Dirección Nacional de la LER-QI
Carta abierta a los militantes del PSTU y de la LIT
14/05/2006
Es necesaria una política ofensiva de construcción de un partido revolucionario en Brasil y para reconstruir la IV Internacional a nivel mundial.
Esta carta abierta es una tentativa seria de abrir una discusión estratégica. Nuestro objetivo es abrir un dialogo fraternal sobre los nuevos desafíos que están planteados frente a la actual situación internacional y nacional, especialmente sobre la construcción del partido revolucionario en Brasil, como parte de la lucha por la reconstrucción de la IV Internacional.
Los militantes de la LER - QI y de la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional, del PSTU y de la LIT saben de las diferencias teóricas políticas y tácticas que tenemos en Brasil, Argentina, Bolivia y otros países. Pero no son esos diversos puntos divergentes, que mantenemos íntegramente, lo que queremos reafirmar en esta carta abierta. Sin embargo, por cuestiones de seriedad, no vamos a ocultar las diferencias que realmente tenemos.
Como una organización marxista madura, sin ocultar de ninguna manera lo que nos separa, hicimos un esfuerzo para comenzar la discusión alrededor de los que nos une, porque no queremos seguir el método de las sectas que hacen discusiones solamente para constatar lo que divide. Eso, porque como decía Trotsky, los partidos revolucionarios tanto a nivel nacional como a nivel internacional no son para discutir por la discusión misma, sino que son instrumentos para la lucha de clases del proletariado.
Nuestra corriente, así como la LIT, viene criticando correctamente el giro a la derecha de la mayoría de las corrientes del Trotskismo internacional, fenómeno que ustedes llaman de “vendaval oportunista”. Citemos algunos de los casos que ambos hemos criticado. La LCR francesa abandonó la estrategia de la dictadura del proletariado por una pretendida “radicalización de la democracia”. El SWP inglés capituló a las direcciones burguesas islámicas en el frente Respect. La DS asumió un ministerio en el gobierno capitalista de Lula. El PSOL, que quiere unir reformistas y revolucionarios, es reivindicado como “·modelo” por diversos sectores internacionalmente y es una de las tantas organizaciones que capitula abiertamente al nacionalismo burgués de Chávez en Venezuela. Recientemente el PO dió pasos en el mismo camino y llamó a votar al frente popular de Evo Morales en Bolivia, y después a Romano Prodi en Italia.
Consideramos que, así como nosotros, los compañeros del PSTU y de la LIT tuvieron el mérito de no cometer ninguna de esas capitulaciones citadas y son esos acuerdos políticos que nos llevan a proponer abrir una discusión nacional e internacional. Tenemos el orgullo de que cómo FT-CI no hemos cambiado el rumbo y, en un artículo aparte rebatimos sencillamente la confusión (para decir lo menos) que los compañeros hacen al incluir a la FT-CI en ese “vendaval oportunista”, centralmente porque levantamos las consignas de Asamblea Constituyente.
El PSTU en toda su historia, siempre afirmó, correctamente que la construcción del partido revolucionario en Brasil sería un proceso de rupturas y fusiones y, en la última revista Marxismo Vivo, abre la posibilidad de impulsar un frente único revolucionario en el próximo período como vía de diálogo con otras corrientes. Consideramos progresivo que nuevamente apunten para posibles discusiones con otras corrientes.
En cuanto FT-CI hemos elaborado una serie de críticas a la táctica de FUR, por eso queremos decir que para nosotros no se trata de un problema de forma, pero sí de verificar cuál es el contenido de lo que ustedes abren como posibilidad hoy. Si ustedes se disponen a impulsar un frente que discuta la estrategia, el programa y los métodos para fundar un nuevo partido, anclado en la clase obrera, revolucionario, centralizado democráticamente, con un programa socialista e internacionalista, estaríamos totalmente de acuerdo en abrir ese debate y trabajar juntos para ganar a otros sectores para esa política, en especial del PSOL. O sea, ese frente no podría darse en base a un “programa mínimo” como en otras oportunidades el morenismo tuvo como política.
Estamos convencidos que la actual situación internacional es mas favorable a tácticas de este tipo y que solamente autoproclamarse el partido revolucionario es una respuesta defensiva e impotente por parte de lkos compañeros del PSTU para presentarse como alternativa al PSOL.
