Declaración de la Liga de Trabajadores por el Socialismo - Contracorriente
México: Viva la rebelión del pueblo de Oaxaca
29/08/2006
Mientras cientos de miles se movilizaron en la ciudad de México contra el fraude, en Oaxaca son los trabajadores, los indígenas y el pueblo quienes se movilizan desde hace 90 días contra el gobierno priista de Ulises Ruiz. La represión en Atenco y Sicartsa, el fraude orquestado por el gobierno y el PAN, y ahora la represión y antidemocracia contra la que se levantan el pueblo oaxaqueño, muestran el carácter profundamente anti-obrero y anti-popular del régimen de la alternancia y de esta democracia para ricos.
Viva la heroica lucha del pueblo de Oaxaca!
Lo que empezó el 22 de mayo como una lucha reivindicativa (aumento salarial por la vía de la rezonificación), se transformó en un movimiento organizado en torno a demandas políticas como la renuncia del gobernador. La lucha de la sección 22 del SNTE-CNTE aglutinó a sectores de los trabajadores y el pueblo y a organizaciones populares, que rodearon de solidaridad y unificaron sus reclamos contra el gobierno.
Los motores de este movimiento son la pobreza extrema de este estado y la miseria en que están sumidos los trabajadores, indígenas y campesinos, y la antidemocracia implementada por los distintos gobiernos priistas.
El violento intento de desalojo policial del plantón de los maestros ocurrido el 14 de junio, incrementó el descontento y radicalizó los métodos del movimiento. La recuperación del Zócalo, en base al enfrentamiento con las fuerzas represoras, impulsó la generalización de la lucha, como se vio en la movilización del 16 de junio, y en las que vinieron luego, con apoyo de la población y los padres de familia de los alumnos.
Con el fracaso de la represión, el gobierno quedó muy deslegitimado, debilitado y a la defensiva, y la capital del estado en gran medida en poder del movimiento de oposición a Ulises Ruiz.
En las semanas siguientes se abrió un escenario de ingobernabilidad, con el bloqueo de los accesos al Congreso local, al Tribunal Superior de Justicia y la Casa de Gobierno, así como a la Secretaría de Finanzas y la Procuraduría de Justicia. La Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO), de la cual participan la Promotora de Oaxaca y distintos sindicatos, y en la que se integraron representantes de 18 cabeceras municipales, comenzó a actuar como instancia de deliberación y organización del descontento popular y a centralizar la lucha, organizando los bloqueos de carreteras, comercios y hoteles, y la toma de edificios oficiales, boicoteando la fiesta de la Guelaguetza, y organizando los topiles, que actúan como comités de defensa. Esto significó un salto en el desarrollo de la lucha, llegando al punto en que el gobernador debió atender los asuntos de gobierno en el Hotel Hacienda, pues la APPO le tomó la Casa de Gobierno. Con un creciente control territorial, la APPO comenzó a actuar como un doble poder incipiente y una nueva forma embrionaria de autodeterminación de las masas en lucha, cuestionando así los poderes del estado burgués provincial.
En las últimas semanas, se expresaron los métodos y la movilización de otros sectores de la clase obrera, sumándose a la lucha encabezada por el magisterio. El 16/8, los trabajadores de la salud paralizaron 15 hospitales y 650 centros de salud, y el Paro Cívico del 18/8 movilizó a 80.000 trabajadores.
La masificación del descontento impidió al gobierno estatal y federal apelar a la represión generalizada. Sin embargo, en las ultimas dos semanas el gobierno asesino y represor de Ulises Ruiz organizó nuevos ataques contra la APPO, como en la manifestación del 10/8, donde fue asesinado José Jiménez Colmenares, y en la acción de grupos armados contra radiodifusoras en poder de la APPO, como el 21 de agosto, cuando otro manifestante fue asesinado.
El objetivo de esta represión salvaje y selectiva fue generar las condiciones para imponer la negociación desfavorable al movimiento que viene impulsando Gobernación y sectores de la patronal, como la Coparmex de Oaxaca, que anunció un paro cívico para el martes 28, con el fin de “exigirle al presidente Vicente Fox que solucione de inmediato la crisis en el estado”. Ante esto, el magisterio declaró que “no es negociable” la renuncia de URO, y convocó a un segundo paro cívico estatal para el 31 de agosto y el 1 de septiembre, día en que realizará la quinta mega marcha.
