Elecciones en Brasil
El PSOL y el voto a Dilma como “mal menor”
15/10/2014
En las últimas elecciones el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) logró duplicar su votación nacional, alcanzando el 1,55% de los votos válidos, duplicando también sus bancas de diputados estaduales y federales. Su votación, muy reducida comparada con las posibilidades abiertas por las Jornadas de Junio y por la onda de huelgas, dejó al Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU) y otros competidores nacionales muy por detrás, con resultados minúsculos.
La votación al PSOL expresa mucho más el potencial de la situación nacional que la política levantada por el partido. El PSOL no usó el espacio mediático para desarrollar las demandas democráticas de Junio en un sentido militante: ni siquiera llamando a la organización y acción durante o después de las elecciones sobre alguno de los temas que llevó a la televisión. Y, como se demuestra en el segundo turno presidencial, abandona todo discurso de “no ser una línea auxiliar del PT” y opta por el “mal menor” de Dilma.
Una votación importante en la juventud metropolitana
La votación a Luciana Genro, candidata presidencial del PSOL, en varios centros metropolitanos del país se basó, principalmente, en el electorado juvenil. La juventud se sintió atraída por algunos temas tratados por sus candidatos como la legalización de las drogas, los derechos LGBT, entre otros.
Esto pone en claro la importancia de las demandas democráticas más elementales en un país donde todas las principales fuerzas políticas mantienen negocios políticos con sectores obscurantistas y alianzas reaccionarias que dominan el sistema político, como con la bancada evangélica.
Sin embargo, el PSOL y Luciana Genro no buscaron apoyarse en este sentimiento para utilizar el espacio mediático y avanzar en la organización y movilización por esos derechos. En sus constantes referencias al proceso de Junio no plantearon un programa vinculado a la demanda de transporte público. Nunca hicieron mención ni cuestionaron la privatización que sufrió este sector a nivel nacional para plantear que sin su estatización bajo control obrero es imposible garantizar un transporte de calidad para usuarios y otras condiciones laborales para choferes y conductores, cobradores y otros trabajadores.
Para ser consecuente con los anhelos de Junio, que el PSOL supo captar, no basta con defenderlos en el plano electoral, sino que sus parlamentarios y el protagonismo ganado deberían ayudar a fortalecer la organización de lucha de los movimientos LGBT, feministas y de la juventud por los derechos civiles contra la ingerencia del Estado y las religiones en las cuestiones del ámbito privado.
Cómo expresar lo “nuevo” votando a Dilma
Luciana Genro y el PSOL captaron la atención de un sector que está haciendo la experiencia con el PT. Sin embargo, en el marco de esta experiencia la ausencia de claros límites y la falta de independencia de clase del PSOL no contribuyen a su desarrollo.
En toda la campaña no hubo una sola crítica a la “casta” política del país, obstaculizando el desarrollo, en un sentido anticapitalista, del descontento de importantes sectores de la juventud y los trabajadores contra “todo el sistema” traducido en el aumento de la abstención, los votos nulos y blancos (un aumento que fue significativo en los principales centros donde se desarrollaron las protestas de Junio).
En toda la campaña tampoco hizo mención a las huelgas que sacudieron los centros urbanos durante el año. La experiencia de la clase trabajadora con el PT se dará por cuestiones de corrupción estructural de este régimen, por cuestiones democráticas, pero antes que nada aprendiendo a confiar en sus propias fuerzas, a través del desarrollo de huelgas, manifestaciones, piquetes, superando a los dirigentes sindicales ligados a los gobiernos y las patronales. La campaña del PSOL estuvo lejos de alentar esta perspectiva militante y política.
Esta política se ve agravada por la falta de independencia frente a todas las variantes de los partidos de los empresarios y la elite. Esta ausencia de independencia se da en tres niveles: financiero, organizativo y político.
Luciana Genro recibió dinero de una de las empresas gigantes de la rama de supermercados, Zaffari. Esto no es novedad tratándose de su corriente (MES) que ya había sido financiada por la empresa de armas Taurus y por el gigante siderúrgico Gerdau. Organizativamente otro sector del partido viene dando pasos acelerados en integrarse al régimen político del país. Randolfe Rodrigues, ya había abrazado a Dilma en medio de las protestas de Junio y fue aliado al PSB de Marina. Esta falta de independencia es continuada ahora con la decisión del partido de llamar a no votar a Aécio. Con esta orientación, los parlamentarios se sumaron sin ninguna crítica al apoyo a Dilma.
Para desarrollar las tendencias abiertas desde junio de 2013 es necesario en primer lugar la total independencia de todos los partidos dominantes, sean el PSDB de Aécio o el PT de Dilma. En Junio las manifestaciones enfrentaban a estos partidos, mientras ellos se unificaban para reprimirlas y luego ante las huelgas, para atacarlas. La orientación del PSOL va a contramano de esta perspectiva.