Es necesario que los que se reivindican revolucionarios en Brasil tengan una política ofensiva con relación al PSOL que, por principios, no delimita revolucionarios de reformistas y es un obstáculo para que el proceso de rupturas con el PT se complete en una perspectiva verdaderamente clasista y revolucionaria. Es eso que diversos militantes de ese partido ya comenzaron a percibir pero, desgraciadamente, no han visto de parte del PSTU, que es la mayor organización a la izquierda del PSOL, mas que un llamado estéril a entrar a su partido. Es urgente que los revolucionarios tengan una política ofensiva para golpear al PSOL, evitando que se fortalezca y se torne mas atractivo para sectores honestamente revolucionarios, inclusive para militantes del propio PSTU.
Nosotros, de la Liga Estrategia Revolucionaria, queremos abrir ese debate como parte de nuestros esfuerzos para dar pasos concretos en la construcción de un verdadero partido revolucionario en Brasil, una verdadera alternativa al PT. Eso porque seguimos considerando, como enseña la tradición marxista revolucionaria, que el verdadero partido revolucionario se dará a partir de un proceso de rupturas y fusiones, y no meramente por el crecimiento evolutivo de una u otra organización.
Esperamos que los compañeros del PSTU y de la LIT reflexionen sobre este propuesta y que podamos juntos dirigirnos ofensivamente a los millares de militantes honestos de CONLUTAS, del PSOL y del conjunto de la vanguardia.
Desde ya reafirmamos que, a pesar de nuestro dialogo especial con el PSTU y la LIT por los motivos expuestos en esta carta, esta propuesta es también para los sectores del PSOL que quieran llevarla adelante y a los diversos grupos y activistas independientes.
La situación internacional plantea nuevos desafíos
La enorme victoria contra el Contrato del Primer Empleo en Francia, abrió perspectivas revolucionarias iniciales después de esa fuerte derrota política del gobierno, la crisis del proyecto europeo después del NO francés e de la revuelta en la periferia. El desarrollo de este proceso dependerá fundamentalmente de cómo se desarrollen nuevas direcciones en el movimiento obrero que superen a las direcciones reformistas y burocráticas existentes.
En los EEUU, el gobierno de Bush está inmerso en una crisis ni bien comienza el segundo mandato teniendo que responder a una oposición creciente a la guerra de Irak y no consigue reorganizar el mapa geopolítico de Oriente Medio a su manera frente a la heroica resistencia del pueblo iraquí y palestino. La popularidad de Bush llegó a su piso histórico de 33% y es un indicador más del error estratégico de cálculo de los neoconservadores. Para intentar salir del atolladero, los EEUU van desde los llamados a la negociación con Irán a las amenazas de sanciones económicas y militares al régimen de Teherán. Aunque un ataque a este país no es la opción más razonable para los intereses norteamericanos, no se puede descartar que suceda. Ahora, esta crisis en su política exterior se combina con una crisis en su política interna con manifestaciones masivas de inmigrantes en todo el país que cuestionan las condiciones de miseria que el propio EEUU impone sobre sus semicolonias. Es un nuevo movimiento de masas sin precedentes que muchos comparan con el movimiento por los derechos civiles de la década de 1960. Sin embargo, éste es mucho más proletario que el otro.
En América del Sur, el movimiento de masas viene demostrando en los últimos años su fuerza en diversos levantamientos obligando a las burguesías locales y al imperialismo a que adopten como vía de contención a gobiernos populistas de centro izquierda para desviar las tendencias a las acciones directas de las masas. En mayor o menor medida, la elección de esos gobiernos expresan un giro a la izquierda de las masas y, aunque sean el principal obstáculo para el desarrollo de las acciones directas, terminan generando una politización en las masas y tienden a darle impulso a sectores de las mismas a aumentar sus reivindicaciones y luchas, principalmente en el marco de un crecimiento económico coyuntural que en algunos países disminuye el miedo al desempleo.
Los principales factores que impiden una radicalización inmediata son el propio crecimiento económico que aunque favorece la lucha proletaria da base social al reformismo gobernante y el hecho de que la recomposición del movimiento obrero está en un nivel inicial, después de un ciclo de más de 20 de años de derrotas.
Esta recomposición todavía no se desarrolló al punto de que el proletariado avance en su independencia política y se ponga como eje centralizador de la alianza social revolucionaria capaz de golpear efectivamente a la dominación burguesa: la alianza obrera, campesina y popular con un programa independiente. Por eso un análisis detenido permite constatar no sólo que la clase obrera mantiene su fortaleza estructural, que inclusive se ha incrementado en los últimos años de relativa recuperación económica, sino que su debilidad fundamental es política, o sea de dirección.
