Un primer balance
¿Qué significa la reelección de Chávez?
Fecha: 7/12/2006
Autor: Milton D’León, desde Caracas
Fuente: LVO 216

1 Como se esperaba, Hugo Chávez obtuvo un importante triunfo electoral con el 62,89% sobre el 36,85% del candidato de la derecha Manuel Rosales [1], ganando en la totalidad de los estados, incluso el que gobierna Rosales. Con el beneficio de la holgada situación económica alimentada por la alta renta petrolera, y la aspiración de amplios sectores de masas, que continúan anhelando un cambio real en sus condiciones de vida, se transforma en el primer presidente reelecto de Venezuela en una masiva votación, teniendo en cuenta que el voto no es obligatorio desde la Constitución de 1999, bajando la abstención a un nivel de 25%. Chávez sale fortalecido en su cuarta elección consecutiva aumentando en términos porcentuales de votos. Luego del debilitamiento que había sufrido la derecha tras intentar derrocar a Chávez, apoyada por el imperialismo yanqui, con el golpe de abril de 2002, el paro-sabotaje petrolero y durante el referéndum revocatorio de 2004, este sector empieza a recuperar terreno con la candidatura de Rosales.

2 Contrariamente a lo que se vaticinaba, si bien estas fueron elecciones presidenciales polarizadas, se realizaron normalmente, con una derecha aceptando rápidamente la derrota. Rosales afirmó: “Yo sé que algunos en posiciones emotivas quisieran que yo mintiera y que lanzara al pueblo a la calle. Yo no podría hacer eso jamás porque después saldría la verdad. Reconocemos que hoy nos vencieron”. Desde las fuerzas chavistas, incluso el propio Chávez, elogiaron la actitud “madura” de la derecha. La Iglesia católica y el empresariado nacional llamaron permanentemente a la calma y elogiaron el actual proceso electoral. En este sentido son sintomáticas las declaraciones del Departamento de Estado norteamericano al reconocer de entrada el triunfo de Chávez, como así también la rápida respuesta del canciller venezolano Nicolás Maduro, asegurando que “el gobierno del presidente reelecto, Hugo Chávez Frías, siempre ha estado en la disposición de tener las mejores relaciones con el gobierno de Estados Unidos”. Sectores del empresariado felicitaron a Chávez: “... los empresarios que han trabajado de manera conjunta con el gobierno nacional hacen manifiesta su intención de seguir contribuyendo a ‘acabar con la burocracia, a generar más empleos y a que Venezuela se convierta en una potencia en todos los aspectos posibles’” (Agencia Bolivariana de Noticias, 4/12).

3 Los trabajadores y el pueblo pobre aún esperan mucho del gobierno de Chávez. La masiva votación lo expresa claramente y son fuertes aún las ilusiones y esperanzas en que de la mano de Chávez se saldrá de la pobreza y se cumplirán las demandas fundamentales de las grandes masas populares. Pero hasta hoy, y luego de 8 años de gobierno, muy poco se ha avanzado en satisfacer las demandas estructurales de los trabajadores, los campesinos sin tierra y los grandes sectores pobres urbanos. Las Misiones (programas sociales del gobierno), si bien en la salud y la educación han mostrado ciertos resultados sensibles entre los pobres, de conjunto no apuntan a resolver los problemas estructurales en que vive sumida la inmensa mayoría de la población. Es más, las Misiones han comenzado a tener un techo, y en programas como el de vivienda se han mostrado como un verdadero fracaso. Si bien las estadísticas oficiales muestran que la pobreza se ha reducido de un 50,4% en 1999 a un 33,9% [2]actualmente, no se redujo la tremenda desigualdad social entre ricos y pobres. El desempleo, si bien ha disminuido un poco en términos generales, en la juventud alcanza un 23%, y la mayoría de nuevos empleos son de carácter precario incluso en las propias dependencias gubernamentales. Es importante destacar que del conjunto de la fuerza laboral activa, casi el 50% se encuentra en la economía informal. En lo que hace a la relación entre salarios de los trabajadores y ganancias de los capitalistas, según datos oficiales, entre 2002 y 2005 la distribución del ingreso en lo referente a salarios bajó del 33% al 25%, mientras que las ganancias capitalistas subieron del 38% al 49% (ver gráficos) [3] . De una producción nacional mayor a la anterior, nos corresponde a los trabajadores una parte más pequeña. Pero la gran ventaja de Chávez es que los sectores populares no lo identifican como responsable de que no se haya avanzado mucho sino que responsabilizan a la burocracia estatal y a los sectores de gobierno que rodean al presidente, así como a la corrupción. No es casualidad que Chávez en su corto discurso desde el balcón de Miraflores intentara dar respuesta a esta cuestión indicando que lo que se viene es la lucha contra la burocracia y la corrupción. Hasta el momento Chávez ha hablado de “profundizar la revolución bolivariana” pero no ha anunciado medidas concretas en ningún sentido.

