Arabia Saudita
La monarquía saudí intenta adelantarse a las protestas
24/02/2011
El rey Abdullah de Arabia Saudita anunció ayer 23/2 que aumentará el gasto social a 260 millones de dólares, creará nuevos puestos de trabajo e invertirá 10.700 millones en construcción de viviendas, al tiempo que dará un aumento a los empleados del Estado. Así intenta evitar que lleguen los vientos de protesta a su país.
La monarquía saudí, de origen sunita, busca especialmente evitar que lleguen las protestas chiitas desde su vecino Bahréin, donde su población mayoritariamente chiita (70%) mantiene las movilizaciones desde el 14 de febrero y exige mayores libertades y mejores condiciones de vida. En Bahréin, luego de la represión de las marchas contra el régimen de Al- Khalifa, 100.000 marcharon el 22/2 y el régimen, en pos de atenuar las protestas, liberó a más de 300 presos políticos para acelerar una negociación con los partidos de oposición, encabezdos por le principal partido chiita, Wefaq.
Arabia Saudita teme que la mayoría chiita se fortalezca y conquiste mayor participación política (hoy cercenada por las leyes electorales que desfavorecen ampliamente a los partidos chiitas).
Hasta ahora, el régimen que gobierna Arabia Saudita ha esquivado las protestas. Sin embargo, con la agudización de la rebelión en Libia (donde la mitad del país está en manos de los opositores a Kadafi) el régimen teme que el efecto contagio llegue a sus fronteras.
Por ahora, solo se conoce una convocatoria menor para el 11/3 por reformas democráticas. Sin embargo, el principal temor de la monarquía es que los trabajadores de los pozos petroleros de la región este (lindante con Bahréin), mayoritariamente chiitas, empiecen a movilizarse, alentados por el descontento regional. Muestra de este ánimo es la protesta de trabajadores de la construcción (muchos de ellos extranjeros) por las malas condiciones laborales, los bajos salarios y las arbitrariedades patronales.
Desde la caída de Hosni Mubarak en Egipto, Arabia Saudita es un aliado clave que le queda a Estados Unidos en una región fuertemente conmocionada por las protestas y rebeliones.