El movimiento trotskista no da respuesta a la crisis de dirección revolucionaria
Estos elementos fundamentales configuran una situación internacional que se torna cada vez más dinámica. Comienza a haber una convergencia entre la lucha de clases en los países centrales y en los periféricos, lo que da mayores bases para la necesidad de combatir las actuales direcciones conciliadoras del movimiento de masas y construir una dirección revolucionaria internacional, que para nosotros es la 4° Internacional.
En forma generalizada, las viejas direcciones socialdemócratas o estalinistas pasaron a ser directamente gestoras de Estados imperialistas tomando la delantera en los ataques a la clase obrera y al pueblo pobre en los países centrales y en la expoliación de la semicolonias. En los países semicoloniales en general, y en América Latina en particular, direcciones reformistas como el PT, o directamente pequeño-burguesas o burguesas como Chávez y Evo Morales, aunque intenten ubicarse como defensores de un nuevo “socialismo del siglo XXI”, en los substancial, no cambiaron casi nada la situación de las grandes masas explotadas. En esta etapa donde no prima todavía la revolución socialista ni su contrapartida la contrarrevolución fascista, muchas corrientes que se autodenominan trotskistas también ceden a las presiones reformistas y se adaptan ideológica, teórica, política y programáticamente.
No queremos insistir en extremos como la DS, que rompió con los principios más básicos de la experiencia de 150 años de lucha de la clase obrera contra el capital, asumió un ministerio en el gobierno capitalista de Lula y se cristaliza como dirigentes del reformismo corrupto de nuestro país.
La LCR francesa, después de liquidar la estrategia de la dictadura del proletariado, substituyéndola por la utópica y reaccionaria lucha por la “democracia hasta el final” [1], en la reciente lucha contra el gobierno fue incapaz de levantar activamente la necesidad de pasar a la ofensiva impulsando una huelga general por su adaptación a la burocracia sindical.
El SWP británico avanza cada vez más en dirección a una política policlasista, embelleciendo a direcciones burguesas musulmanas e impulsando una coalición electoral con estas - RESPECT. Con un electoralismo desenfrenado, canaliza el descontento existente con la guerra de Irak hacia esas candidaturas.
Los sectores del SU que se fueron al PSOL con Heloísa Helena tuvieron el mérito de romper con el gobierno, pero defienden una “revolución democrática”, que en verdad en su contenido es liberal, y son dentro de este partido la mayor presión (junto con la APS) a los acuerdos frentepopulistas.
Vimos a las dos fracciones del MST argentino que no se contentaron con hacer un frente electoral con la pequeña corriente del ex-diputado menemista y duhaldista Mario Cafiero... ahora intentan hacer un partido común con este siniestro personaje.
Finalmente y sin agotar la lista, el Partido Obrero argentino también sigue el mismo rumbo liquidacionista. Con la presión de la “onda reformista” en América Latina, capituló abiertamente llamando a votar primero a Evo Morales, y recientemente dio un salto más en el frentepopulismo, y apoyó al ala derecha de su propio grupo que se dividió porque Marco Ferrando y Fernando Grisolía llamaron a votar a la coalición de Romano Prodi bendecida por nuevos sectores financieros.
Contra el “temporal oportunista”, la FT - CI busca una inserción marxista cualitativa en el movimiento obrero
Como la mayoría de los compañeros saben, la FT - CI surge a partir de la ruptura del PTS con el MAS argentino en 1988, acompañada a nivel internacional por la lucha de los compañeros de México contra la política del POS mexicano en el mismo año. En estos más de 15 años, al contrario de avanzar en acuerdos con relación a la LIT, nuestros caminos divergieron.
Nos delimitamos teóricamente, rompiendo sobre todo con lo que consideramos el aspecto más equivocado del dirigente trotskista argentino Nahuel Moreno, que fue su teoría de la revolución democrática, donde planteaba que no había sólo revoluciones clásicas para destruir el Estado burgués, sino que inventa una nueva revolución en el régimen [2] (quiere decir en la forma del Estado). Con esto, exacerbaba tanto el contenido del concepto marxista de revolución, que este perdía todo su contenido.
