Brasil
Después del Encuentro del día 25
05/04/2007
Se realizó el día 25/3 el Encuentro Nacional convocado por Convocado por Conlutas - Coordinadora Nacional de Luchas - (dirigida por el PSTU), en conjunto con la Intersindical (dirigida por el PSOL).
Fueron 6000 trabajadores y estudiantes presentes que están al frente de la lucha contra los ataques del gobierno y de la patronal, gente de las bases de los sindicatos del PSOL y del PSTU que viajó horas por todo Brasil mostrando una disposición muy grande de unirse para enfrentar al gobierno, además de una enorme potencialidad para construir una referencia clasista y combativa para los trabajadores de todo el país que aún tienen ilusiones en Lula y en la burocracia sindical. Fue un marco importante por ser la mayor reunión de los sectores antigubernamentales desde que fue elegido el presidente Lula y la primera unificada entre el PSTU y el PSOL.
En ella se expresó un desgaste inicial de Lula con sectores de su propia base en el movimiento de masas organizado, ya que el MST (que hasta hoy mantiene su apoyo a Lula “contra la derecha”) y el propio PCdoB (que dirige parte importante de la CUT y participa del ministerio de Lula) enviaron representantes.
Nosotros, de la Liga Estrategia Revolucionaria, que en cada lugar donde estamos construimos ese Encuentro, queremos contribuir a un balance que apunte a fortalecer nuestra lucha para parar los ataques y pasar a la ofensiva.
La unidad del día 25...
El encuentro del día 25 podría haber sido un gran divisor de aguas en el proceso de reorganización del movimiento de masas en Brasil si hubiese impulsado un plan de movilización nacional para enfrentar los ataques a los derechos laborales y confisco de la renta de los trabajadores que fueron recientemente implementados por el gobierno o que están como prioritarios en la agenda del Congreso. Un plan como este, que no podría ser implementado solo por trabajadores de la base de Conlutas y de la Intersindical, debería contener una política de exigencia a la CUT y a Força Sindical para que rompan sus negociaciones y pactos con el gobierno y convoquen a un paro nacional para frenar los ataques.
Pocos días después del encuentro, la CUT pasó a convocar un día de movilización contra el derribe del veto presidencial a la Enmienda n° 3 de la Super-Receita (fusión de los órganos de recaudación impositivo y previsional), con el objetivo de esconder de los trabajadores que Lula al mismo tiempo que vetó esa enmienda, está enviando al Congreso un proyecto de ley con el mismo contenido, solo que disfrazado. Desarmada por la ausencia de una política ofensiva anterior de unificación de la clase contra ese ataque, que pasaría por exigencias a la burocracia de la CUT y de Força Sindical, Conlutas está siendo obligada a participar de la convocatoria en la retaguardia de las direcciones oficialistas que buscan revitalizarse.
Pero no bastaba con exigirle a la CUT que impulse una lucha nacional contra las reformas neoliberales y levantar una política concreta para rodear de solidaridad las luchas en curso. El Encuentro debería haber servido para forjar un programa que responda a las demandas más sentidas por la clase trabajadora, los campesinos y el pueblo pobre (desempleo, bajos salarios, precarización, tercerización, miseria en el campo, etc.). Con esto, podríamos construirnos como una alternativa de dirección política nacional independiente de la patronal, de la burguesía y de las direcciones traidoras del movimiento de masas.
En este momento comienzan a surgir fenómenos de lucha por el país como la huelga general de los empleados públicos del Estado de Alagoas, de la construcción civil de San Pablo y de Rio de Janeiro y la lucha de los trabajadores contra el cierre y despidos en la Fris Moldu Car (empresa donde trabajó Lula). Mientras tanto, ni en el Encuentro ni en el Manifiesto aprobado existe una política para rodear de solidaridad, unificar y coordinar estas luchas para que no sean derrotadas por las direcciones traidoras de la CUT y de Força Sindical, que dirigen la mayoría de ellas. El Manifiesto tampoco menciona la lucha contra persecuciones, encarcelamiento y despidos de luchadores y sindicalistas (como el despido político de los dirigentes sindicales de Volkswagen, Rogerinho y Biro-Biro, miembros de Conlutas); o la necesidad de unificar campañas salariales en curso.
El Encuetro siguió, en el terreno sindical, el programa y la estrategia política levantada por el Frente de Izquierda en las elecciones, que adecua las tareas del movimiento de masas a la búsqueda de una alianza con los sectores burgueses y pequeñoburgueses discontentos con el neoliberalismo. No se habló de la necesidad de luchar por el derribe del super-simples (ley que otorga incentivos fiscales a pequeños y medianos empresarios y gatilla la desregulación de las leyes laborales) ni de la lucha por el no pago de la deuda (para no caer mal entre sectores que defienden una renegociación “soberana”). A pesar de que la lucha por el salario mínimo del Dieese (Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socioeconómicos) consta en el programa aprobado, no fue dicho que Conlutas ya impulsa una campaña por un salario mínimo de 700 reales. Como no existiría acuerdo entre los organizadores del Encuentro en relación a la política de reforma agraria, esta cuestión estructural del país no fue ni mencionada. Al igual que en las elecciones, una vez más el PSTU se adaptó a la estrategia del PSOL sin dar ninguna lucha política ante las bases obreras y ambos dejan a la vanguardia desarmada, sin un programa para lanzarse como dirección alternativa para las masas.
