Las elecciones en Neuquen y el Frente de Izquierda
Gran campaña encabezada por los dirigentes ceramistas y docentes
16/06/2011
Aunque el triunfante gobernador reelecto Jorge Sapag anunció dos días después de la elección provincial que llevará en su boleta en las nacionales a la presidenta Cristina Kirchner, el 12 de junio en Neuquén no fue lo que usualmente se llama “un día peronista”. No hubo sol ni niños sonrientes con madres felices como en los manuales de época. La ceniza volcánica en suspensión y las ráfagas de viento castigan a la población que vive más precariamente y deja al descubierto que, aun en medio del creciente presupuesto alentado por la renta petrolera, se sufre la falta de viviendas, de asfalto y urbanización, de agua potable, sistema eléctrico y de redes de gas para calefacción para una enorme franja de las mayorías populares. A pesar de que en Villa La Angostura, declarada zona de desastre días después de los comicios, fue a votar poco más del 20%, Sapag, apurado por su triunfo, no suspendió las elecciones. Aun en ese clima hostil más de 300 mil personas, el 75% del padrón, concurrió a las urnas mostrando, por una parte, una amplia politización de la sociedad neuquina, y, por el otro, en los sectores sin recursos para movilizarse, cómo la arenga de los medios oficialistas con amenazas de multas al que no vote se combinó con el dispositivo de taxis copados por los punteros del aparato del MPN. En este marco, se desplegó la actividad militante de cientos de fiscales (garantizando como mínimo uno por escuela) que defendió los votos del Frente de Izquierda en las ciudades de mayor concentración, empezando por la capital, Plottier, Centenario, Cutral Co, Plaza Huincul y Zapala.
Fragmentación y consensos
Como ya se venía anticipando, Sapag fue un cómodo ganador de la gobernación con el 45% de los votos, aunque el MPN, como partido, perdió 2 diputados y sólo consigue mantener la mayoría propia en la nueva Legislatura sumando a sus aliados. Esta fragmentación de los partidos de la clase dominante se demostró directamente dramática en el frente cambalache entre el actual intendente de la capital, el radical K Farizano, junto a Nancy Parrilli, la hermana del secretario de la presidenta Cristina Kirchner.
Quedaron a más de 10 puntos del ganador, en parte porque las 6 colectoras de un variopinto arco de tendencias -desde el burócrata mercantil Sergio Rodríguez de la CGT, pasando por distintas fracciones de la centroizquierda hasta la derecha neoliberal del PRO provincial- se restaron entre sí. Mientras el MPN sumó colectoras que se podrían entender como sensibilidades dentro de un mismo partido orgánico, como la del MID (desarrollismo económico) o la de la UP de Baum-Duhalde (peronismo del orden), en cambio en el Frente opositor, los del UNE-CTA tenían que justificar la confluencia en un mismo gobernador con la colectora del PRO, y los del PRO (que sacaron un pobre 1,5%) tenían que explicar qué astros se conjugaban en Neuquén para que un macrista compartiera la misma fórmula con los K y partidarios de 6-7-8.
De todas maneras, la cuestión central es que el MPN está apoyado en el conservadurismo de amplios sectores de las clases medias conformes con su situación, en los trabajadores de sueldos más altos como los petroleros y en el dominio territorial de los barrios populares. La fortaleza relativa con que salió Sapag se mostró en su primer acto de gobierno con el rechazo de la Justicia, el día después de las elecciones, al pedido de investigar la responsabilidad de Sobisch en el asesinato de Carlos Fuentealba.
De una u otra forma todos colaboraron en crear un clima social en el que se apoya el paso dado por Sapag de intentar cerrar la causa Fuentealba con impunidad para la cúpula de su partido. Durante la campaña electoral un consenso recorrió todos los partidos del régimen y sus fracciones. Siguiendo a los medios que pusieron en la agenda el rechazo a la acción directa y los cortes de docentes y estatales que cruzaron la campaña, un degradé reaccionario unificó desde el MPN hasta el propio Mariano Mansilla del UNE (el partido de la CTA), en divergencia con su propio aparato sindical de ATE que participaba en las acciones por el salario.
De aquí, el carácter profundamente revolucionario del anuncio durante la campaña y del compromiso inmediato de los electos diputados ceramistas, Alejandro López y Raúl Godoy, de usar la tribuna parlamentaria para impulsar un plan de acción por la nulidad de las causas contra 546 procesados por luchar en Neuquén, entre ellos los mismos compañeros y más de 50 militantes del SOECN y 250 hermanos mapuches, y por terminar con los procesamientos judiciales que se siguen a más de 4.000 luchadores en todo el país por ejercer su legítimo derecho de protesta y acción directa.
La gran elección del Frente de Izquierda
En este marco, de conformismo y clima conservador, sin espacios gratuitos de radio y TV, se abrió paso la campaña militante del Frente de Izquierda y de los Trabajadores que obtuvo para su fórmula de gobernador más de 7.500 votos (el 2,6%), y casi 11.000 (el 3,6%) para la lista de diputados. La diferencia de más de 3.000 votantes se debió a un corte de boleta a favor de la lista encabezada por los dirigentes ceramistas de Zanon, que fueron un polo de atracción para la extendida vanguardia de lucha neuquina, que generalmente es votante de las variantes opositoras al MPN que -con el concurso de la CTA- se vienen armando en la provincia, e inclusive para un sector que tradicionalmente no vota como forma de rechazo al régimen. En la Capital, donde la lista de diputados del FIT obtuvo el 5%, la simpatía con la campaña de “diputados ceramistas” y la conquista del Frente de Izquierda le ganó transversalmente el voto de trabajadores estatales y docentes a las colectoras de centroizquierda que apoyaban a Farizano y a Libres del Sur (el principal espacio de centroizquierda no K de la provincia), a este último superándolo tanto en los barrios de empleados públicos como en los más proletarios y populares del oeste neuquino.
Como dijimos en el primer comunicado del PTS, el resultado obtenido por el Frente de Izquierda en Neuquén tiene tres triunfos en uno. Se obtuvo una bancada de los trabajadores que, como explicaron masivamente los dirigentes ceramistas, Raúl Godoy del PTS y el compañero Alejandro López, establece el principio de ganar como legisladores lo mismo que en la fábrica, poner el resto de su dieta al servicio de la lucha y rotar en los cargos con las cuatro fuerzas del Frente de Izquierda. El segundo triunfo es la gran campaña de masas por la independencia de clase que puso en movimiento la militancia de centenares de trabajadores y jóvenes, y en que se consolidó políticamente el apoyo recibido en diez años de lucha inclaudicable de los obreros ceramistas. Y, finalmente, la batalla política de Neuquén desenmascaró la reaccionaria política del gobierno de Cristina de pretender proscribir a las fuerzas de izquierda. La campaña en Neuquén es un gran impulso de largada para todo el Frente de Izquierda y de los Trabajadores a nivel nacional y un aliento para los luchadores que enfrentan todos los días a las patronales, al gobierno y a la burocracia sindical.
16 de junio de 2011