Para Trotsky, el hecho de que las masas conquisten con su lucha sólo “las libertades de la democracia burguesa (...) en el terreno del Estado burgués” no sería de ninguna manera producto de una “revolución democrática triunfante” o una “revolución en el régimen” como decía Moreno, como etapa independiente previa a la revolución socialista, sino el “aborto de una revolución proletaria insuficientemente madura y prematura” en el caso italiano, o “una contrarrevolución burguesa” obligada por las circunstancias a asumir “formas seudodemocráticas”, en el caso de Alemania de 1918.
Moreno construye asi una teoría semi-menchevique y semi-etapista en la lucha contra el fascismo y las dictaduras militares, según la cual existiría una etapa intermedia necesaria (“un primer paso”) anterior a la dictadura del proletariado, a la destrucción del Estado burgués.
Los compañeros del PSTU deberían reflexionar, ya que esa concepción, incluso antes de que la teoría de la Rev. Democrática fuese formulada por escrito, en nuestra opinión les llevó a grandes errores políticos de adaptación al PT en la transición de la dictadura a la democracia burguesa. Pero no nos vamos a detener en este punto de divergencia teórica, aunque como decimos arriba tiene importantes consecuencias para la práctica política.
Nuestra corriente, después de superar teóricamente esa concepción que consideramos el error teórico más importante que llevó a la explosión de la corriente morenista, buscó rescatar principios fundamentales del marxismo revolucionario como la estrategia soviética, que para nosotros fue abandonada por el conjunto del movimiento Trotskista en la segunda post guerra, estudiar al ignorado Trotsky de los 30, revivir la teoría- programa de la Rev. Permanente a la luz de un análisis marxista de la lucha de clases en el siglo 20 y, más recientemente, realizar un estudio profundo del partido bolchevique en sus más diversos aspectos. Realizamos ese trabajo no como un esfuerzo meramente académico sino porque como Lenín, creemos que “Sólo apoyándose en la teoría del marxismo revolucionario, en la experiencia de la socialdemocracia internacional, podremos fundir nuestro movimiento revolucionario con el movimiento obrero y crear un movimiento socialdemócrata invencible”. [3]
Modestamente creemos estar dando pequeños aportes, que son grandes de acuerdo a nuestras fuerzas, para reconstruir los “hilos de continuidad” del marxismo revolucionario, y nos parece que ese esfuerzo fue fundamental para que nos mantuviésemos como una organización trotskista principista que avanza cada vez más en una inserción profunda en el movimiento obrero que, sino es bien armada teóricamente, inevitablemente se desliza a un sindicalismo impotente estratégicamente y no a un “ movimiento socialdemócrata invencible” [4].
Como ejemplo concreto más emblemático de ese rumbo de la FT, reivindicamos el papel que el PTS argentino cumplió y cumple en Zanón, sin ningún miedo de incurrir en una auto proclamación estéril. Ya son cuatro años de ocupación de la fábrica produciendo sobre control obrero, como superando todo tipo de obstáculo par avanzar que constituyen hoy un marco histórico en el movimiento obrero argentino y un ejemplo para la clase obrera internacional.
Obviamente, eso no podría estar separado de que el PTS sea el partido de la izquierda Argentina que más se viene insertando en el movimiento obrero en los últimos años. Fue eso que se expresó en el reciente IX Congreso del PTS en el cual participaron delegado electos de provincias que concentran cerca del 80 % de la población del país, con nuevos sectores que se organizan en círculos marxistas y avanzan en su disposición militante que equivale al 33% (damos porcentajes y no número por motivos de seguridad) de la militancia actual del PTS. El 60% de los delegados milita en el movimiento obrero, la mayoría en su propio lugar de trabajo. Los obreros industriales representaron el 20% de los delegados y 13% de importantes empresas de servicios estratégicos. Además de 25 % de universitarios y terciarios, 8% de jóvenes trabajadores y secundarios y 5% dedicados a tareas intelectuales y otras. Esa composición y concepción es lo que se expresas en el CC donde solamente el 16% es profesional tiempo completo y el 84% trabaja y, dónde la mitad de esos (40% del total) son dirigentes obreros marxistas, casi todos de grandes empresas industriales y de servicios estratégicos.
Esa apasionada dedicación para insertarse en el movimiento obrero no es una particularidad del PTS. Esa es una orientación internacional de nuestra corriente que, aún con modestas fuerzas, hace años que dedica enormes esfuerzos humanos, políticos y materiales para avanzar en ese sentido y podríamos enumerar no sólo ideas e iniciativas en ese sentido, sino inclusive avances concretos en esa inserción. El PSTU, por la propias desigualdades de la propia LIT, sabe que las diferencias de ritmos son normales en cualquier organización internacional.
