México:
Nuestra posición ante la VI Declaración del EZLN
18/09/2005 Declaración de la Liga de Trabajadores por el Socialismo
El lanzamiento de la “VI Declaración” abrió importantes expectativas en sectores de trabajadores y en la izquierda. Queremos saludar esta reunión, porque creemos que buscar la más amplia unidad es imprescindible para enfrentar los planes del gobierno de Fox y el FMI. Somos una modesta organización que, con un programa y una estrategia proletaria intenta actuar en el seno de la clase obrera, y que cotidianamente pone sus fuerzas para que los trabajadores, desarrollando sus métodos de lucha como la huelga general, se unifiquen con los campesinos e indígenas que enfrentan la opresión y explotación, con el objetivo de avanzar en una lucha independiente contra el régimen.
Porque pensamos que es fundamental avanzar en una estrategia consecuente de lucha es que nunca ocultamos nuestras diferencias con la dirección del EZLN. De igual forma, si nos equivocamos, también estamos dispuestos a reconocerlo abiertamente.
Esto de ninguna forma nos impide solidarizarnos y hacer propias las justas demandas de los campesinos e indígenas zapatistas, y denunciar enérgicamente la campaña de satanización por parte de quienes acusan al EZLN de “hacerle el juego a la derecha” por sus correctas críticas al PRD. Las organizaciones obreras y populares, como el SME y la UNT, deben repudiar esta campaña orquestada por el PRD y romper con este partido, y convocar a la movilización contra el hostigamiento militar y para lograr la salida del ejército de Chiapas, la disolución de las guardias blancas, y la liberación de todos los presos políticos.
Es necesario caracterizar al PRD
En la VI Declaración, el EZLN se delimitó del PRD, planteando que este partido es “más de lo mismo” y afirmando que sus militantes no podrán integrarse a la “otra campaña”. Simpatizan con estas declaraciones muchos trabajadores y campesinos desilusionados con este partido que avaló los planes y la antidemocracia de la alternancia, como se vio en la votación de la reaccionaria Ley Indígena. Este rol del PRD es la consecuencia de su carácter burgués y defensor del régimen de dominación de las transnacionales, y por ello hay que luchar por la independencia política y organizativa del movimiento obrero y el campesinado pobre respecto de los partidos del régimen, denunciando su carácter burgués. Es en ese sentido que consideramos que la VI Declaración tiene la limitación de que no denuncia el carácter patronal del PRD y no plantea claramente cuál es su rol en el régimen. Y es que esta definición es fundamental porque direcciones sindicales como la UNT y los intelectuales “progresistas” y sectores de la “izquierda”, basan sus pactos con el PRD en no reconocer que el sol azteca responde a la burguesía.
Quienes formamos la LTS mantenemos las definiciones que en el año 1995 sostuvimos en la CND y en la COCIP, contrarios a la subordinación al PRD y la confianza en las instituciones autorreformadas. Hoy, frente a las próximas elecciones, es fundamental que los trabajadores y los campesinos pobres rechacen todo acuerdo con sectores “antineoliberales” burgueses que legitimen la alternancia, impulsando una política electoral independiente. No hay salida a la miseria confiando en el Congreso y sus partidos patronales. Opinamos que votar por Cárdenas, AMLO, Creel; o compartir proyectos de Nación con Camacho Solís, Muñoz Ledo (los figurones de los Diálogos Nacionales), Ebrard, o cualquier candidato de “izquierda” bajo el registros del sol azteca, es renunciar a luchar por solución a las demandas de los trabajadores del campo y la ciudad.
Cómo luchar por la tierra y la autonomía
Ante las justas aspiraciones de las masas campesinas, opinamos que hay que luchar por un programa que dé salida a los reclamos del campo a través de una reforma agraria radical que expropie a los terratenientes y entregue la tierra a los campesinos pobres. Pensamos que esto sólo se logrará quebrando la dominación del imperialismo, desconociendo al TLC y todos los pactos que nos subordinan, y expropiando sin pago a las transnacionales. Lamentablemente, la mayoría de las direcciones campesinas no levantan este programa y terminan atrás de programas supuestamente “antineoliberales” que sólo ofrecen renegociar la miseria y mantener la expoliación y la opresión.
