Segundo Congreso del Partido de los Trabajadores
Importante debate de estrategias y programa
01/07/2013
Se ratificó el programa anticapitalista y de lucha por el gobierno obrero, campesino y popular, y se eligió una nueva dirección transitoria más amplia y presidida por el minero de Huanuni Mario Martínez.
El pasado 28 y 29 de junio en la ciudad de Oruro se llevó a cabo el segundo congreso del Partido de los Trabajadores impulsado por los sindicatos y federaciones sindicales, con el objetivo de elegir a la dirección Nacional y rediscutir los documentos a ser presentados a la corte electoral plurinacional. Participaron más de 300 delegados, la mitad mineros, quienes ratificaron los documentos aprobados en Huanuni, y se nombró una nueva dirección transitoria ampliando la Comisión Política elegida en el congreso de Huanuni, con la incorporación de 9 compañeros y compañeras, entre ellos Jaime Solares de la COB y como presidente de la nueva dirección al compañero Mario Martínez de Huanuni.
Un punto de inflexión en el desarrollo del partido
Luego del congreso fundacional en la localidad de Huanuni el mes de marzo, con la presencia de 1300 delegados y la aprobación del documento político del partido, llegamos a este segundo congreso, constatando que en este tiempo poco y nada se ha avanzado y el mismo se encontraba estancado. Prueba de esta situación es que la anterior Comisión Política provisoria no fue capaz de garantizar la presencia de las organizaciones y delegados asistentes al primer congreso.
Ya en semanas previas al segundo congreso se hicieron sentir diversas críticas a la CP por su silencio durante las dos semanas de huelga de la COB , y peor aún, luego de la feroz represión de Caihuasi y el procesamiento de Vladimir Rodríguez y Gloria Oblitas de la COD de Oruro y a 22 mineros de Huanuni, sobre lo que no se emitió ni una declaración del PT. La Comisión Política durante tres meses se dedicó a la redacción de un nuevo documento que con el argumento de “facilitar la inscripción en la Corte Electoral ”, preparaba la negación del documento de Huanuni con postulados abiertamente reformistas y pro burgueses, que pretendieron hacer aprobar en este segundo congreso.
En este intento de hacer pasar un documento, que por su contenido negaba lo votado en el primer congreso en Huanuni, no se privaron de llevar adelante ataques francamente reaccionarios y de derecha, contra “la injerencia de los extranjeros de la IV Internacional ” y los “grupillos” trotskistas. El dirigente minero Nelson Guevara, titular del presidium del Congreso y de Huanuni, cuestionó esta actitud reivindicando la necesidad de “sumar fuerzas” y “defender el pluralismo” en el PT. Luego de varias horas de discusión, el conjunto de los trabajadores presentes decidieron y votaron ratificar el contenido y los postulados del documento de Huanuni, y considerar al documento presentado por la mayoría de la CP como “aportes” y “aditamentos” para tener en cuenta en el presentación legal del documento base de Huanuni y no su reemplazo como pretendían. En los últimos momentos del Congreso, los delegados de Huanuni reunidos en asamblea aceptaron la renuncia de Guido Mitma y eligieron a Mario Martínez, reconocido luchador revolucionario minero, a la presidencia de la nueva dirección. Fue la muestra de una derrota política del proyecto reformista y la posibilidad de encauzar el rumbo para la construcción del partido.