La LER-QI viene construyendo en Brasil una organización de cuadros, en su mayoría jóvenes estudiantes y trabajadores de hasta 25 años, concentrada en el estado de San Pablo. Tenemos un peso importante en la vanguardia del movimiento estudiantil universitario del Estado y, debido a un esfuerzo paciente y concentrado, estamos insertándonos crecientemente en el movimiento obrero. No sólo seguimos siendo enormemente activos en el apoyo a la luchas de los trabajadores forjando una ejemplar alianza obrero-estudiantil en todas las oportunidades concretas que tuvimos, y tenemos dirigentes obreros con conocida tradición en el movimiento obrero brasilero, pero también tenemos más del 50% del grupo militando en el movimiento obrero, con 30% trabajando en estructuras donde militan. Abrimos trabajos iniciales en diversos gremios y sectores importantes y tenemos el orgullo del trabajo político que desarrollamos junto a los combativos trabajadores de la USP.
Para mínimamente citar solamente algunas cuestiones relativas a ese trabajo. En esa universidad, tenemos un importante peso político que se expresa siempre pero principalmente en los momentos de lucha cuando la radicalización de los trabajadores permite que una fracción revolucionaria puede influenciar más ampliamente con su política y programa. Tenemos el orgullo de haber sido parte y aportado en las diversas luchas que se dieron la USP, principalmente a partir de nuestra influencia en los sectores más explotados del rectorado del campus y de la COSEAS, que contribuyeron para que sea uno de los sectores que más resistió a los ataques de la ofensiva neoliberal. Esas luchas posibilitaron que la desvalorización de los salarios del sector a lo largo de ese período fuese menor de lo que ocurrió en varios otros, como por ejemplo los estatales nacionales que estuvieron 10 años sin ningún reajuste salarial, consiguiendo un piso salarial de $807 reales, aún sabiendo que está lejos de lo necesario para que una familia tenga una vida digna.
Es fruto de ese trabajo político que somos reconocidos por los trabajadores, por ejemplo en las últimas elecciones para el CDB (concejo de directores de base), que tiene poder de decisión superior a la dirección del sindicato SINTUSP, en la cual nuestros militantes fueron de lejos los más votados. Y también es la base de por qué conseguimos organizar cursos de formación con decenas de trabajadores y avanzar en la organización de los trabajadores tercerizados desde el año pasado, consiguiendo importantes triunfos y ahora el reconocimiento de éstos por el SINTUSP. Si esa fuerza no es expresa hoy en la dirección del sindicato fue porque lanzamos una lucha política contra la composición de la lista con un burócrata ligado a la Fuerza Sindical, lucha esa que lanzaríamos nuevamente pues colocamos los principios al frente de la disputa de aparatos negándonos a cerrar acuerdos “tácticos” que estén en contradicción con aquellos.
Sin embargo, uno de nuestros mayores orgullos es la actuación de nuestra joven organización hermana: la LOR-CI de Bolivia, país que desde el año 2000 viene viviendo un proceso de profundos levantamientos campesinos, obreros y populares. Consecuente con nuestro eje político de que la clave de la situación boliviana es de que, frente al gobierno de Evo Morales, la clase obrera debe ocupar el centro de la política nacional con sus propios métodos de lucha, estamos dando ejemplos concretos en ese sentido. Es el caso de nuestra actuación en el SITRASABSA, sindicato de trabajadores del aeropuerto, donde conseguimos reorganizar el sindicato enfrento todo tipo de represión de la patronal, coordinar con otros sindicatos del país y dirigirnos a los sindicatos y trabajadores de El Alto, que es la principal concentración obrera del país (y dónde justamente por eso estamos concentrados), llamando a que se organicen sindical y políticamente en forma independiente del gobierno. En los últimos días hubo una gran lucha que, a pesar del enorme cerco policial enviado por Evo Morales, consiguió una serie de reivindicaciones históricas constituyéndose en unos de los primeros grandes triunfos obreros frente al nuevo gobierno.
