Bolivia: La guerra del estaño en Huanuni
¡Nacionalización de la industria minera bajo administración directa de los trabajadores!
12/10/2006 La Verdad Obrera N° 208
A partir del jueves 5/10 los mineros estatales del estaño de Huanuni - cerca de la ciudad de Oruro- resistieron y derrotaron después de dos días de violentísimos enfrentamientos la provocación montada por los cooperativistas mineros (privados). Esta agresión fue alentada desde el gobierno de Evo Morales (MAS) por el entonces Ministro de Minería Walter Villarroel, él mismo dirigente y empresario-cooperativista minero.
El objetivo de los cooperativistas era apoderarse del cerro Posokoni y de parte de las instalaciones de la Empresa Minera Huanuni que está bajo el control del ente estatal COMIBOL (Corporación Minera de Bolivia). El propósito de los cooperativistas está más que claro: pasar a manos privadas el yacimiento de estaño más rico del país, borrar del mapa la experiencia de control social de los mineros de Huanuni y asegurarse de que el Estado no vuelva a incursionar en la explotación de la minería.
El saldo final de la llamada “guerra del estaño”, según distintos medios, es de centenares de casas destruidas, 20 muertos, más de medio centenar de heridos y graves daños a la infraestructura de la mina.
El trasfondo de la agresión de los cooperativistas
Días atrás los mineros de Huanuni junto a sectores de desocupados y campesinos a través de su lucha habían logrado imponerle al gobierno del MAS un convenio que entre otros puntos incluía la creación de 1.500 puestos de trabajo en la mina para los desocupados de la zona y el compromiso de financiamiento por parte del Estado para el desarrollo de este proyecto; en momentos que el precio del estaño en el mercado internacional se encuentra en una importante alza.
Este triunfo fue posible gracias a la alianza obrera y campesina a nivel local y le puso un límite a la ofensiva que los cooperativistas mineros -alentados desde el gobierno- venían propinando contra sectores mineros de propiedad estatal como Caracoles y Colquiri.
Al mismo tiempo este triunfo se oponía a la política del Gobierno de Evo Morales que se llena la boca hablando de la “nacionalización” y “recuperación” de los recursos naturales mientras en el campo de la minería sostiene una política privatista y de alianza con las transnacionales como se demuestra con los intentos de licitación para la explotación de hierro y manganeso del cerro El Mutún en Santa Cruz; que según distintos estudios representa la mayor reserva mundial de esos minerales.
El convenio conquistado por los mineros y la comunidad de Huanuni mostraba el camino para luchar por una verdadera nacionalización de la minería y darle una salida de fondo al problema de la desocupación.
Es por esto que los mineros asalariados han conseguido la solidaridad no sólo de su comunidad sino también de otros trabajadores mineros, estudiantes y sectores populares de Oruro. La Central Obrera Boliviana (COB) marchó el martes por las calles de La Paz en solidaridad con Huanuni y sus demandas.
Es en este marco que los empresarios disfrazados de “cooperativistas” y el gobierno alentaron y usaron como “carne de cañón” a los sectores más bajos y pobres de los cooperativistas para montar su agresión y, aparte de intentar apoderarse de las instalaciones de la mina, asestar una dura derrota a quien sin lugar a dudas, es uno de los sectores obreros más avanzados de Bolivia como son los mineros de Huanuni.
Nacionalización
Los trabajadores de Huanuni han marcado el camino no sólo para defender y desarrollar esta empresa hoy nacionalizada, sino para refundar la COMIBOL y nacionalizar toda la industria minera, poniendo así al servicio de la industrialización y los intereses de los trabajadores y el pueblo los grandes recursos minerales de Bolivia.
Es necesario desarrollar hasta el final la lucha por la administración directa por los trabajadores, bajo el control de la asamblea y con representantes revocables por decisión de la misma.
La industria minera nacionalizada manejaría el monopolio de la comercialización y exportación de minerales, lo que permitiría reactivar rápidamente la COMIBOL y liberaría a los pequeños mineros y cooperativistas pobres del control de los bancos, rescatadoras de mineral y grandes empresas.
Un plan así aseguraría trabajo genuino para todos, así como la explotación racional y planificada de los recursos minerales en interés de la clase trabajadora y el pueblo. Permitiría también dotar de asistencia técnica y financiera a los cooperativistas humildes, que trabajan por cuenta propia, que verán sus necesidades básicas satisfechas y a los que se ofrecerá la oportunidad de irse sumando voluntariamente a la producción nacionalizada, como trabajadores y técnicos en mejores condiciones laborales y de vida de las que hoy cuentan.
Claves para entender la guerra del estaño
– Cooperativistas
Existen en Bolivia 524 cooperativas con unos 63.000 afiliados. Están agrupadas en la Federación Nacional de Cooperativistas Mineras (Fencomin). De este agrupamiento era socio principal el ahora ex ministro de minería Villarroel quien dio su apoyo a Evo Morales en las últimas elecciones a cambio de beneficios para su sector. Antes este sector había apoyado a los ex presidentes Sánchez de Losada y Carlos Mesa. La capa dirigente de FENCOMIN está formada por medianos y pequeños empresarios que explotan a asalariados y están ligados por múltiples lazos al gran capital nacional y las transnacionales mineras. Uno de los impulsos para el crecimiento cuantitativo de las cooperativas mineras fue la implementación del Decreto Supremo 21060 en 1985, con lo cual se inauguró la política neoliberal en Bolivia, a través de la cual alrededor de 20 mil mineros que trabajaban para el Estado perdieron sus fuentes de empleo.
– Mineros asalariados de Huanuni
A mediados de 2002 los mineros de Huanuni apoyados por el pueblo de Oruro mediante paros cívicos, marchas y bloqueos lograron poner la empresa bajo control y administración del ente estatal COMIBOL contra los intentos de la transnacional inglesa Allied Deals de quebrarla en forma fraudulenta. Los trabajadores mineros del distrito tuvieron una importante presencia en el levantamiento de Octubre de 2003. Por su papel político representan en el imaginario social la tradición de lucha de los mineros bolivianos
Evo se desgasta ante las masas y comienza a perder aliados
A pesar de los gestos y discursos populistas, las medidas del gobierno de Evo Morales han buscado ganar la confianza de la clase dominante, canalizando las expectativas populares a una Constituyente amañada y buscando pactar con la derecha, como mostró la discusión del reglamento, donde los “cívicos” terminaron imponiendo muchas de sus demandas. Por otra parte la “nacionalización” de los hidrocarburos terminó diluyéndose ante la resistencia de las petroleras, mientras la Ley de tierras no avanza. La “política de autocontrol” del cultivo de coca ya se cobró tres muertos en Yungas de Vandiola.
Ante este escenario el gobierno se desgasta ante las masas y comienza a perder aliados y sustento por derecha (como los cooperativistas) y por izquierda (entre sectores de trabajadores). Frente al giro derechista del gobierno, los obreros de Huanuni muestran otro camino.
Las nutridas movilizaciones del martes 10 en La Paz y Oruro, encabezadas por la COB, las CODes (Central Obrera Departamental) y los mineros, ratificaron su solidaridad con los mineros de Huanuni. Pero mostraron algo más: que un importante sector de trabajadores puede hacer una rápida experiencia con las promesas reformistas del MAS, y girar a la izquierda, señalando el camino que abrió, hace tres años, el heroico levantamiento de octubre.