4 Como afirmamos, el handicap de Chávez, además del gran apoyo popular, es la bonanza económica. Esta favorable situación se evidencia en los índices macroeconómicos más importantes: en los últimos tres años el crecimiento fue de 17,4% en 2004, 7% en 2005 y se espera un 9% para 2006. Es importante destacar que los dos años anteriores la economía había caído estrepitosamente. En 2002 hubo un crecimiento negativo de -9% y en 2003 de -9,4% como consecuencia del paro-sabotaje. Todo esto es alimentado por el precio del petróleo, alcanzando el promedio del barril venezolano 58,59 dólares en 2006. Mientras tanto las reservas se sitúan en la actualidad en 35.060 millones de dólares, las más altas de la historia [4]. Pero de toda esta situación quien obtuvo grandes beneficios económicos es el conjunto del empresariado y sectores transnacionales. El presidente de la Superintendencia de Bancos afirmó que “la banca es uno de los mejores negocios del país”. En el negocio petrolero, las grandes transnacionales no han dejado de llenar sus bolsillos, asegurados ahora por la política petrolera “soberana” que hoy vende Chávez con la “nueva PDVSA”, y que tiene como fundamento la constitución de empresas mixtas entre la estatal y las corporaciones petroleras internacionales, transformándolas en dueñas de un 49% de los yacimientos e instalaciones petroleras en las nuevas compañías.

5 Los trabajadores perciben esta situación, aunque aún confían en Chávez. Por eso, a pesar de los intentos del gobierno y la burocracia sindical por frenar las luchas de los trabajadores o diluirlas en la contienda electoral, fueron muchas e importantes las peleas obreras que se han venido librando en el país. Estas luchas son esencialmente reivindicativas y por derechos sindicales, y aún no enfrentaron directamente al gobierno. Pero es importante resaltar que los trabajadores comienzan a pelear con sus propios métodos como las huelgas, tomas de fábricas, cierres de calles, etc. Resistiendo al chantaje de la burocracia sindical ligada al gobierno de no salir a la calle para fortalecer la reelección de Chávez. Si se mantiene la actual dinámica del gobierno y la persistencia de las luchas obreras, populares y de los campesinos pobres, nada dice que el apoyo con el que cuenta no comience a erosionarse y se avance en la experiencia política de los trabajadores con el chavismo.

6 La Juventud de Izquierda Revolucionaria (JIR) dio una férrea pelea por levantar una candidatura obrera independiente en estas elecciones, cuestión que era factible conseguir. Pero enfrentamos el obstáculo de quienes tenían todas las posibilidades de llevarlo adelante, principalmente de la dirección mayoritaria del Partido Revolución y Socialismo [5]. Ante la decisión de este sector de llamar a votar a Chávez, nos declaramos en fracción pública del mismo por una real independencia de clase, llamando a votar nulo. Pero enfrentamos también al representante de la LIT-PSTU, que se destacó por hacer frente único con los sectores mayoritarios del PRS, diciéndonos que “era un garrafal error...llamar a votar nulo”. En el próximo período será crucial arreciar la pelea para que las luchas de los trabajadores, los campesinos pobres y sectores populares que no se detuvieron a pesar del clima electoral triunfen y se extiendan, y elevándose al cuestionamiento del gobierno de Chávez. La clave continúa siendo la pelea por una política obrera independiente, por eso llamamos a la reflexión a los honestos militantes del PRS para cuestionar la política de los sectores mayoritarios de la dirección preparándose para los próximos acontecimientos. Para avanzar hacia la independencia de clase, la corriente sindical C-CURA (Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma) debe abandonar su adaptación al chavismo y luchar para que la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) rompa toda subordinación al gobierno.