...y la unidad necesaria
La unidad que necesitamos para enfrentar los desafios que tenemos por delante debe ser forjada por las bases, no solamente por las direcciones, donde cada trabajador tenga claridad de los pasos a ser dados en su lucha y sea sujeto decisivo de las decisiones tomadas. Por eso este Encuentro debió ser organizado a partir de los lugares de trabajo y con una amplia democracia obrera, al contrario de lo que vimos. En vez de abrir los debates necesarios desde las basese - tanto a través de asambleas preparatorias en cada categoría que discutiesen las tareas del Encuentro y eligiesen delegados como a través de garantizar grupos de discusión y plenarios de votación democráticos en el mismo encuentro - las direcciones del encuentro eliminaron cualquier debate democrático entre los sectores reunidos, transformando lo que podría ser un gran encuentro en un pequeño acto.
La política del PSTU y del PSOL para el Encuentro no buscó consecuentemente responder a los desafios puestos para enfrentar los ataques del gobierno Lula y de la patronal, y solo avanzó en ocupar el espacio a la izquierda que el paso del PT al neoliberalismo dejó. Así, el Encuentro aprobó un plan de luchas insuficiente para derrotar las reformas, no votó ninguan política para las principales centrales sindicales del país y aprobó un Manifiesto que contiene los mismos desvíos de adaptación a los sectores burgueses y pequeñoburgueses discontentos con el neoliberalismo que determinaron la política del Frente de Izquierda en las elecciones del 2006.
Ahora, en primer lugar, se trata de hacer lo más fuerte posible el calendario aprobado en el Encuentro: el paro del día 17/4, el 1° de mayo clasista, la semana de movilización en mayo y la marcha en Brasília de agosto. Pondremos todas nuestras fuerzas al servicio de esa tarea. En segundo lugar es necesario también llevar la discusión que no fue hecha en el Encuentro a la base de todas las categorías de trabajadores y, en todos los sectores donde exista movilización y donde la vanguardia esté presente es necesario llamar a un Encuentro Nacional de Delegados de Base. Solamente la más amplia democracia obrera que permita el debate profundo en busca de un programa obrero que pueda responder a las necesidades de los trabajadores, que pueda disputar la conciencia d ela base de la CUT y de Força Sindical, podrá forjar las armas para impedir las reformas y los ataques del gobierno. Solamente así podremos avanzar por más, alrededor de la verdadera unidad programática y práctica de los sectores antigubernamentales.
Por una Tendencia Sindical Clasista y Socialista
Durante el Encuentro, la Liga Estrategia Revolucionaria, junto a compañeros trabajadores de diferentes categorias del Estado de San Pablo (funcionarios públicos, metalúrgicos, gráficos, aeroviarios, entre otras...) dimos una lucha alrededor de las críticas que presentamos una vez más en este material. Sin embargo, infelizmente los compañeros que dirigieron en Encuentro dejaron claro que los problemas que marcamos no se deben a simples errores, sino a concepciones políticas que guian su actuación.
Sin la presión de la base de las categorías organizadas en Conlutas y en Intersindical, sin una nueva organización independiente verdaderamente clasista y socialista, será imposible corregir los errores que amenazan la unidad y las nuevas organizaciones que estamos formando para la lucha. Es por eso que reafirmamos el llamado que hicimos en el Encuentro para conformar una nueva tendencia del movimiento sindical brasileño, una Tendencia Sindical Clasista y Socialista. Una tendencia que actue en cada lugar de trabajo para llevar nuestras luchas a la victoria y establecer el puente necesario entre los interese inmediatos y los intereses históricos de nuestra clase. Una tendencia que sea capaz de luchar consecuentemente para derrotar los ataques del gobierno Lula y desenmascarar ante los trabajadores las traiciones de la burocracia de la CUT. Una tendencia que actue para corregir el rumbo de Conlutas y de Intersindical, posibilitando que la unidad que tanto necesitamos para combatir al gobierno y a la patronal se de en los marcos de un programa clasista, de defensa consecuente de los intereses de los trabajadores, que solo puede ser en contra de los capitalistas, sus ganancias, sus planes económicos y la sumisión al imperialismo. Llamamos a los trabajadores de todo el país a discutir con nosotros este balance y los pasos necesarios para construir esta Tendencia.
Lea más sobre el Encuentro en la página de LER-QI www.ler-qi.org/encontro