Argentina: a un año de la desaparición de Julio López
Marchas en todo el país
19/09/2007 La Verdad Obrera N° 252
Este 18 de setiembre decenas de miles marchamos en Capital, La Plata, Córdoba, Rosario, Neuquén y las principales ciudades del país en manifestaciones claramente antigubernamentales. El discurso del “gobierno de los derechos humanos” es un fraude político. Si Kirchner llegó a anular las leyes de Obediencia Debida y Punto Final se debió a que la relación de fuerzas había cambiado desde las jornadas de diciembre de 2001 y luego de que quien lo designara para sucederlo en la presidencia, Eduardo Duhalde, quedara implicado en el fusilamiento de los jóvenes Kosteki y Santillán. Pero el secuestro del principal testigo del juicio contra Etchecolatz es un subproducto de la impunidad en que continúa el 95% de los genocidas. Ningún gobierno de esta democracia para ricos pudo darles solución favorable a los trabajadores y el pueblo a esta crisis estatal que se arrastra desde la caída de la dictadura, y no podrán hacerlo porque terminar con la impunidad del aparato represivo sería socavar el pilar fundamental del propio Estado de los capitalistas.
Para encarcelar a los secuestradores de López necesitamos la constitución de una Comisión Investigadora Independiente del Estado encabezada por los organismos de derechos humanos ante la que se pongan a disposición todos los archivos de la SIDE, de las Fuerzas Armadas y de seguridad, y que se constituya como un colectivo querellante de todos los implicados en el genocidio. Hacemos un llamado a todas las organizaciones que nos movilizamos este 18 a exigir a los sindicatos, en especial a los enrolados en la CTA, y a los centros de estudiantes a encabezar esta lucha.
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“El encubrimiento de los organismos del Estado y sus responsables políticos”
La Verdad Obrera entrevistó a Myriam Bregman, del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH), quien junto con otros abogados del colectivo de organismos Justicia Ya La Plata representó a Julio López en el juicio oral contra el genocida Etchecolatz. Le consultamos sobre el estado de la investigación que se sigue por la desaparición de López a un año de su secuestro.
En estos días se difundieron algunos nombres de personas que podrían estar implicadas en el caso.
Aunque parezca increíble, se empieza a reconocer que las únicas pistas serias fueron aportadas o impulsadas por la querella, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿qué hicieron las fuerzas de seguridad e inteligencia en todo este tiempo? Si sus aportes eran inconducentes, ¿influyeron poniendo piedras en el camino de la investigación? Por ese motivo, el martes presentamos un escrito con este contenido y pedimos que se determinen las responsabilidades de cada caso. Decimos allí que “la responsabilidad de las falencias investigativas que señalamos abarcan a todos los organismos del Estado, remarcando especialmente a los que están a cargo de las fuerzas que participan de la investigación (Policía Bonaerense, Policía Federal, SIDE), de los responsables políticos de esas fuerzas, pero también de aquellos que con sus omisiones, dilaciones y reticencias permiten llegar a un año sin ninguna certeza sobre dónde está Jorge Julio López y quiénes son responsables de su secuestro”.
En Página/12 del 30 de agosto y del 16 de septiembre se dan datos muy concretos. Se menciona la “pista Chicano”, un ex agente de la policía que estuvo siguiendo a López; y en Todo Noticias se mostraron fotos. ¿Eso lo aportó la SIDE?
¡No! La SIDE no hizo un solo aporte cualitativo. Se niega a entregar sus archivos. Fue necesario todo un trabajo de relevamiento de fotos de actos para encontrar esos datos. Lo que es más grave es que ese material fue aportado al juez en noviembre de 2006, luego la policía reconoce que sabía que Chicano se reunía con otros ex militares y policías “preocupados” por los juicios contra los milicos. De allí que denunciáramos una mecánica de “blanqueo” de las investigaciones realizadas en forma paralela por las fuerzas de seguridad e inteligencia, pues son ingresadas al expediente sólo cuando les consta que nosotros ya tomamos conocimiento de esa información.
¿Y qué se hizo en todo este tiempo?
