México
Inestabilidad, crisis economica y luchas obreras
09/10/2008 Estrategia Obrera N° 69
Lea aquí el úlitmo número de Estrategia Obrera de la LTS-CC de México
Distintos sucesos que ocurren en el país muestran un panorama de inestabilidad, crisis política y descontento social. El repudiable atentado en Morelia, que representa un salto en la escalada de violencia que azota al país, cayó como un balde de agua fría al de por sí cuestionado discurso triunfalista del gobierno en su «guerra contra el narcotráfico». Sin embargo, como ocurrió con el secuestro y asesinato de Fernando Martí, el gobierno y los medios masivos de comunicación lo utilizan para fortalecer su ofensiva reaccionaria y represiva, y encubrir los problemas de fondo que aquejan al país. En este contexto, aumentan los indicios de que México está entrando en una recesión. Los informes de la caída de las remesas provenientes de los millones de trabajadores mexicanos en EEUU, así como las proyecciones a la baja del PBI, muestran que la economía se estanca y resiente la crisis norteamericana. Lejos de las promesas de Calderón durante su campaña electoral, somos los trabajadores, los campesinos y el pueblo los que sufrimos los efectos de esta crisis: caída del poder adquisitivo y mini aumentos salariales que no alcanzan para nada, mayor desempleo y trabajos precarizados en condiciones de semiesclavitud. Ahora, ante la debacle financiera internacional, intentarán que los trabajadores paguemos la crisis que los capitalistas provocaron. Y esto, mientras el gobierno panista se prepara -con el aval del PRI-, a entregar el «tesoro» petrolero a los modernos piratas, los imperialistas españoles y norteamericanos, legitimando el saqueo en esa cueva de ladrones que es el Congreso.
Militarización contra la «delincuencia»
Como decimos arriba, mientras hunde a los trabajadores y el pueblo en la miseria, Calderón lanza una gran campaña contra la «criminalidad», militarizando determinadas zonas del país. En esta «cruzada» participan también los gobernadores y el gobierno del DF, que comparten su política de aumentar la presencia policial y militar en las calles. Calderón utilizó el ataque ocurrido en Michoacán, para demandar»un apoyo irrestricto a las acciones del Estado contra la delincuencia y el crimen organizado» (La Jornada, 16/9/08). Además, prometió recompensas a quienes delaten, lo que genera un clima de desconfianza entre la población y expone a que cualquiera sea acusado impunemente por motivos políticos o de venganza personal. En esta campaña, Calderón se apoya en el reclamo de sectores urbanos acomodados, que exigen la pena de muerte y «más policía contra la delincuencia». Este reclamo de más seguridad es reaccionario, ya que busca «mejorar» los mecanismos represivos que tienen la finalidad prioritaria de perseguir y aplastar las luchas obreras y populares, como en Oaxaca y Atenco. Los trabajadores y la juventud debemos tener claro que las medidas de Calderón buscan pertrechar al estado y sus fuerzas armadas para criminalizar la protesta social; el mayor ejemplo de eso es la criminal condena al compañero Ignacio del Valle, que se suma a los cientos de presos políticos que pueblan las cárceles de esta «democracia para ricos».
Importantes luchas de los trabajadores
Pero el gobierno y los patrones no la tendrán fácil. En amplios sectores de la población crece el descontento y la protesta. Esto se mostró masivamente en las movilizaciones en defensa del petróleo, y en las cuales se muestra la disposición a luchar contra la privatización de PEMEX. La convocatoria a un paro nacional contaría con la participación de los trabajadores, y también con la solidaridad de amplios sectores populares y de las clases medias golpeadas por la crisis. El descontento también se expresa en nuevas luchas de los trabajadores. En los meses previos fueron los compañeros del SITUAM, los trabajadores mineros, así como las movilizaciones del SME, y más recientemente los trabajadores de la UPN. Hoy son los trabajadores del magisterio de Morelos y de otros estados, los que ponen el más alto ejemplo de cómo enfrentar los planes de Calderón y Gordillo: con la huelga, la lucha y la movilización. En los últimos años, los compañeros del magisterio -tanto los organizados en la CNTE como quienes luchan en las secciones controladas por Elba Esther Gordillo- fueron vanguardia de la lucha contra los planes, como vimos en Oaxaca, en Chiapas o en el DF. Y lo hicieron contra la misma burocracia charra, mostrando que -para luchar por nuestras demandas- hay que enfrentar a estos verdaderos agentes del gobierno y la patronal en el seno de nuestras organizaciones sindicales. Hoy marcan el camino que todos los trabajadores tenemos que seguir, si queremos derrotar los planes contra nuestras conquistas salariales y sociales (como el seguro social), la reforma laboral y la entrega del sector energético.
A organizar el descontento y la protesta
En este panorama, se vislumbran nuevas luchas obreras y populares. Las tendencias a la lucha de clases que abrió la comuna de Oaxaca y que se continuaron en importantes luchas obreras y movilizaciones populares (como las que se están dando contra la privatización de PEMEX), pueden profundizarse. Eso lo sabe el gobierno y la patronal, y para eso se preparan. Los trabajadores y el pueblo también tenemos que prepararnos, y luchar para que la crisis la paguen los capitalistas. Pero las direcciones sindicales, incluidas aquellas que se dicen opositoras, se niegan a convocar a un paro nacional; eso sólo puede servirle al gobierno. Por eso, la primera tarea es organizar y centralizar la protesta mediante un plan de acción unificado y un paro nacional encabezado por los sindicatos y que integre además los reclamos de los distintos sectores en lucha (como los cientos de miles organizados en la CND), en torno a la demanda de ¡No a la privatización de PEMEX!, ¡Abajo el ataque a la seguridad social y la educación, contra el desempleo y por un aumento salarial de emergencia de acuerdo a la canasta básica! Junto a esto, hay que impulsar la movilización y la lucha con independencia de clase, sin depositar ninguna confianza en las instituciones como el Congreso de la Unión, que ya demostró estar al servicio de los patrones y las transnacionales. La CNTE y las bases magisteriales de Morelos podrían encabezar esta lucha, convocando al SME y la UNT a dejar de lado la pasividad que está permitiendo el avance de los planes, realizar un Encuentro Nacional de todas las organizaciones sindicales y sociales y organizar un gran paro nacional, convocando a las corrientes democráticas del sindicato petrolero a sumarse al mismo. Los trabajadores tenemos que discutir en nuestros centros de trabajo y realizar asambleas para votarle esta política a nuestras organizaciones. Los socialistas revolucionarios decimos que, frente a la miseria y la explotación capitalista, tenemos que luchar por un gobierno obrero y campesino que - basándose en la expropiación de los capitalistas y los terratenientes y en la ruptura de los pactos con el imperialismo-, pueda comenzar a resolver las demandas más elementales de las masas del campo y la ciudad. Ese es el camino para evitar que las luchas de los trabajadores no sean contenidas ni desviadas. Para pelear por esta perspectiva -una republica obrera y socialista-, los trabajadores debemos construir un partido de trabajadores revolucionario. Esa es la tarea por la que luchamos los trabajadores y jóvenes que formamos la LTS-CC.