Dos programas y estrategias en juego
Este congreso reeditó lo discutido y peleado en Hunauni, es decir, sobre cual es el carácter del partido a construir. Un importante sector de la burocracia sindical se empeña en excluir a los revolucionarios y a la izquierda de los organismos del PT, poniendo en riesgo con esta actitud la misma existencia del partido, como se mostró en la importante merma de delgados intentando construir sobre esta base un partido esencialmente electoral, programáticamente reformista y al servicio de llevar adelante acuerdos y pactos con el sector disidente del MAS como Rebeca Delgado, Almaraz y otros. Para este fin necesitaban diluir o “ningunear” la existencia del documento de Huanuni, limitar o incluso evitar la participación de trabajadores de base que vienen girando a izquierda como subproducto de la lucha de mayo y de la experiencia de 6 años con el gobierno y excluir las tendencias socialistas y revolucionarias. El documento presentado por la CP en este congreso eliminaba las referencias a la lucha de clases, a la estrategia socialista y del poder obrero y campesino, así como toda formulación antiimperialista como es la nacionalización sin pago de las trasnacionales y su puesta en marcha bajo control obrero colectivo entre otras, postulados formulados claramente en el programa de Huanuni. Los trabajadores por unanimidad decidieron ratificar el documento del primer Congreso, asestándole una derrota parcial a la burocracia y su proyecto político.
La LOR-CI y la lucha contra el reformismo
En este marco, por la merma de delegados y los persistentes intentos de boicotear el desarrollo del congreso, en el que estuvo ausente el CEN de la COB , a excepción de Jaime Solares, y no concurrieron importantes sectores comprometidos con el PT como son los trabajadores de la salud publica. En el caso del magisterio urbano nacional, tanto el stalinista PCB como el POR coincidieron en esconderle a las bases los documentos y las convocatorias. Ante este escenario, nuestra organización, la LORCI , planteo resoluciones que permitieran superar esta situación y dotar al naciente PT de una perspectiva de desarrollo antagónica a la burocracia.
Fue clave la fuerte lucha política contra el documento defendido por Gonzalo Rodríguez y Guido Mitma, para que sea el programa de Huanuni el que se presente a la Corte Electoral (con las pequeñas adecuaciones necesarias a fin de sortear trabas proscriptivas que impone la Ley de partidos políticos decretada por Banzer y sostenida por el MAS hasta hoy). Posteriormente planteamos la necesidad de llevar adelante una importante campaña por el desprocesamiento de los compañeros de Huanuni y contra la persecución política a los revolucionarios que impulsamos el PT, como es el caso de la compañera María Eugenia Guerrero suspendida de la dirección de la COD Cochabamba en forma arbitraria e ilegal por dirigentes amigos de Rodríguez.
Ante la derrota política sufrida por este sector al aprobarse la ratificación de los postulados de Huanuni, amenazaban retirarse y vaciar al PT. En ese marco desde nuestra organización y comprendiendo que no es suficiente derrotar al proyecto reformista en las alturas del congreso y que es necesario desenmascararlos y derrotarlos en cada fabrica, taller y lugar de trabajo donde tengan influencia, es que propusimos la necesidad de fusionar las dos comisiones políticas en forma transitoria para lanzar el nuevo partido sumando base militante. Así propusimos la inclusión de los miembros de la primer comisión presidida por Solares y que organizo el congreso de Huanuni con 1300 delegados “para reforzar” a la última comisión que organizo el segundo congreso con 300 delegados, de manera tal de impedir mediante esta resolución el abandono de varios sindicatos del PT y empezar a llevar adelante una lucha política que pueda ser comprendida por el conjunto de las bases obreras, en particular aquellas que aún confían en dirigentes reformistas como Céspedes de fabriles o Rodríguez. Aunque esta moción no se llevó a efecto en forma completa, la renuncia de Mitma, la incorporación de Martínez en la presidencia de la nueva dirección y un opositor al MAS como Solares como miembro pleno, plantean la posibilidad de que el PT retome su camino ascendente, salga de “la clandestinidad” a la que lo redujeron estos meses y se profundice la lucha por construir un partido de los trabajadores anticapitalista y para la lucha de clases hacia el poder obrero.
El lanzamiento de una gran campaña de difusión pública sobre los postulados de Huanuni, el inicio urgente de la papelería para recabar la personería electoral, el impulso de los comités de base del PT en todos los sindicatos, lugares de trabajo y estudio; y organizar una gran Asamblea Nacional que deberá llevarse a cabo en Cochabamba “en 60 días”, serán las tareas claves de la dirección presidida por Martínez votadas en el Segundo Congreso del Partido de los Trabajadores.