Editorial | La Verdad Obrera N° 529
Ellos se dividen, pero todos están con los empresarios y los burócratas sindicales
04/07/2013
La presentación de Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires concretó la división del peronismo. El kirchnerismo se desgrana con el paso de varios intendentes del conurbano al Frente Renovador. Lo primordial en el escenario político es la debilidad del gobierno que aún debe instalar a Martín Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora, su candidato para la provincia de Buenos Aires. El elegido es casi igual a Massa. Los dos vienen del aparato duhaldista y militaron en la UCEDE, el partido de Cavallo y Alsogaray. Aunque se echen culpas entre sí, son co-responsables de la enorme desigualdad del Gran Buenos Aires, donde conviven villas con lujosos barrios privados en los que residen empresarios y funcionarios como ellos. Mientras, cerca del 30% de las viviendas no tiene agua potable, más del 50% no tiene cloacas y más del 30% carece de gas natural. Millones no acceden a servicios elementales.
Insaurralde fue muy aplaudido en el lanzamiento de campaña del Frente Para la Victoria. Cristina, secundada por los gobernadores, intendentes y burócratas sindicales que supieron estar con Menem y Duhalde, afirmó el perfil del peronismo K con un discurso de centroizquierda. “Vamos a estar siempre del lado de los trabajadores”, dijo, para definir que son “los únicos que garantizan la inclusión, la vivienda, la jubilación, el salario”. Una mentira, en Argentina el 35% trabaja en negro, el 53% sufre alguna forma de precarización laboral, los que están en blanco pagan ganancias como si fueran empresarios y millones de jubilados cobran la mínima de $2.040. Las patronales, agradecidas.
Por si faltaba demostrar de qué lado está el gobierno, el ministro Randazzo aprovechó el paro de trenes llamado por los burócratas de la Fraternidad (totalmente inconsulto y sin aviso a los usuarios) para atacar a los ferroviarios. Los trató de “extorsionadores” y “privilegiados” y anunció que denunciará al gremio de los maquinistas amparado en el artículo 194 del Código Penal que prevé mayores penas contra la protesta social. Desde el PTS denunciamos que esta dureza viene de quien no sólo cobra una dieta millonaria sino que es uno de los responsables de las masacres producidas por la desidia criminal de empresarios y funcionarios. Esta misma semana los medios oficialistas difundieron un video editado de forma tal que incrimina directamente al motorman por el choque de trenes de Castelar. La escandalosa instalación de cámaras de seguridad en las cabinas de los maquinistas busca naturalizar que los culpables de los crímenes sociales en el ferrocarril son los trabajadores.
La burocracia busca su lugar en el mundo
La división del peronismo ahonda la crisis de la burocracia con el gobierno. Antonio Caló, jefe de la CGT oficialista, declaró que “hay que saber votar”, generando sospechas sobre su lealtad a la presidenta y, como si fuera poco, se abrazó con Moyano. Recordemos que el gobierno impulsó la unidad entre la UOM, los independientes (UPCN y UOCRA), los que rompieron con el moyanismo (como Omar Viviani de Taxistas) y los “gordos”. El objetivo era debilitar a Moyano que había pasado a la oposición. Hoy esa alianza está en proceso de ruptura con el gobierno hacia las distintas expresiones de la derecha peronista. Los “gordos”, que reúnen a gremios importantes con miles de afiliados, ubicaron a Héctor Daer de Sanidad en las listas de Massa. Y hasta la ultraoficialista CTA de Yasky sufrió una fractura. Fabián Alessandrini de ATE va con el Frente Renovador. Mientras, crecen los rumores de que el referente de esta Central, Roberto Baradel de SUTEBA, fogoneó el apoyo a Massa.
Para el kirchnerismo esto es pura pérdida. Aunque metieron a Oscar Romero de SMATA en las listas del FPV, no tienen corriente sindical propia, algo indispensable para controlar a los trabajadores, mucho más cuando se acabó el “nunca menos”.
El cuadro de división de la burocracia se completa porque la unidad de la CGT opositora tampoco pudo verse en el plano electoral. Moyano ubicó al canillita Plaini con De Narváez, pero su aliado el “Momo” Venegas, prefirió ir solo con su partido Unión con Fe.
La izquierda con los trabajadores
La división del peronismo y la crisis de su burocracia sindical así como la debilidad del gobierno tienen gran importancia para la izquierda clasista. Sus fisuras son una oportunidad para que se cuele la lucha de los trabajadores. Como ya vimos todavía en peleas aisladas como la gran acción obrera de Lear ante el intento de echar a los activistas, contra los intentos de fraude de la burocracia en PepsiCo o el paro de gráficos en AGR por aumento salarial y otros reclamos. Y como vemos ahora en las luchas en curso, como en la metalúrgica Liliana contra los despidos o en Kraft en defensa de los contratados.
Para la izquierda clasista se trata de aprovechar esta situación para construir una gran fuerza que pueda influir decisivamente en los futuros actos de la lucha de clases. El encuentro obrero de la zona norte del Gran Buenos Aires el 29 de junio fue un alentador paso adelante en este sentido. Fue convocado por la Comisión Interna de Kraft en defensa de los contratados de esta fábrica, contra las persecuciones y para apoyar todas las luchas. Llamado sólo con una semana de anticipación es sintomático que haya reunido más de 350 trabajadores, con la asistencia central garantizada por las internas combativas, además de la presencia de las corrientes de izquierda. Las intervenciones de trabajadores de base y de los delegados mostraron que crece la bronca contra los burócratas impresentables y es grande la voluntad de apoyarse mutuamente y comenzar un camino de coordinación.
En otro terreno también se destaca el Encuentro Nacional del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH) realizado el mismo 29 en Córdoba. Abogados, estudiantes de derecho, trabajadores combativos y personalidades de derechos humanos resolvieron apoyar la lucha de los compañeros de VW Córdoba por la reincorporación de los despedidos y contra el fraude, impulsar una campaña por la absolución de los procesados en la “megacausa” de la Panamericana y los petroleros juzgados en Las Heras y contra la criminalización de la protesta.
La pelea por construir una izquierda en la clase trabajadora, en la juventud, en los movimientos de mujeres y de derechos humanos también la estamos dando en las elecciones. La campaña del Frente de Izquierda tiene presencia en todo el país. Nos proponemos superar las PASO en agosto y salir fortalecidos para conquistar diputados en octubre. La bandera de la independencia de clase es para combatir no sólo a todas las variantes del peronismo sino también a esa “nueva Alianza” donde conviven desde el sojero Binner, los radicales, Elisa Carrió, un hombre de la Banca Morgan como Prat Gay, Pino Solanas y Libres del Sur. Desde el FIT utilizaremos la tribuna electoral para levantar un programa contra la conciliación de clases del peronismo y su burocracia sindical, contra todas las variantes patronales, para que crezca la organización de una nueva militancia clasista en fábricas, escuelas y universidades.
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