Argentina
Ni mano dura, ni verso kirchnerista
23/08/2006 La Verdad Obrera N° 201
La principal decisión política del gobierno en las últimas semanas no estuvo referida, ni de lejos, a la situación de los jubilados ni de los alquileres ni de los salarios de los trabajadores. La decisión clave que tomó Kirchner fue en dirección a preparar su propia reelección (o la candidatura de su esposa) para el 2007, mediante la designación de su hermana, Alicia Kirchner, al frente del Ministerio de Desarrollo Social. Manejará 3.500 millones de pesos. La llaman la nueva “Ministra de Desarrollo Electoral”. No sólo por el rol que ya le cupo en la carrera de Kirchner hacia la gobernación en Santa Cruz, sino también por el armado que vino haciendo, durante la actual gestión, en la provincia de Buenos Aires de una nueva red de clientelismo para reemplazar a las “manzaneras” de Chiche Duhalde, ahora llamadas “las margaritas”, que Alicia Margarita Kirchner construyó con ayuda D’Elía y otros varios dirigentes “piqueteros” cooptados al kirchnerismo. Al mismo tiempo, la presentación en conferencia de prensa que hizo el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, de la “concertación” con los intendentes y gobernadores radicales K, va en la misma orientación de poner proa a las elecciones del 2007 comprando voluntades, en este caso alrededor de la renegociación de la “coparticipación federal” de muchas provincias y municipios con déficit fiscales.
En fin, el gobierno que intenta aparecer como “la nueva política” con la causa fogoneada contra los (ex) senadores coimeros de la Ley Banelco, se caracteriza, en realidad, por el recurso generalizado de la coima como herramienta de Estado.
El golpe kirchnerista a la ya golpeada UCR debilitó la candidatura de Lavagna, impulsada por un Alfonsín que ni siquiera puede mantener lo que queda de su partido como para plantearse empresas superiores. Pero la razón de fondo es que Lavagna no se decide a lanzarse porque un candidato con perfil de economista tiene poca base bajo sus pies, dada la conformidad de todo el establishment de negocios con los enormes dividendos que obtienen bajo este gobierno Tanto es así que Kirchner prepara para mediados de setiembre un viaje a EE.UU con el más selecto grupo de empresarios. Allí, en Manhattan, lo espera “Un desayuno con Catherine Kinney, presidenta de la Bolsa de Valores de Nueva York y la oportunidad de hacer sonar la histórica campana del cierre de sesiones, reservada sólo a los hombres que despiertan confianza en Wall Street” (Clarín, 20/08). Pobre Lavagna: ¿Cómo hacer hoy para presentarse más confiable que Kirchner a los intereses de los empresarios norteamericanos?
Por ello es que, a falta de reclamos en materia económica, la derecha argentina intenta encontrar en “la inseguridad” una bandera para tratar de armar una oposición. La reaccionaria marcha convocada para el 31 de agosto por Juan Carlos Blumberg, es la mascarada con que los sectores más reaccionarios del país intentan reagruparse políticamente. El reclamo de “una policía única para que los delincuentes no se pasen de una provincia a otra” busca mejorar el mando represivo contra los sectores obreros y populares de un conglomerado de personajes reaccionarios como Bernardo Neustadt o Cecilia Pando. Dado el antecedente de la marcha de 150 mil personas que Blumberg encabezó en abril del 2004 imponiendo una agenda de leyes más represivas concedidas por Kirchner en ese entonces, no se puede descartar nuevas concesiones del gobierno a la derecha en este terreno. Ya actualmente el gobierno y su Ministerio de Trabajo dejan correr los ataques, despidos y persecuciones de las patronales contra los nuevos delegados y activistas que surgieron en las empresas en oposición a las burocracias sindicales. No obstante, en esta ocasión la marcha tiene, por más que Blumberg declare que será una “marcha apolítica”, un cargado contenido electoral, el intento de armar una coalición de derecha detrás de una figura “independiente”. Mauricio Macri se encargó de confirmarlo dándole abierto apoyo a la marcha, presentando a Blumberg en el estadio de Boca y proponiendo al ingeniero como precandidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires.
En todo este panorama copado por las distintas variantes de los partidos capitalistas, aquel que no guíe su accionar político según líneas de clase termina entrampado o haciendo el juego a alguna de ellas. Este es el caso de Raúl Castells -que en una época supo jugar con la idea de un “partido piquetero” junto a sectores de la izquierda- y hoy declara su apoyo a la marcha de Blumberg: “Iremos para defender la democracia contra los grupos de choque del Gobierno”, lo cual resulta escandaloso tratándose de la derecha más recalcitrante que encabezó la campaña contra “el caos provocado por los cortes de los piqueteros”. Aún más increíble fue la participación de Vilma Ripoll del MST Alternativa en el “abrazo al Congreso” junto a Blumberg y Cecilia Pando, entre otros fascistoides. Los que hablan de formar “una oposición al gobierno” sin delimitar el carácter de clase de esa oposición, confunden las banderas con quienes son los cruzados de la mano dura contra los trabajadores y el pueblo.
Más que nunca, reiteramos nuestro llamado a las organizaciones combativas de los trabajadores y a la izquierda a cerrar filas contra los ataques a la vanguardia obrera que impulsan las patronales y a coordinar el apoyo a las luchas como primer paso a la formación de un Frente Clasista y de la Izquierda Socialista para promover candidaturas de los trabajadores ante todas las alternativas (“progresistas” o abiertamente reaccionarias) de los partidos capitalistas.