Uruguay
La visita de Chávez a Uruguay
17/08/2007 Especial Web
En una breve visita a Montevideo, el presidente venezolano Hugo Chávez y el uruguayo Tabaré Vásquez lograron llegar a algunos acuerdos que benefician a ambos gobiernos.
Chávez logró el compromiso uruguayo de apoyar y gestionar activamente el ingreso de Venezuela al MERCOSUR.
Mientras que para el gobierno del Frente Amplio (FA), algunas inversiones, acuerdos de cooperación energética (que habrá que ver luego el grado de aplicación real que tengan) y ayudas diversas en áreas de la salud. Pero sobre todo, le significó a nivel político poder mostrar el apoyo que recibe del presidente venezolano lo que le permite disimular y maquillar la política de derecha que viene llevando a cabo desde que asumió.
El breve y sobrio discurso de Tabaré, de 12 minutos de duración, contrastó con la hora y media en que el verborrágico Chávez desplegó su retórica y fraseología antiimperialista así como sus posturas “socialistas”.
Es que si bien para un gobierno como el de Tabaré que recibe al genocida Bush como un amigo, manda tropas a Haití y sigue los dictados del imperialismo, le resulta incómodo e imposible ni siquiera denunciar verbalmente a los yanquis; la sola presencia de Chávez en el país, le permite presentar un discurso más “izquierdista”, con el que intenta atraer y contener a los sectores de izquierda y de los trabajadores que ven en Chávez una política antiimperialista y popular. Es decir Tabaré intenta disfrazar su política de entrega, mostrándose amigo de Chávez, en momentos en que crece el descontento y el descreimiento hacia el FA.
Las fuertes subas en los alimentos, el nuevo impuesto a la renta (que en realidad es un impuesto a los sueldos), o los salarios sumergidos, generan malestar y bronca entre los trabajadores y el pueblo.
En estos mismos días, se observan luchas en algunos sectores que superan la política conciliatoria y negociadora de sus direcciones: así se pudo ver en el conflicto en la más importante mutualista de la salud en Uruguay, donde sus trabajadores, impulsaron y llevaron a cabo medidas de lucha en defensa del salario, que desbordaron a sus propios dirigentes.
A la vez los cooperativistas de vivienda discuten un plan de lucha en estos días que incluye una campaña de ocupación de tierras para la construcción de viviendas y para la producción agropecuaria. Mientras que los estudiantes secundarios se organizan y luchan por el derecho de agremiarse.
La burocracia oficialista que dirige la central obrera (PIT-CNT) mientras tanto, pospuso un paro parcial que había anunciado para el jueves 9/8 en contra del nuevo impuesto, llevándolo para fin de mes, negándose así a un verdadero plan de lucha en contra de esta política económica.
En este contexto la presencia del presidente venezolano fue aplaudida y saludada entusiastamente por sectores de la izquierda “radical”. Lamentablemente, estos sectores apoyan la política de Chávez consistente en mantener una retórica (incluso cada vez más diluida) antiimperialista y por el “socialismo del siglo XXI” mientras garantiza la continuidad de los grandes negocios que las multinacionales como la Repsol, Petrobrás o Techint, Botnia o Ense, realizan a costa del hambre de nuestros pueblos y el saqueo de nuestros recursos. Su insistencia a ingresar a un MERCOSUR hecho a la medida de los grandes capitales nacionales y extranjeros, es una muestra más del verdadero carácter de su “sudamericanismo”. La izquierda “radical” se niega de esta forma a levantar una política de independencia de clase, alternativa a toda variante burguesa sea ésta abiertamente neoliberal o “nacional y popular”, que con un plan verdaderamente obrero y popular de respuesta a los problemas más acuciantes de la nación pobre y laboriosa.