario avanzar en la construcción de una alternativa política propia de la clase obrera boliviana y de los sectores populares, así como recuperar los sindicatos y la Central Obrera Boliviana para la lucha y defensa de los intereses de los trabajadores y demás sectores oprimidos de la sociedad