Para lograr una verdadera autonomía como la que reclaman las comunidades indígenas, es necesario luchar por la tierra; ese es el ejemplo de la Comuna de Morelos de 1915, que sustentó su soberanía política en la consigna de “la tierra es de quien la trabaja” y en la expropiación de los terratenientes y el mal gobierno.
Para conquistar estas demandas acuciantes e históricas, los obreros y los campesinos deberían luchar por derrotar al régimen proimperialista y defensor de los terratenientes y las transnacionales, con la acción unificada de obreros y campesinos.
Cómo construir la unidad de obreros y campesinos
En la actualidad, la lucha de obreros y campesinos es dividida y sus organizaciones son llevadas tras el apoyo a candidatos del PRI, del PRD y hasta del PAN. Para lograr esta unidad, venimos impulsando con nuestras modestas fuerzas, una política en los sindicatos para enfrentar a las direcciones charras que impiden la unidad de los explotados (como el CT-CTM), que en 1994 atacó a los insurgentes zapatistas. Pero esta es una gigantesca tarea de todos los trabajadores que sufrimos los planes de hambre.
La unidad obrero y campesina podemos construirla alrededor de un plan de lucha y un pliego de demandas unificado, impulsando la movilización unitaria en las calles, con independencia de los partidos, instituciones y el estado burgués.
Para avanzar en ese camino, proponemos a las organizaciones aquí presentes la convocatoria a un Encuentro Nacional de las Organizaciones Obreras, Campesinas y Populares. Nosotros pensamos que las reuniones convocadas por la dirección del EZLN, si bien son un paso adelante, todavía son insuficientes para la tarea que tenemos por delante. Organicémonos de forma democrática y desde las bases: este Encuentro, basado en delegados rotativos y con mandato, podría ser llamado por el SME, la CNTE, los trabajadores democráticos de la salud, los mineros de Sicartsa, la misma dirección del EZLN y el conjunto de organizaciones que se han adherido a la VI Declaración. Allí discutiríamos un plan de lucha y un programa clasista y anticapitalista, superior al “programa mínimo no negociable” impulsado por la UNT y el SME.
El llamado del EZLN a la unidad obrero-campesina es positivo, y esperamos que sea la base de un plan de acción contra el gobierno y el régimen de la alternancia. Proponemos, como primera tarea, organizar la solidaridad con la huelga de Sicartsa para que no quede aislada por los charros. Junto a esto, impulsar activamente la defensa de la Seguridad Social (IMSS, ISSSTE) y que las organizaciones y compañeros aquí presentes nos sumemos a la lucha contra las reformas de Levy, y Fox, retomando la propuesta unitaria de los compañeros del Frente Único Nacional de Trabajadores Activos, Jubilados y Pensionados del IMSS.
La lucha por una “nueva constitución”
Ante el llamado zapatista a luchar por una “nueva constitución”, debemos dejar bien claro si lo que se propone es luchar contra las instituciones del régimen burgués, lo que es opuesto a lo que sostienen muchas direcciones llamadas “antineoliberales” que sólo buscan reformarlas. La experiencia de la Constitución de 1917 mostró como, bajo las instituciones de la clase dominante, sirvió para preservar su dominación. Por el contrario, la legislación impuesta por Zapata (como la ley agraria de 1915), fue sobre la base de las milicias campesinas y la lucha contra el mal gobierno.
