LOR-CI Bolivia | Palabra Obrera 41
Tras la fachada plurinacional asoman las contradicciones de la Bolivia burguesa.
23/06/2010
A seis meses del segundo mandato del gobierno de Evo Morales, vemos como los grandes problemas provocados por el carácter burgués y semicolonial del Estado, vuelven a emerger con fuerza. La responsabilidad del MAS en construir y llevar adelante la nueva legalidad acorde al nuevo régimen estatal, lo lleva a tener que protegerlo de la emergencia de las viejas y nuevas contradicciones propias de un Estado semicolonial. Durante estos años el MAS intento lavarle la cara a las organizaciones represivas como la policía y el ejército, otorgándoles administración de aduanas, reformulando los nombres de la policía, sorpresivamente y pese a todos estos intentos, estallan casi simultáneamente varios incidentes que involucran a estas instituciones. La salvaje represión en Caranavi, con dos estudiantes asesinados y decenas de heridos puso en evidencia que por más que la policía hoy se llame a sí misma “comunitaria” sigue siendo el mismo nido de represores de antes. El caso Rosales pone en evidencia los múltiples lazos que existen entre el narcotráfico y prominentes miembros de estas instituciones. El ajusticiamiento de 4 policías en la localidad de Uncía, acusados por los 4 ayllus locales de ser delincuentes, vuelve a poner en evidencia la “gelatinosidad” estatal que García Linera se había propuesto terminar, debiendo tener que recambiar todo el estado mayor policial ante las acusaciones de corrupción en las altas esferas. Las instituciones estatales, hoy con el rotulo de plurinacionales, vuelven a convertirse en presa de caza de arribistas y amigotes de los funcionarios de gobierno. Así, casos de corrupción empiezan a ser noticia cotidiana, llegando al extremo de tener que procesar y detener a la ex ministra de salud, Sonia Polo. Mientras esto sucede en las altas esferas del nuevo estado plurinacional, por abajo sectores obreros, populares y campesinos se movilizan exigiendo el cumplimiento de las promesas gubernamentales. Los trabajadores fabriles, maestros, salud y servicios empiezan a movilizarse por salario y condiciones dignas de trabajo, obligando al MAS a comportarse como “garante del orden” y de la estabilidad macro económica, empujando al gobierno cada vez más a la derecha, en un proceso de aburguesamiento y administración de la institucionalidad del nuevo régimen y dejando el flanco izquierdo vacio y presto a ser ocupado por los nuevos sectores movilizados. La crisis primero en torno al nuevo Código de Trabajo y ahora con la Ley de Pensiones no es más que una muestra de lo que significa poner en pie un nuevo andamiaje institucional para el “Nuevo Estado Plurinacional” (que no toca la propiedad privada de los medios de producción ni rompió la dependencia del imperialismo) y necesita un régimen que organice la vida social y política del país que se está construyendo mediante decenas de leyes y reglamentos pactados con las clases dominantes. Como parte de la configuración del nuevo régimen, cada ley a ser aprobada significa forcejeos legales y políticos entre los sectores afectados e interesados.
Vamos a ver más crisis, vamos a ver más luchas, vamos a ver más movilizaciones. Pero lo que distingue a estas de las movilizaciones y luchas de los últimos años es que, desde 2003 en adelante, la movilización de los trabajadores y campesinos se da en el marco de un régimen relativamente fuerte pactado con los explotadores, pero como contraparte empieza a emerger un nuevo sujeto social, la clase obrera, que durante casi una década luchó diluida en movimientos de carácter popular en general. Esta vez los trabajadores se movilizan con sus propias banderas, en nombre de su clase, con sus métodos, y en medio del desarrollo de una crisis capitalista mundial, de la que solo la clase obrera puede dar una salida. Es en esta re emergencia de la Bolivia burguesa y semicolonial, con todas sus taras y contradicciones, que la clase obrera que ha empezado a moverse, y al calor de este movimiento puede y debe forjar un proyecto político propio, independiente del gobierno, del Estado y de los empresarios y políticos burgueses. Un proyecto político propio que se plantee sacar a Bolivia del atraso y la miseria rompiendo con el imperialismo y sus amigos locales. Es para esta apasionante tarea que desde la LOR-CI invitamos a nuestros lectores a iniciar la discusión, empezando por las enseñanzas del último conflicto salarial y peleando juntos para recuperar nuestras como la COB para ponerla al servicio de la lucha por los intereses de los trabajadores y el pueblo.