En México, la LTS, en la huelga de la UNAM tenía un peso importante en el Comando General de Huelga y combatió la posición de conciliación del POS que quería terminar la huelga a los tres meses ante el primer recule del rector. La LTS ahora se dedica integralmente al apoyo a las luchas que viene dando el movimiento obrero que comienza a dar luchas heroicas después de años. Primero realizaron una amplia campaña nacional e internacional frente a la tragedia provocada por la patronal asesina en Coahuila, donde 65 mineros murieron en la mina Pasta de Conchos, ligándose directamente al conflicto e impulsando una coordinación de sindicatos y organizaciones en apoyo. Ahora están ligados por múltiples lazos al apoyo a los trabajadores metalúrgicos de Sicartsa, situada en Lázaro Cárdenas-Michoacán, que fueron duramente reprimidos por el gobierno, que provocó la muerte a tiros de dos obreros, en su huelga con ocupación de fábrica que ya llevaba 19 días de defensa de la autonomía de sus organización sindical frente a la ingerencia del gobierno.
En Venezuela nuestros compañeros de la JIR actúan ofensivamente en el proceso de reorganización del movimiento obrero y son parte del movimiento por construir un partido revolucionario en ese país, sin embargo, ahora están haciendo una durísima campaña y lucha política contra la dirección del PRS, que a pesar de hablar formalmente de la independencia de clase, conducida por su sector mayoritario corre el peligro de transformarse en una corriente semi chavista, e inclusive llegar al extremo de entrar en la campaña por conseguir “10 millones de votos” para Chavez en las próximas elecciones.
No queremos referirnos aquí a los compañeros de Chile, Francia y de los recientemente incorporados en España, porque no se trata de pasar revista de nuestra organización, pero sí informarles brevemente que nos sentimos orgullosos militantes de una organización que luchando por la reconstrucción de la IV Internacional se enfrenta con el “vendaval oportunista”.
Es necesaria una política ofensiva para la construcción de un partido revolucionario
Las direcciones de la izquierda que se reivindica revolucionaria internacionalmente pasaron a defender al PSOL como “modelo” de partido “amplio” o “ plural” que incluso después de su rápido proceso de adaptación a la democracia burguesa continúa siendo saludado como experimento ejemplar. Cualquier observador atento que conozca mínimanente la tradición revolucionaria del movimiento obrero (principalmente si estuviera en Brasil) tendría dos opciones: encontrarlo cómico o trágico. Con relación a ese partido, los revolucionarios no pueden más que buscar alianzas tácticas para la lucha y para las elecciones, mientras deben levantar una política ofensiva para superarlo y ganar a sus militantes honestamente revolucionarios.
Es a esa tarea que consideramos que el PSTU lamentablemente renuncia al autoproclamarse, abandonando las enseñanzas de Trotsky y lo que ustedes mismos dijeron durante toda sus existencia. No vamos a citar aquí lo que los autores clásicos decían sobre esa cuestión que ustedes ya conocen, nos limitaremos a citar solamente una de las centenas de frases que podríamos poner del propio PSTU. Eduardo Almeida consideraba los siguiente sobre la construcción del partido revolucionario: “este es un proceso que nosotros del PSTU no consideramos que pueda ser resuelto por el simple crecimiento de nuestro partido. Es necesario que avancemos en un proceso de fusiones de grupos, organizaciones y activistas de distintos orígenes, lo que incluye a los revolucionarios que siguen equivocadamente en el PT” [5] ¡Una vez más decimos, cien por ciento de acuerdo! ¡Por lo tanto, manos a la obra!
El PSTU tuvo una importante iniciativa a nivel sindical de impulsar una coordinación de los sindicatos con CONLUTAS (aunque tengamos desacuerdos con la política de ruptura con la CUT y con parte del programa levantado) y sigue siendo un partido con un importante peso sindical, con compañeros que hace años militan en el movimiento obrero desde un punto de vista de independencia de clase, pero que los compañeros se han negado a responder ofensivamente “al problema de los problemas”, el de la dirección política, el del partido. De esa forma, el PSTU profundiza la separación entre lo económico y lo político y no debate con la vanguardia esa cuestión sin la cual será imposible que los trabajadores tengan victorias algo más que tácticas. Si el PSTU sigue con esa línea equivocada, podrá en el mejor de los casos presentarse por un período como alternativa táctica para las luchas sindicales, pero dejará al PSOL con las manos libres para presentarse como alternativa político-partidaria frente al desbarranque del PT. Desgraciadamente, esa política tiene su origen en la adaptación a la presión sindicalista, contra la cual la peor respuesta es no dar respuesta alguna. Pero más temprano o más tarde, la actual posición de los compañeros de que en CONLUTAS no se discute partido, se volverá contra el propio PSTU a partir del fortalecimiento superestructural del PSOL, que disputará cada vez más fuertemente con el PSTU también el terreno sindical.