Consideramos que hay que luchar por un gobierno de obreros y campesinos que expropie a la burguesía y reorganice la sociedad sobre nuevas bases económicas, y nos oponemos a cualquier engaño que quiera reformar el régimen de los capitalistas y terratenientes, como la estrategia de los “antineoliberales” de democratizar las instituciones. Ante la discusión sobre la “nueva constitución”, proponemos impulsar una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, que discuta y resuelva las demandas más acuciantes de las mayorías obreras y campesinas, como el problema de la tierra y la dominación imperialista. No creemos que esto pueda lograrse en los marcos del actual régimen de la alternancia, que repetidas veces mostró su carácter antidemocrático y opresor: las demandas de obreros y campesinos sólo serán impuestas con la movilización en las calles contra el gobierno y el régimen.
Es necesario luchar por el poder político
Desde nuestro punto de vista, estamos convencidos de la necesidad de una estrategia proletaria y socialista. Pensamos que la clase obrera, mediante la huelga general nacional, debe encabezar la lucha por las demandas de los explotados y oprimidos, para derrotar los planes de la clase dominante. En esta perspectiva creemos que hay que luchar por el poder político, para lograr un gobierno obrero y campesino que avance hacia la expropiación de los expropiadores.
La “VI Declaración” plantea la necesidad de “luchar contra los partidos registrados y el gobierno” y propone una perspectiva “anticapitalista”. Pero Marcos ha dicho que el movimiento impulsado por el EZLN no se pronunciará sobre la cuestión del poder político, con el fin de respetar las distintas posturas. Ante esto, pensamos que no se puede triunfar en la lucha por nuestras demandas sin arrancarle el poder a los explotadores. ¿Cómo se puede realizar la reforma agraria, la ruptura con el imperialismo y la nacionalización de las empresas bajo control obrero, si el poder continúa en manos de los representantes de los explotadores? ¿Cómo garantizar la autonomía indígena, sus Juntas de Buen Gobierno, y los recursos necesarios para salir de la pobreza, sin luchar por el poder político? Creemos que no se puede ser consecuentemente “anticapitalista” sin luchar por el poder político bajo una perspectiva nacional, ya que corremos el riesgo de dejarlo en manos de quienes lo detentan actualmente (los representantes de los capitalistas y terratenientes) o de buscar alianzas con sectores “antineoliberales” de la propia burguesía.
En ese sentido, creemos que fue incorrecta la política de la dirección del EZLN, cuando buscó aliarse con el PRD, considerando que este partido podría actuar a favor de los indígenas y campesinos. Ya las bases zapatistas vieron cual fue la actuación del PRD al votar la reaccionaria Ley Indígena, demostrando así su carácter burgués y antidemocrático.
Ante la explotación, opresión y antidemocracia, hay que luchar por un poder basado en la expropiación de los capitalistas y en los órganos de autodeterminación de las mayorías obreras y campesinas. Sólo así en oposición a cualquier ilusión en la reforma del capital, se puede impulsar una verdadera lucha anticapitalista.
En ese contexto, sectores que concurrieron a los encuentros convocados por el EZLN, sostienen la necesidad de impulsar un gran “movimiento anticapitalista” basado en acuerdos generales. Nosotros pensamos que la lucha por el poder requiere de la construcción de un gran partido de la clase obrera que enfrente a las instituciones y a los partidos de la burguesía. Consideramos que una tarea prioritaria de este partido obrero es impulsar la alianza revolucionaria de los trabajadores y los campesinos de Chiapas y de todo el país, cuestión esencial para la revolución socialista en México.
Avancemos en una lucha contra el régimen de la alternancia
Quienes suscribimos este documento, luchamos para que el movimiento obrero avance en su independencia de clase, supere la camisa de fuerza que le imponen las burocracias sindicales y avance en la perspectiva de la huelga general. En ese marco es que consideramos positivas las declaraciones y los llamamientos del EZLN, y esperamos que las mismas se transformen en una política consecuente de enfrentamiento a la “transición pactada”.
Hay que discutir cómo lograr las demandas de los explotados y oprimidos, derrotar al gobierno y al régimen y conquistar un gobierno de los trabajadores y campesinos que rompa con el imperialismo y expropie a los expropiadores, comenzando a edificar una sociedad sin clases. Al servicio de ese debate ponemos estas modestas consideraciones y propuestas.