Argentina: gobierno vs. campo
Sigue la disputa
05/06/2008
¿Quién se divide primero, el frente agrario o el PJ?
La disputa por las retenciones entre el gobierno y las patronales rurales que lleva casi 3 meses, deja una primera lección política. La crisis nacional abierta muestra que los capitalistas, cuando pelean por sus propios intereses, no hacen lo mismo que machacan sobre los trabajadores y el pueblo a los que se indica mantener los reclamos por medios pacíficos y dentro de la ley.
Unos basados en el poder del Estado y otros en su control sobre los medios de producción, ambos utilizan la fuerza, la coerción, las medidas de acción directa para pelear por lo suyo.
Los empresarios del campo apelaron al bloqueo de alimentos básicos a la población, provocando escasez y un pico de aumentos de precios. El gobierno utiliza la justicia para amedrentar a los ruralistas, aunque por menos ya estarían presos los dirigentes de cualquier sindicato o comisión interna. El único “golpe” en cuestión, fue el golpe inflacionario de marzo que ambos provocaron contra los trabajadores y el bolsillo popular.
Gasoleros
¿Se acuerda que Moyano amenazó a los del campo en el acto del PJ en Almagro con llevar “un millón de trabajadores a las rutas”? En realidad, los últimos tres meses el kirchnerismo mostró una total incapacidad de movilizar masivamente para su causa. Los Kirchner tuvieron que apelar a la intervención de otro sector patronal de la cadena de producción cerealera, las corporaciones del transporte de granos. Veinte mil camiones de la Confederación Argentina del Transporte Automotor de Cargas iniciaron un bloqueo en las principales rutas de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires que afecta a cientos de miles de pasajeros y amenaza con un nuevo desabastecimiento de lácteos, carne y combustible que sufriremos millones. Contra los cortes de ruta parciales de los ruralistas lanzaron un bloqueo total... en nombre del “diálogo”. “No hay soluciones para el transporte cerealero que hace 70 días que no hace una moneda”, dijo Rubén Agugliaro, titular de la Catac. “La semana pasada nos sentamos con el ministro De Vido y le planteamos esta situación, y nos dijo que aguantáramos pero el lunes las entidades ruralistas siguieron el paro”, dijo Carlos Di Nuncio de la corporación de los transportistas. El gobierno, presumiblemente a través del ministro de Planificación de subsidios, logró movilizar a un sector de la cadena cerealera que aparecía como “propia tropa” del “campo”, indiferenciada de los capitalistas rurales. “Tomaron una decisión corporativa que no está acordada con la mesa de enlace y que no corresponde a una estrategia común”, dijo Buzzi descolocado. Con la amenaza de desabastecimiento quieren desempatar y buscar la capitulación de las patronales agrarias, exigiéndoles levantar las medidas de fuerza previstas hasta el lunes 9.
¿Quién se divide primero?
La concesión “unilateral” que anunció Alberto Fernández modificando parcialmente las retenciones móviles no conformó, pero el gobierno logró desdibujar el reclamo agrario. A pesar de que repiten que “se mantiene la unidad de la Comisión de Enlace”, no pudieron unificar un discurso claro ante la propuesta oficial salvo por la calificación de “inconsulta”. ¿Qué pide el campo? Aunque la semana empezó con una nueva demostración contra el gobierno en el acto de Armstrong y el paro del interior que atrajo a sectores de comerciantes y de la agroindustria, sólo la Federación Agraria quedó a cargo de la jornada. Los protagonistas más importantes de las últimas medidas fueron los que no reciben compensaciones y reintegros, o porque están más arriba del límite de 500 toneladas (150 hectáreas), por los que reclama Buzzi pidiendo elevar el tope a 1.500 tn, o porque son pequeños chacareros pero rentistas que han puesto sus campos en alquiler. Esta es la base esencial de la Federación Agraria que ha quedado como el ariete de los grandes dueños de la tierra. Por otro lado, si la guerra de desgaste se alarga, el gobierno seguirá viendo crecer el “frente de los tibios” entre los gobernadores e intendentes. Reutemann se lanza en la interna del PJ de Santa Fe que junto a Córdoba son las dos grandes provincias que hoy parecen perdidas para los Kirchner. En el bastión del PJ, Buenos Aires, Scioli es obligado a un incómodo alineamiento, en momentos que el recaudador bonaerense Montoya lanza una nueva ofensiva contra los ruralistas, amenazando a 80 mil productores agropecuarios de la provincia por evasión de impuestos por 200 millones de pesos. Dentro de las propias filas del bloque oficial, la nave insignia del “partido de los industriales”, Paolo Rocca de Techint, declaró ante un cónclave de empresarios en Brasil que las retenciones o medidas que restrinjan la exportación “apuntan a evitar el impacto de la inflación pero crean distorsiones de precios y reacciones de los productores” y tiene efectos “muy negativos en las inversiones de largo plazo”. El jefe de los industriales de la UIA, Lascurain, declaró que con las operaciones del Banco Central que viene bajando el dólar para mostrar el poder de las reservas ante las “mini corridas” y contener la inflación, provoca “la caída de la competitividad de los exportadores y de aquellas empresas que deben hacer frente a los productos importados”. Hasta en la pata sindical de la alianza de gobierno, Moyano es desafiado por Armando Cavallieri y un sector de “los gordos” que baraja postular a un candidato alternativo a la jefatura de la CGT.
¿Quién se resquebraja primero, el frente agrario o el PJ? La crisis sigue abierta.
Una nueva militancia
En la nueva situación nacional que se abrió con la crisis política, otra conclusión es importante. El verso kirchnerista del crecimiento económico con “inclusión social” empieza a ser cada vez más evidente. Aunque el grueso de los trabajadores está todavía expectante ante la crisis de los de arriba, crece la bronca por los aumentos de precios y los bajos salarios. En sectores de la industria que sufren la falta de materias primas por el parate que se está empezando a operar en algunas ramas, las patronales lanzan planes de suspensiones con baja del salario.
Pero ha surgido una nueva generación de luchadores que viene haciendo una experiencia en la militancia sindical, como nuevos delegados o activistas en empresas y gremios. Son los que siguen protagonizando nuevas luchas de resistencia a la imposición de los techos salariales y las condiciones precarias de empleo, como los obreros y obreras de Cipolletti contra la patronal de Werthein o los trabajadores de Arcor en Salto que mostramos en páginas centrales. También hay una nueva generación de estudiantes secundarios que como en Neuquén y los colegios de Capital, universitarios como en Mendoza y el CBC de Merlo, empiezan a participar de luchas del movimiento estudiantil. La crisis política nacional abierta plantea a esta vanguardia obrera y estudiantil dar un paso adelante en su organización y objetivos de militancia. El PTS, al mismo tiempo que participa junto a ellos para que estas luchas triunfen y se coordinen, viene peleando para que se exprese un polo independiente de los dos bandos patronales. Impulsamos la declaración firmada por más de 300 intelectuales, docentes y escritores que se pronuncia “ni con el gobierno ni con las entidades patronales del campo”, y esta semana dimos una pelea política en el Congreso de la FUBA que se pronunció en el mismo sentido. La Verdad Obrera invita a participar de estas tareas junto a nosotros, a difundir este periódico, a debatir las distintas posiciones de la izquierda en la crisis nacional con las que polemizamos en estas páginas y a organizarse con el PTS para luchar por construir una dirección política de los trabajadores, un gran partido revolucionario.