Nueva provocación imperialista
Fuera ingleses de Malvinas
14/10/2010
El último fin de semana estalló una nueva y fuerte controversia entre los gobiernos argentino y británico. Desde la base militar inglesa en Malvinas, dieron a las autoridades nacionales un alerta sobre ejercicios militares, que incluirían el lanzamiento de misiles tierra-agua, en las costas malvinenses. El hecho es completamente violatorio de las propias "normas internacionales" sobre territorios en disputa, pero sobre todo, es una provocación (además de un reforzamiento de la presencia militar en Malvinas) para dejar en claro quién gobierna en las islas y sus mares circundantes.
Expoliación imperialista
No por casualidad el hecho ocurre junto al intento de lanzar el negocio petrolero a gran escala en la zona. Aunque aún no está probado que haya cantidades suficientes para la comercialización, ya se han licitado amplios sectores de las costas a varias petroleras, en su mayoría inglesas; en febrero comenzó a hacer perforaciones la plataforma submarina alquilada por la Falkland Oil & Gas junto a la australiana BHP Billinton (la minera más grande del mundo); y está en construcción un puerto especialmente diseñado para la exportación petrolera. A la depredación pesquera que realizan impunemente desde hace décadas (la actividad más rentable de la zona), ahora se trata de sumar la apropiación lisa y llana del petróleo para negocio de sus monopolios.
La respuesta de los K: ¿combatiendo a los Piratas?
El gobierno de Cristina respondió a la nueva afrenta en duros términos llegando a calificar (con mucha razón) de “piratas” a los ingleses. Sin embargo, tras los duros discursos, como medida concreta el gobierno “nacional y popular”, sólo hizo… una queja formal ante la ONU. Salta a la vista la diferencia de discurso con el neoliberalismo menemista que imponía “relaciones carnales” con los piratas y el Tio Sam. Pero los K dejan la “defensa de la soberanía nacional” en manos de la ONU que, como ha hecho desde la Guerra de 1982, terminará siendo funcional a los intereses imperialistas exceptuando, quizás, alguna declaración completamente formal.
El imperialismo y sus monopolios expolian las riquezas nacionales con total impunidad y encima realizan provocaciones militares abierta y descaradamente. ¿Por qué semejante impotencia? ¿Es que no se puede enfrentar al imperialismo y sólo queda esperar resoluciones favorables en los “organismos internacionales”? La derrota durante la Guerra de Malvinas en 1982, colaboró en crear esta falsa idea. La aventura militar del dictador Galtieri en verdad nunca tuvo el objetivo de enfrentar al imperialismo, sino el de desviar la atención de las masas y relegitimar al odiado gobierno de facto. Por eso el régimen genocida no tocó ningún interés económico durante el conflicto bélico y confió en que EE.UU. lo apoyaría por haber eliminado físicamente a gran parte de la vanguardia obrera y popular.
Negocios son negocios
Pero aún más grave que la expoliación en las Malvinas, son los grandes negocios que Gran Bretaña tiene en Argentina a través de sus monopolios, en los más variados rubros: la alimentación (Cadbury, Unilever), la banca (HSBC, Standar Bank, Barclays), minería (La Alumbrera), hidrocarburos (Shell, Metro Gas –en asociación con Repsol), y en otros muy variados rubros (Nobleza Picardo, Hotel Hilton, OCA, entre otras).
¿Por qué no se afectan los intereses económicos del imperialismo inglés y sus monopolios en el país?
Lejos de enfrentar seriamente al imperialismo británico, el kirchnerismo respeta a rajatabla todos sus negocios y propiedades e incluso los acrecienta. Así, por ejemplo en 2007 se le otorgó por 40 años a British Petroleum (la responsable del desastre ecológico en el Golfo de México), a través de su controlada Panamerican Energy, la explotación de Cerro Dragón (Chubut y Santa Cruz), sin siquiera llamar a licitación y recibiendo apenas 12% de regalías. A principios de 2010 el citado Barclays fue uno de los grandes beneficiarios del canje de deuda diseñado por Amadeo Boudou.
¡Fuera ingleses de Malvinas! ¡Fuera yanquis de América latina!
Por otra parte, durante la actual administración y previamente con Nestor K, se han mantenido plenamente vigentes los ominosos Acuerdos de Madrid y la Ley de inversiones británicas que luego de la guerra y con el territorio ocupado garantizan a la potencia imperialista todos los derechos comerciales y la seguridad de sus propiedades en el país. De la misma manera se mantiene el status de Argentina como “aliado extra OTAN” de los EE.UU. desde 1997. ¿Por qué no se anulan esos pactos y acuerdos leoninos del menemismo si en verdad se pretende recuperar y defender la “soberanía nacional”? Es que su carácter de clase ata irremediablemente a los Kirchner al imperialismo, en este caso inglés, y su única “soberanía” es la del buen desarrollo de los negocios capitalistas.
Sólo los trabajadores y el pueblo pueden enfrentar consecuentemente al imperialismo, paralizando la producción de sus empresas monopólicas y afectando decididamente sus intereses económicos, nacionalizando sus capitales, dejando de pagar la fraudulenta deuda externa y anulando todos los pactos y acuerdos que subyugan al país. Esta lucha debe ser vista como parte de la lucha de toda la clase obrera, campesina y popular por expulsar al imperialismo del conjunto de América latina.