La lucha de Oaxaca, con su vanguardia en los trabajadores del magisterio, es el punto más alto de la lucha de clases en México y es continuidad de importantes acciones de los trabajadores, como en Sicartsa, y sectores populares como en Atenco. Sus características más importantes son: la tendencia a la auto-organización encarnada en la APPO que cuestiona a los poderes constituidos y los desafía al intentar controlar las vías y medios de comunicación y los edificios de los poderes oficiales, actuando incipientemente como un doble poder; el repudio generalizado al gobierno; la radicalidad de los métodos y la disposición a enfrentar a las fuerzas represivas; y su potencialidad impulsando la participación de otros sectores de trabajadores.
Por un gobierno de la APPO y demás organizaciones obreras, campesinas y populares
Oaxaca vive una situación convulsiva y prerrevolucionaria: la salida para las demandas obreras, campesinas y populares requiere que los trabajadores y el pueblo derriben al gobierno estatal y asuman el gobierno de su destino, como parte de una lucha nacional contra la dominación capitalista y su régimen político. Para eso, la APPO y las organizaciones sindicales deben luchar consecuentemente contra todos los sectores del régimen, y actuar con independencia política y organizativa de los partidos patronales, incluido el “opositor” PRD.
Ante la exigencia popular de desaparición de poderes en el Estado, queda la pregunta de quién debe gobernar. Las masas movilizadas no pueden apostar a que el Congreso, los caciques y la vieja clase política designen un gobernante interino que salve la crisis institucional, "ponga orden", y le escamotee la lucha a las masas. A eso apunta el senador perredista Gabino Cue, con la propuesta de que una comisión plural de senadores, diputados y el secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza, vaya a Oaxaca a "evaluar las salidas institucionales y políticas a esta crisis, y se devuelva la tranquilidad y certidumbre a todos los sectores de la entidad".
La lucha para que se vaya Ulises Ruiz es parte de la lucha para que se vayan todos los políticos al servicio de los capitalistas y terratenientes. Por eso, hay que impulsar un plan de lucha y un paro indefinido hasta echar a Ulises Ruiz e imponer un gobierno provisional de la APPO junto a las organizaciones obreras, campesinas, indígenas y del pueblo pobre.
En ese sentido, a la vez que convocamos a la más amplia solidaridad con la APPO, diferimos con el llamado a un gobierno “incluyente” y de “unidad” con los empresarios “que genere condiciones de participación para que la sociedad toda construya el desarrollo, la democracia y la gobernabilidad en el estado” (Declaración del Pueblo de Oaxaca). Y es que sólo un gobierno de los trabajadores y los campesinos impondrá las reivindicaciones de los miles movilizados y del conjunto del pueblo que apoya. Demandas como es el reparto de las horas de trabajo entre empleados y desempleados con igual salario y escala móvil de salarios ajustable de acuerdo a la inflación, las que son medidas elementales contra el desempleo y la caída salarial y para evitar que miles tengan que emigrar a los EE.UU. con el riesgo de ser asesinados por la Border Patrol; o el reparto agrario radical a los campesinos y los créditos baratos para poder trabajar las tierras, o el derecho a la autodeterminación de las comunidades indígenas (que implica garantizar el acceso a sus tierras históricas), son reivindicaciones que cuestionan las bases del poder de los capitalistas y terratenientes, y que por eso no serán aceptadas por ningún gobierno estatal en el que participen de una u otra forma los empresarios, ni por ninguna constitución acordada por el régimen estatal y sus partidos.
Por eso, frente a la propuesta de construir “instituciones que representen al pueblo” e instaurar “una Nueva Constitución para nuestro estado”, creemos que solo un gobierno provisional de la APPO junto a las organizaciones obreras, campesinas, indígenas y del pueblo pobre debería llamar a una Asamblea Constituyente Revolucionaria en el estado, para discutir e imponer las demandas del magisterio y el conjunto de los trabajadores, las reivindicaciones de los pueblos originarios y los campesinos, así como la libertad de los presos políticos, el cese a la represión. Que se plantee la necesidad de romper los pactos de subordinación al imperialismo, expropiando a los grandes latifundistas y a los magnates del turismo. Esta Asamblea Constituyente solo se hará real sobre las ruinas del régimen estatal que por años preservó la dominación de los caciques y terratenientes y favoreció los negocios de la burguesía en el turismo.
Para avanzar en este camino de lucha y movilización, la APPO debe representar al conjunto de los explotados y los oprimidos, con una política independiente de la Iglesia y los partidos patronales, integrando a delegados rotativos, revocables y mandatados, desde cada lugar de trabajo, municipio o pueblo.
