¡Fuera la OTAN y el imperialismo español de Afganistán!
16/01/2013
Por Josefina Martínez
La muerte del sargento español David Fernandez Ureña en Afganistán el pasado viernes 11 de enero generó una reacción unánime de la mayoría de las fuerzas políticas y medios de comunicación, reivindicando el papel de las tropas españolas en Afganistán como parte de la misión de la OTAN. En estos mismos días el Ejército francés bombardea Mali, mostrando su carácter imperialista y reaccionario, bajo el mando de Hollande. En una visita relámpago a Madrid por parte del secretario de Defensa de EEUU, éste le pidió al ministro de Defensa español, Morenés, que continúe la presencia de tropas españolas en Afganistán después del 2014 y el apoyo para la intervención francesa en Mali (Europapress, 14/01/2013).
Hace tan sólo unas semanas atrás Rajoy visitaba por primera vez a las tropas asignadas en Afganistán, el día que se cumplía un año de la formación de su gobierno, el 22 de diciembre. Rajoy planteó entonces que los militares españoles eran un “ejemplo para toda la sociedad”. Al mismo tiempo aseguró al presidente afgano, Hamid Karzai, que después del 2014 continuará la presencia militar española en Afganistán. Es que en esa fecha está programada la finalización de la misión de la fuerza de combate de la OTAN en Afganistán, que España comparte con otros 50 países bajo liderazgo de EEUU desde hace 11 años. En este momento las tropas imperialistas en Afganistán suman aproximadamente 100.000 hombres, de los cuales unos 1.500 corresponden al Ejército español.
Todos, la Monarquía, el Gobierno del PP y el PSOE quieren presentar el papel de las tropas españolas en Afganistán como un ejemplo de “responsabilidad internacional” y de lucha por la “paz” y la “seguridad nacional en la guerra contra el terrorismo”. Quieren generar un clima de “orgullo y unidad nacional” que contrarreste la creciente conflictividad social frente a la crisis. Pero el rol del Ejército español en Afganistán sólo puede ser repudiado por los trabajadores, las organizaciones democráticas y de izquierda del Estado español. Es un Ejército de ocupación imperialista que invadió Afganistán, bajo dirección de la OTAN y EEUU. Desde entonces decenas de miles de civiles afganos han muerto bajo los ataques de las tropas de la OTAN. La filtración de miles de papeles secretos por Wikileaks permitió documentar sobre las torturas y asesinatos a sangre fría y se han denunciado masacres de mujeres y niños realizadas por soldados de la OTAN.
La ocupación de Afganistán junto con la guerra de Irak, fueron parte de la estrategia norteamericana de frenar la declinación de su hegemonía imperialista e intentar recomponer su poder imperial. Estas acciones fueron realizadas bajo el discurso reaccionario de la lucha contra el “eje del mal” que inauguró Bush y fue continuado en lo fundamental por Obama. El imperialismo español se sumó a la invasión imperialista sobre Irak y Afganistán, primero con Aznar y luego con Zapatero. Éste no sólo no retiró las tropas de Afganistán, sino que incrementó su presencia, llegando a ser de más de 1500 los militares en ese país hasta el día de hoy.
Tan solo en el año 2012 el costo de mantener las tropas españolas en Afganistán ha sido de 442,6 millones de euros, sumados a otros 5,3 millones en cooperación. Desde enero de 2002 los gastos del Estado español en Afganistán suman 2.933 millones, llegando a 3.500 millones de euros si se considera también la ayuda civil. Mientras los gobiernos del PSOE y el PP han recortado gastos en salud, educación, seguridad social, etc.
El fracaso de Afganistán
Después de 11 años de guerra en Afganistán, Obama y el presidente-títere Karzai anunciaron el pasado viernes que después del 2014 se mantendrá una presencia de tropas norteamericanas en su territorio hasta por 10 años más. Una vez finalizada la misión de la OTAN en el 2014 podrían permanecer una cantidad de entre 3.000 y 9.000 soldados estadounidenses. Para esto Obama solicitó que sus tropas obtengan completa “inmunidad” para su actuación dentro del territorio afgano.
El problema mayor para Obama es cómo salir del “pantano de Afganistán” después de 11 años de guerra, en los cuales el ejército más poderoso del mundo no ha logrado el objetivo militar de derrotar a los Talibanes. Lejos de esto, en la última reunión de Obama y Karzai acordaron proponer la apertura de una “embajada” taliban en Doha (Catar) para intentar nuevamente avanzar en negociaciones con líderes Talibanes. Este proceso de negociaciones ya había sido impulsado por EEUU, pero fracasó anteriormente por la retirada de los talibán de las mismas. Mientras tanto, junto con el aumento de las tropas norteamericanas en combate y del gasto militar, lo que ha aumentado también es el rechazo de gran parte de la población norteamericana a la guerra (sólo un 23% de estadounidenses apoya la actuación de las tropas de su país en Afganistán según las últimas encuestas). Pero uno de los riesgos planteados es la desestabilización total o el regreso de los talibanes al poder después de la retirada de las tropas, lo que terminaría de mostrar un fracaso militar y político de la que ya se ha convertido en la guerra más larga y con menos “ganancias” para EEUU en las últimas décadas.
¡Por la derrota de las tropas de la OTAN en Afganistán! ¡Alto a la intervención imperialista en Mali!
En todo este tiempo el imperialismo español ha jugado su papel de “apéndice” de EEUU y la OTAN en la invasión imperialista en Irak y Afganistán, intentando no retroceder en su papel imperialista a nivel internacional. En el mismo sentido ya se ha ofrecido a respaldar la intervención del imperialismo galo sobre Mali, ofreciendo algunas tropas y apoyo logístico. La UE vuelve a mostrar en Mali su carácter reaccionario e imperialista, defendiendo su “papel colonial” en el norte de África.
Estamos no sólo por la retirada inmediata de las tropas imperialistas de Afganistán y Mali, sino por la derrota de las mismas y el fin de la ocupación imperialista.
15-01-2013