Confiamos que la vanguardia de conjunto sólo obtendría ganancias con la apertura de ese debate estratégico avanzando en su conciencia política. Podríamos convencer a los activistas honestos de CONLUTAS que se transformaron en anti-partido debido a la catastrófica experiencia con el PT, proponiendo que se haga ese debate estratégico y que cada uno pueda plantear sus posiciones democráticamente, sin que ningún sector imponga su posición por su peso. Con seguridad esos activistas tendrán mucho que contribuir con un balance profundo del PT y la CUT que en sí mismo serían una enorme base para esa discusión.
Consideramos que esa política ofensiva de construcción de un partido revolucionario anclado en la clase obrera con un programa revolucionario y centralizado democráticamente, no excluye la posibilidad de que inclusive frente a la consolidación de un partido de ese tipo de decenas de millares, podamos tener tácticas amplias, no tipo PSOL, sino de independencia de clase como la de un Partido Obrero Independiente. Basta mirar la historia para ver que nos faltaron partido comunistas de decenas de millares que por falta de políticas de frente único para las masas fracasaron como alternativa. Cuando planteamos esa posibilidad de POI, que sólo se puede efectivizar en un ascenso de masas no estamos haciendo nada más que seguir el consejo de Trotsky al ILP de Inglaterra de trabajar sobre la base del Partido Laborista para liberar a las masas de su influencia. Desde ya, que si una táctica de ese tipo es impulsada no podemos cometer el desvío de la mayoría de las corrientes de izquierda del PT, inclusive de los propios compañeros de la Convergencia Socialista (actual PSTU), de transformarla en estrategia.
Estamos convencidos que si la situación internacional se desarrolla en el sentido revolucionario se abren nuevas perspectivas para dar pasos en la fusión del marxismo revolucionario con la vanguardia obrera y estudiantil en el camino de la reconstrucción de la IV Internacional por la cual lucha la FT-CI. Proponemos abrir este debate porque no lo vemos como una cuestión para lindos discursos y propagandas en “días de fiesta”. Es una necesidad concreta de nuestra clase de avanzar en el internacionalismo revolucionario práctico, no sólo en apoyo a las luchas, sino también estableciendo relaciones con otros sectores de vanguaria para explorar todas las vías posibles de dar pasos en la construcción de organizaciones cuarta internacionalistas principistas. No la vemos como una tarea exclusivamente nacional, por lo tanto, en el caso que hubiera condiciones para avanzar políticamente tendríamos que abrir un debate a nivel internacional en cada organización explorando la posibilidad de un acercamiento más efectivo, inclusive estudiar si hay posibilidades para una fusión principista. En el marco de este debate, podremos con seguridad abordar más detenidamente no sólo la cuestión de Asamblea Constituyente, sino también las distintas cuestiones divergentes que tenemos.
Saludos trotskistas
Dirección Nacional de la LER-QI
Clarificando confusiones inadmisibles: apropósito de la Asamblea Constituyente
Los compañeros de PSTU y de la LIT equivocadamente incluyen a la FT en el “vendaval oportunista” centralmente porque levantamos la cuestión de la Asamblea Constituyente. Aún que ese debate tiene que ser hecho con profundidad nos parece necesario despejar el campo, ya que está claro que se trata, para no decir nada peor, de una confusión inadmisible y lamentable.
El compañero Martín Hernández afirma correctamente en su respuesta en un artículo de Pedro Fuentes que “ en determinadas circunstancias, en un proceso revolucionario, puede ser necesario levantar la consigna de Asamblea Constituyente, pero ésta siempre debe estar subordinada a la lucha por el poder de la clase obrera” ¡Pues bien, estamos cien por ciento de acuerdo!. Desafiamos a los compañeros a que se cansen leyendo todas las publicaciones de la FT para intentar encontrar siquiera una frase que demuestre lo contrario.
En todas las situaciones revolucionaras en que la FT levantó la política de Asamblea Constituyente revolucionaria, fue siempre sobre las ruinas del régimen democrático burgués y subordinada a la lucha por un gobierno de las organizaciones obreras y en lucha. O sea subordinada a la lucha por el poder obrero y la estrategia soviética. Lamentamos y consideramos inadmisible la políica confusionista de igualar nuestra posición con la de PO, que sí defiende constituyente como consigna de poder, contra la cual el propio PTS ya hizo diversas polémicas.