Pero esta lucha enfrenta a un gobierno represor, y brutales ataques de provocadores y paramilitares. Para eso, la primera y elemental tarea es extender los topiles, poniendo en pie comités de autodefensa para asegurar la integridad física de los miembros del movimiento, y desbaratar las provocaciones montadas por Ulises Ruiz.
Paro Nacional en solidaridad con Oaxaca
La lucha de Oaxaca requiere de nuestro apoyo y solidaridad, ya que si es derrotada, la patronal y sus partidos estarán en mejores condiciones para atacar nuestras conquistas y libertades democráticas elementales y a las organizaciones sindicales, campesinas y populares. Si triunfa, serán un paso adelante para derrotar los planes y la antidemocracia del régimen de la alternancia, y una poderosa palanca para la movilización nacional de la clase obrera y los sectores populares de la ciudad y del campo. Por eso, es necesario contrarrestar el aislamiento en el que el gobierno busca hundir esta lucha, impulsando la solidaridad activa con la toma de la sede de Oaxaca en el Distrito Federal y la formación de comités de solidaridad en colegios, universidades y centros de trabajo, así como acciones urgentes de protesta, mítines y movilizaciones a favor de la lucha del pueblo oaxaqueño.
Es urgente que las direcciones sindicales como el SME y la UNT, que hasta ahora no convocaron a acciones efectivas de solidaridad llamen a un paro efectivo en solidaridad. Marcos y “la otra campaña” también deben pronunciarse y poner todos sus recursos al servicio de esta heroica lucha.
La lucha de la APPO enfrenta, al igual que el movimiento nacional contra el fraude, la antidemocracia del régimen. Por eso, los trabajadores y el pueblo oaxaqueño, con sus métodos de lucha como el paro y los bloqueos, puede encabezar el descontento contra la antidemocracia del régimen, unificándose con la acción del conjunto del movimiento obrero, y con el amplio y masivo movimiento democrático de masas que se movilizó contra el intento fraudulento de Fox, el PAN y el IFE. Para eso, es fundamental unir la solidaridad con Oaxaca con la demanda de ¡Abajo el Fraude!: este 1° de septiembre hay que hacer un gran paro nacional con movilización por Oaxaca y contra el fraude, exigiéndole a la CNTE, la UNT y el SME que lo convoquen, y garantizando su realización mediante asambleas en los lugares de trabajo. Para discutir y poner en pie un plan de lucha y un programa unificado, la APPO y las demás organizaciones obreras, campesinas, indígenas y populares tienen que convocar a la realización de un Gran Encuentro Nacional de organizaciones obreras, campesinas y populares, basado en delegados con mandato, y que se realice en la ciudad de Oaxaca. A esa propuesta deberían sumarse con todas sus fuerzas las distintas secciones de la CNTE, el SME y el FSM, la UNT, las organizaciones como la Promotora contra el Neoliberalismo y las distintas corrientes sindicales democráticas, así como la “otra campaña” y el Encuentro Obrero.
Desde la LTS-CC opinamos que los trabajadores y el pueblo de Oaxaca, junto a los cientos de miles que se movilizan contra el fraude y al conjunto del movimiento obrero y popular, debemos luchar unificadamente para imponer a nivel nacional una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, donde los millones de trabajadores y campesinos de todo el país discutamos cómo resolvemos nuestras demandas, las que no serán resueltas por los políticos y los partidos representantes de la burguesía y el imperialismo.
Por eso, la lucha del pueblo de Oaxaca y el movimiento, por derribar a Ulises Ruiz e imponer un gobierno de la APPO y las organizaciones obreras y campesinas, es parte de una gran lucha nacional por enfrentar y derrotar la antidemocracia y los planes contra el conjunto de los trabajadores, los campesinos y el pueblo de México.
– VIVA LA REBELION DEL PUEBLO DE OAXACA
– ALTO A LA REPRESIÓN LIBERTAD A TODOS LOS PRESOS POlà TICOS
– FUERA ULISES RUIZ
– POR UN GOBIERNO DE LA APPO Y DEMÁS ORGANIZACIONES OBRERAS Y POPULARES
– POR UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE REVOLUCIONARIA
– MOVILIZACION EN SOLIDARIDAD CON OAXACA Y SUS DEMANDAS
– QUE LA CNTE, EL SME Y LA UNT LLAMEN A UN PARO NACIONAL POR OAXACA Y CONTRA EL FRAUDE