LOR-CI Bolivia | Palabra Obrera 41
Lecciones de la lucha fabril de abril-mayo
23/06/2010
El ingreso de un nuevo actor social
La rebelión fabril de abril y mayo tiene una importancia particular, no solo porque obligo al gobierno del MAS a mostrar ante los ojos de miles de trabajadores sus verdaderas preocupaciones económicas, como son proteger los actuales niveles de ganancia y utilidades de las empresas privadas, garantizar la seguridad jurídica para las nuevas inversiones mineras, y sembrar confianza en las clases dominantes de un gobierno “serio” frente a las demandas que podrían emerger si la crisis económica con epicentro en Europa pega un salto hundiendo el precio de las materias primas.
Sin embargo, si esta fue la actitud del gobierno y sus ministros, de actuar de escuderos del las ganancias del gran capital nacional y extranjero, esta dura posición ha provocado la emergencia nuevamente de la clase obrera fabril. Los últimos conflictos le han mostrado a sus propias bases, que “son muchos”, y que tienen disposición de empezar a reclamar condiciones de trabajo y salario dignas. Esta gimnasia movilizadora y huelguística que han iniciado los trabajadores fabriles es la que puede abrir la posibilidad de pelear por la recuperación de la independencia de clase, ya que solo en la lucha contra el estado, el gobierno y las diversas expresiones políticas de los patrones, esta independencia puede adquirir valores concretos.
La huelga de hambre y la movilización callejera
La huelga de hambre de casi 13 días, impulsada por la federación y varios secretarios generales, se convirtió en el eje del movimiento fabril y al que apoyaban los trabajadores de base con masivas movilizaciones. Sin embargo ante la intransigencia del gobierno y también de los diversos patrones, esta medida de lucha no pudo quebrar la resistencia patronal. En un contexto de mayor crisis económica, la resistencia de los patrones a entregar aumentos salariales y mejoras en las condiciones de trabajo será cada vez mayor, y por lo tanto la huelga de hambre no afectara los intereses empresariales y gubernamentales. Es necesario desde ahora, ir preparando y organizando la lucha fabrica por fábrica y empresa por empresa. Los patrones y el gobierno solo entenderán razones cuando paralicemos efectivamente sus ganancias, cuando les demostremos que los trabajadores nos podemos constituir en un genuino poder al interior de la empresa paralizando la producción. Para esta labor, que los trabajadores ganen confianza en sus propias fuerzas es de vital importancia. Esto solo se puede lograr aumentando y facilitando la mayor participación de los trabajadores de base, profundizando la democracia sindical, la organización de comités ad hoc formados por delegados elegidos en asambleas, que ayuden a los sindicatos en las tareas de concientización, organización y elaboración colectiva de un verdadero plan de lucha. Esta profundización de la democracia obrera y de la participación de los trabajadores puede permitir seleccionar a los mejores compañeros, a los más honestos, a los más combativos, a los más intransigentes para encabezar la lucha. Paralizando la producción y coordinando acciones con las otras fábricas y sectores los trabajadores fabriles pueden empezar a convertirse no solo en una vanguardia de lucha sino en un referente para todos los trabajadores asalariados.
La Federación de fabriles debe poner manos a la obra en la organización sindical y en la recuperación de los entes matrices
El último conflicto planteo no solo la urgencia y la necesidad de unificar la lucha por el salario y todas las demandas sectoriales, así como por una nueva Ley de Pensiones, con el conjunto de los sectores. Estas tareas se pueden resolver si incorporamos y fortalecemos la organización de base de los trabajadores fabriles. La federación de La Paz, tiene la responsabilidad de poner en marcha un genuino plan de organización sindical en las decenas de fábricas y talleres en la que miles de trabajadores son salvajemente explotados, sin salarios ni condiciones mínimas de seguridad social y trabajo. La organización democrática en todas las fábricas y talleres permitiría fortalecer en forma decisiva la participación del sector fabril no solo en la elaboración del futuro plan de lucha, sino también en el próximo congreso de la COB. Pedro Montes y sus amigos buscan llevar a cabo un congreso absolutamente burocrático para volver a poner la COB al servicio del gobierno. Lo podemos impedir. Hay que exigir que convoquen a un evento verdaderamente democrático y con delegados de todos los centros de trabajo del país. La lucha contra la burocracia sindical, oficialista o no, es fundamental para poder poner las organizaciones de los trabajadores, los sindicatos, al servicio de elaborar un genuino plan de lucha hasta alcanzar el conjunto de las demandas como la ley de pensiones, salario y otras.