Aún en situaciones no revolucionarias, como en el caso de Brasil el año pasado, explicamos pacientemente: “Los revolucionarios marxistas, cuando levantamos la demanda por una Asamblea Constituyen libre y soberana, no dejamos en ningún momento de decir abiertamente que luchamos por la expropiación de la burguesía y de la socialización de los medios de producción, por un gobierno de los trabajadores, los campesinos y del pueblo pobre, basado en consejos de diputados revocables electos por unidad de trabajo. Sin embargo, las masas no elevan su nivel de conciencia solamente por la propaganda abstracta de los socialistas. Es necesario proporcionarles experiencias concretas con las puedan perder sus ilusiones en la democracia burguesa y sacar conclusiones revolucionarias” (periódico Palabra Obrera, agosto del 2005).
Siguiendo la tradición marxista, lo que intentamos evitar es el error que ustedes compañeros de la LIT cometieron en Bolivia, donde se negaron durante años a llamar a una asamblea constituyente (¡mientras defendían un gobierno de Evo, Solares y otros traidores!) y lo hicieron solamente después de que las masas pasaron a reivindicar la misma. Ese es un error grave que no coloca al proletariado en la ofensiva para arrancarle a la burguesía la bandera de las cuestiones democráticas. Al contrario lo que ocurre con el error de levantar esa consigna después de que la propia burguesía la toma, es el de subordinar al proletariado a ese llamado que se dan siempre de constituyentes controladas por la burguesía y para recomponer el régimen, y no sobre las ruinas del mismo.
Sin embargo, nos extraña que ustedes sean tan cuidadosos con las consignas democráticas mientras defienden que hay “revoluciones democráticas” como una tarea específica para derribar regímenes, e incluso gobiernos en el caso de Arcary (cuestión que la FT no defiende porque opina que las tareas democráticas que plantea la Teoría de la Revolución Permanente son las estructurales que se ligan a las socialistas: la cuestión agraria y la independencia nacional) y al mismo tiempo nieguen en varias oportunidades la necesidad de la principal consigna democrática formal que es la constituyente. ¿Por qué hoy están contra esa consigna si por un buen tiempo levantaron supuestamente como consigna democrática radical la de “elecciones generales” en diversos países de América Latina y en Brasil? No vamos a decir que eso es una traición como ustedes dicen, pero sí es una revisión teórica de la Teoría de la Revolución Permanente que lleva a gravísimos errores políticos. Es una contradicción de ustedes que tenemos que discutir en otro momento.
Como creemos que nuestra posición es bien conocida , llamamos al PSTU a no seguir el error clásico de los sindicalistas que, al mismo tiempo que viven dentro de la democracia burguesa y sus instituciones, desprecian las consignas democráticas formales [6] como forma de movilizar a las masas y desenmascarar a los gobiernos y regímenes burgueses.
Aún que como decimos arriba, la discusión de las consignas democráticas formales como la de Constituyente da para un debate mayor, nos extendemos en esta carta sobre ese tema porque ese es el único punto que encontró la dirección del PSTU para diferenciarse de nosotros y de llamarnos “oportunistas”.
NOTASADICIONALES
[1] Expresada no sólo en los textos como “Marx, el estado y la política” de su dirigente A. Artous, sino también transformada en programa en su manifiesto aprobado recientemente.
[2] Lamentablemente el dirigente del PSTU, Valerio Arcary llevó esa concepción a límites increíbles al sostener una exacerbación del concepto de revolución ya no sólo para los regímenes políticos, como hacía Nahuel Moreno, sino también para las caídas de gobiernos burgueses como los que vimos en varias oportunidades en los últimos años en América Latina.
[3] Las tareas del movimiento socialdemócrata. Lenín. Escrito fin de noviembre 1902.
[4] Hasta 1914 los revolucionarios se llamaban Socialdemócratas.
[5] Brasil: Reforma o Revolución. Eduardo Almeida. 1999
[6] Que son bastantes diferentes de cuestiones mínimas como la que Martín Hernández cita como ejemplo de la campaña de la liberación de los presos de Caleta Olivia. Basta ver que posteriormente los presos fueron liberados por el gobierno burgués pues, lejos de ser una demanda democrática estructural que se choca con el capitalismo y plantea la necesidad de la revolución socialista, es una demanda democrática - liberal.