Se hizo todo tarde y mal. Por ejemplo, mandar a fotocopiar esta causa al Ministerio de Seguridad ¡justo donde trabaja un familiar de Chicano! Se le asignó el seguimiento de la pista a Oscar Alberto Farinelli, quien ingresó a la policía bonaerense el 12/03/73, se retiró el 4/02/75 y se reincorporó el 17/06/76. A partir de esa fecha, hizo toda su carrera en la Dirección General de Inteligencia (DIPBA), con lo que estaba en esa función cuando López fue desaparecido por primera vez. Llegó a Jefe de esa Dirección en 1997 y actualmente sigue siendo titular de un organismo de similares funciones, la Superintendencia de Evaluación de la Información para la Prevención del Delito. ¿El Gobierno no lo sabe? Ponen al zorro a cuidar al gallinero...
Y tengo para agregar más. Con relación a esa línea de investigación, recién se producen los allanamientos varios meses después y no hay detenciones, con lo cual a Chicano, Conter, Pallavezzati y demás investigados se les da todo el tiempo del mundo, nuevamente, para preparar su coartada. Se argumenta que no hay elementos aún para llamarlos a declarar. Lo cual es llamativo porque sí los tiene para allanarles la casa. Es una vergüenza.
¿Algo más sobre esto, Myriam?
Sí, que esta pista de la banda mixta de militares y policías, retirados y en actividad, con relación con agencias de seguridad, se sospecha incluso que también con el MODIN, si bien fue aportada inicialmente por los organismos de derechos humanos, fue complementada con las declaraciones de un “testigo de identidad reservada” que dice haberlos escuchado preocupados por los juicios. Ahora este “testigo” cambió su declaración y empezó a hablar de que la banda preparaba un “golpe de Estado”. Tememos que esta sea la próxima gran operación que tendremos que enfrentar: que los responsables de que Julio no aparezca, pasen a ser las víctimas de un golpe de Estado.
Esto demuestra que la “prueba” se orienta arbitrariamente
Sí, por no hablar de la falta completa de seriedad. Por ejemplo, cuando pedimos que se identifique quiénes vivían en la cuadra donde los perros de búsqueda encontraron rastros de Julio López, los investigadores se toman varios meses para responder con información extraída de la página de internet www.telexplorer.com.ar. Una burla.
También los medios dan cuenta de una pista que aportó un periodista de la agencia alemana DPA.
Pista es una manera de decir, porque la opinión del periodista alemán salió publicada en el diario La Nación el 23 de diciembre, pocos días después es secuestrado Geréz y todo pasa al olvido. A nadie, juez, fiscal ni policía, se le ocurrió llamarlo a declarar. El periodista afirmó conocer que a López lo mataron el mismo 18 de septiembre por haberse negado a desdecirse de su testimonio. Lo notorio que tiene la declaración del periodista alemán es que da cuenta que al Gobierno le constan esos mismos hechos, desde hace meses.
También a esto hay que investigarlo relacionado con el pedido en sí mismo inexplicable que los defensores de Etchecolatz hicieron el día de los alegatos, solicitando 48 hs. de postergación para que el Tribunal dé su veredicto. Como así también que el cadáver encontrado en Punta Lara a dos días del secuestro de Julio, corresponde a una persona asesinada a la misma hora en que al veredicto se leía. Todavía no hemos conseguido que se hagan públicos los identikits -que existen desde ese mismo día, dictados por dos guardaparques- de las personas que habrían tirado ese cadáver. En cambio, siguen pegando en la vía pública la foto de Julio, por si está extraviado.
¿Fueron investigados los represores nombrados por Julio en su testimonio?
Ya en abril denunciamos que esa pista fue llevada adelante por el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires y la SIDE en forma muy poco seria, según lo que se plasma en la causa. Se basó en datos extraídos de la guía telefónica y de preguntas genéricas realizadas a vecinos. A su vez la Federal reconoció por escrito que nunca investigó a esos represores.
¿Querés agregar algo más?
Los diarios de hace un año no nos dejan mentir. Inmediatamente a la desaparición de Julio salimos a decir: hay que buscar en Marcos Paz, hay que buscar las complicidades en la policía actual, hay que investigar las relaciones con las agencias de seguridad, hay que investigar a los policías nombrados por Julio en su declaración.
Nada de eso se hizo. Lo poco que se hizo, se hizo mal. Con dolor, nos queda la incógnita sobre qué hubiese pasado si seguía esa línea desde el mismo 18 de septiembre. Tal vez Julio, ahora, estaría entre nosotros.