PARA FORTALECER LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES Y LA JUVENTUD CONTRA EL AJUSTE QUE PREPARAN LOS PARTIDOS PATRONALES
La izquierda tiene que estar
19/10/2013
La campaña electoral entra en la recta final. El gobierno marcha a una nueva derrota, aunque resta por ver su magnitud. Toda su orientación se redujo a copiarle la agenda a la oposición. En la provincia de Buenos Aires, donde Insaurralde compite con el emergente Sergio, la estrella de toda iniciativa política terminó siendo la campaña por “más seguridad” que no es otra cosa que otorgarle más poder a las malditas policías, más gatillo fácil, más control social sobre la juventud de los barrios pobres. No les alcanzó con poner a un partícipe del genocidio como Milani al frente del Ejército, ni con Alejandro Granados como ministro de Seguridad Bonaerense: el giro a la derecha sigue.
Ahora se acabó el verso del desendeudamiento. Los mercados festejan, suben las bolsas y hasta Clarín dio el visto bueno, en este tema. El acuerdo con el Banco Mundial por 3.000 millones de dólares es una clara señal política: los kirchneristas quieren volver al mercado de crédito internacional (página 3). El acuerdo implicó además que Argentina cediera pagar 500 millones de dólares a empresas privatizadoras que tenían fallos favorables en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI). La ruta ya la conocemos: ganarse la simpatía de los tribunales imperialistas y volver a negociar con el FMI, con quien están consensuando un nuevo índice de precios, requisito que exige ese organismo para contraer créditos. Hasta se habla de pagar la deuda al Club de París, esa estafa (en gran parte contraída por la dictadura). Del supuesto “modelo nacional y popular” a cada vez más elementos “noventistas”.
No es extraño que la campaña no haya concitado el entusiasmo de la población. Donde Insaurralde pide bajar la edad de imputabilidad, Massa propone crear nuevas policías para darle poder a los intendentes. Al gobernador de Santa Fe, Bonfatti del Frente Amplio Progresista, la narcopolicía que su gobierno protegió durante años le acaba de balear la casa desnudando una gran crisis política cuyo motor es una de las instituciones claves del Estado (página 10). A falta de debate la oposición liderada por la “Corpo” utiliza las bravuconadas de Juan Cabandié para golpear a los K en los “pequeños asuntos”, ya que en los grandes temas de la política, el oficialismo les birló la agenda.
La debacle de la centroizquierda es otro de los datos de la campaña. PODEMOS no pasó las primarias en provincia de Buenos Aires para diputados nacionales y Claudio Lozano, aliado a los semiK de Marea Popular, no levanta cabeza en Capital. Es el derrotero de la corriente encabezada por Víctor De Gennaro que durante años fue furgón de cola de cuanto proyecto burgués con tinte centroizquierdista se presentara, ya sea la Alianza de De la Rúa y Chacho álvarez o en los últimos tiempos, el “socialista” Binner que siempre juega para la UCR.
Ante la decadencia kirchnerista todos los partidos patronales desde el FPV, pasando por el peronismo opositor y la Nueva Alianza del UNEN con el FAP buscan una transición ordenada a la vez que posicionarse hacia el recambio presidencial de 2015. La convocatoria al Congreso del PJ para diciembre busca negociar entre los K, gobernadores e intendentes pejotistas que integran la coalición de gobierno la realización de una interna de modo de limitar el ascenso de Massa, cuyo armado político por ahora se circunscribe a la provincia de Buenos Aires.
La única alternativa política programática y con completa independencia de los partidos patronales es el Frente de Izquierda y de los Trabajadores. Venimos de realizar una gran elección. En agosto obtuvimos cerca de un millón de votos. La perspectiva de conquistar una bancada parlamentaria y representaciones en las legislaturas provinciales está al alcance de la mano. Significaría un gran punto de apoyo para las luchas de los trabajadores, la juventud, las mujeres, los movimientos sociales y de derechos humanos.
El crecimiento del FIT no es un fenómeno de ocasión, tiene extensión nacional y expresa la experiencia de un sector de la clase trabajadora y la juventud que les da la espalda a los políticos capitalistas. El FIT es la manifestación clasista y anticapitalista de este fenómeno en el terreno electoral. El avance de la izquierda se pudo comprobar en la elección del PO en Salta donde obtuvo el 21% de los votos en la capital, en la gran campaña de los candidatos del Frente en varias provincias, con nuestro compañero Nicolás del Caño en Mendoza (a quien las encuestas presentan disputando la 5° banca a diputado nacional por esa provincia), Alejandro Vilca en Jujuy, Liliana Olivero en Córdoba, Pablo López en Salta, en la misma provincia de Buenos Aires, con Néstor Pitrola y Myriam Bregman o en Ciudad de Buenos Aires con Jorge Altamira y Claudio Dellecarbonara. El fenómeno del FIT no es meramente electoral sino que abona una creciente militancia que disputa palmo a palmo al peronismo y a la burocracia sindical las organizaciones de base de los trabajadores y del movimiento estudiantil. Se pudo comprobar en las elecciones de la Universidad de Buenos Aires donde el FIT derrotó a los kirchneristas y a la llamada izquierda independiente semi-K ganando varios centros de estudiantes, pero mucho más importante aún, en las elecciones de Comisión Interna en varias fábricas y establecimientos. Esto lo reconoció el periodista Ricardo Cárpena de Clarín, que destaca el avance “del sindicalismo combativo, que sigue creciendo en las comisiones internas de importantes fábricas: el trotskista PTS acaba de ganarle otra vez al peronismo en Pepsico, con un 66% de los votos, y en Alicorp (ex Jabón Federal), con un 53%, y en noviembre pondrá en juego su preeminencia cuando se voten delegados en Mondelez, la ex Kraft, todo un símbolo para la izquierda tras el duro conflicto de 2009” (14/10).
El FIT interviene en esta campaña denunciando el giro a la derecha del kirchnerismo, el carácter reaccionario de toda la oposición patronal y la coincidencia de todos ellos de llevar a cabo un ajuste para que la crisis del modelo la paguen los trabajadores. El FIT es la única fuerza que interviene en esta campaña con un Manifiesto Programático que plantea una perspectiva obrera y socialista frente al ajuste por venir. No es un discurso de campaña sino para que se haga carne en los lugares de trabajo, en la juventud, para impulsar las luchas de los trabajadores. Allí desarrollamos nuestro programa por echar a la burocracia de los sindicatos, por un salario equivalente a la canasta familiar, contra la precarización laboral y la entrega del petróleo a multinacionales como Chevron, por la estatización bajo gestión de trabajadores y usuarios de todo el transporte, por terminar con los privilegios de los legisladores y los funcionarios públicos y que cobren lo mismo que una docente. Para defender todas las conquistas de los trabajadores contra el ajuste, rechazamos los acuerdos con el Banco Mundial y estamos por el no pago de la deuda externa.
En estos días he compartido actividades de campaña con numerosos compañeros y compañeras. Lo distintivo son las sugerencias para mejorar la campaña y el rol activo de los simpatizantes y votantes del Frente de Izquierda que tratan de convencer a sus conocidos de la importancia de darnos el apoyo este 27 de octubre. Multipliquemos las iniciativas. La llegada al Congreso y a las legislaturas del FIT será una victoria de todo el pueblo trabajador.