Más de una semana de revueltas de la juventud inmigrante
Arde Estocolmo
30/05/2013
Las noticias que llegan desde Suecia se suelen asociar a la entrega del premio Nobel o a la “calidad” de vida que disfrutan sus habitantes, en un país muchas veces presentado por las derechas como ejemplo de vida cívica y “movilidad” social.
Pero desde hace más de una semana los barrios pobres de Estocolmo, la capital de este país nórdico, se hicieron famosos en todo el mundo por la revuelta de jóvenes, en su mayoría inmigrantes o hijos de inmigrantes, que hace recordar a los hechos sucedidos en 2005 en las periferias de París y otras ciudades de Francia y en 2011 en Londres.
Todo comenzó en el barrio de Husby (a las afueras de Estocolomo) con la quema de autos, ataques a lugares públicos o comisarias y enfrentamientos con la policía y los bomberos como muestra del descontento. Luego del cuarto día los enfrentamientos comenzaron a extenderse a otros barrios como Kista, Rinkeby, Jakobsberg o Norsborg).
Pobreza, discriminación y revuelta
La chispa que prendió el fuego fue el asesinato de un hombre de 69 años en Husby a manos de la policía. El estallido de la juventud inmigrante y plebeya es la respuesta al hostigamiento y la represión policiales que padecen estos sectores sociales y que han recrudecido en los últimos años al calor de la crisis económica que recorre Europa. Como decía un joven del barrio de Tensta, “Se remonta a mucho tiempo atrás. Se trata de pequeños conflictos con la policía. Allá donde vas te registran. Te sientes como una persona perseguida” (El Mostrador de Chile, 28/5). Las medidas de austeridad aplicadas por el gobierno conservador, han significado importantes recortes de subsidios y asistencia social de la que depende gran parte de estos jóvenes y sus familias. Por eso la revuelta es una expresión de las condiciones de vida cada vez más degradadas en los barrios más pobres.
Las declaraciones del Primer Ministro sueco Fredrik Reinfeldt deslindando toda responsabilidad y llamando a la población de esos barrios a combatir los disturbios, despertó el reclamo de diferentes sectores de la sociedad. El líder del Partido Moderado (que forma parte del Partido Popular Europeo junto al PP que gobierna el Estado español o el CDU de Ángela Merkel) trata de quitarse toda responsabilidad cuando las revueltas son la expresión de la falta de salud, educación, trabajo y de las cada vez peores condiciones de vida en estas zonas periféricas de la ciudad.
Luego de varios días de enfrentamientos desde el gobierno reconocieron que el asesinato del hombre de 69 años fue un caso de abuso policial desmintiendo la primera versión que decía que el policía había actuado en defensa propia. Mientras reconoce esto, da rienda suelta para que la policía, acusada de racista y de represora por los jóvenes de estos barrios, actúe “recomponiendo el orden” con racias y detenciones.
Por su lado la ultra derecha sueca de los Demócratas Suecos aprovecharon la situación para pedir el estado de emergencia y el toque de queda en las zonas donde hay enfrentamientos y acusar a los inmigrantes de ser los responsables de la situación. Al estilo de la ultra derecha europea como el Frente Nacional Francés, Aurora Dorada en Grecia o el ascendente UKIP de Gran Bretaña, hacen responsables de las consecuencias de la crisis económica, el crecimiento de la desigualdad social y la desocupación a los inmigrantes buscando dividir a los trabajadores y sectores populares entre nativos y extranjeros mientras ocultan que la crisis es producida por la burguesía imperialista.
La clase obrera es una y sin fronteras
Las revueltas de los jóvenes inmigrantes son una reacción a las condiciones que viven día a día. Millones tienen que emigrar de sus países escapando de la super explotación a las que son sometidos por las propias empresas imperialistas europeas (como se vio hace unas semanas con la masacre en Bangladesh o en Camboya en estos días donde los trabajadores se rebelan contra la multinacional Nike) que se instalan en los países más pobres y atrasados para bajar el precio de la mano de obra, así como de la pobreza y la guerra. En los países imperialistas de Europa, como Suecia, ocupaban los peores trabajos, son sometidos a mayores ritmos de explotación y con peores salarios que los trabajadores nativos. Con la crisis económica son los primeros en perder su trabajo, ser discriminados y quedar sin beneficios sociales. La xenofobia y el racismo son utilizados por la burguesía para desviar el odio de los explotados hacia los trabajadores inmigrantes y busca dividir las filas obreras entre “nativos” e “inmigrantes” y crear una “unidad nacional” reaccionaria.
La primera respuesta a esto debe venir de parte de los trabajadores y sus organizaciones. Fuera la policía de los barrios pobres. Libertad a todos los detenidos. Igualdad de derechos laborales, así como en el acceso a la salud y educación. Legalización de todos los inmigrantes.
Una salida de fondo que garantice la igualdad y acabe con el racismo y la xenofobia solo puede llegar si la clase obrera toma es sus manos estas demandas en el marco de enfrentar el dominio de la burguesía imperialista para que la crisis la paguen los capitalistas.
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CLAVES
En los barrios como Husby,
El 85% de los jóvenes son inmigrantes o hijos de inmigrantes
El 40% no tiene posibilidades de trabajar ni de estudiar
La desocupación entre los jóvenes inmigrantes es del 15%, entre los jóvenes nativos del 6%
Suecia es el país de la zona donde más aumentó la pobreza relativa entre 1995 y 2010.
23-05-2013