COUNTERPUCH - 24/02/2011
¿Es esta la explosión que termina con la revolución de Kadafi?
24/02/2011
El Laberinto de Libia
Por Vijay Prashad
Traducción especial para FT-CI.org
En 1969, el coronel Muammar al-Qaddafi (27 años) sorprendió al rey Idris, quien se encontraba en Turquía para recibir tratamiento médico. Inspirado por los militares independientes en Egipto, Kadafi y sus compañeros coroneles marcharon para debilitar el frágil estado de Libia y para llevar la aún más frágil sociedad libia hacia el socialismo. EL producto principal de Libia fue su petróleo, y en la época en que Idris fue depuesto el país exportaba tres millones de barriles de petróleo por día. Escandalosamente, recibía la ganancia más baja por barril del mundo. Idris festejaba estas ganancias mientras el pueblo atravesaba los peores padecimientos. Esta es la razón por la que el golpe de Kadafi no tuvo casi oponentes.
El régimen de Kadafi impulso una serie de cambios radicales para transformar la sociedad libia. Libia tuvo la desgracia de ser un punto de avanzada tanto para el Imperio Otomano como para las aventuras coloniales italianas. Quería el más básico desarrollo social. Durante la primera década del régimen de Kadafi, el Estado se hizo cargo de los campos de petróleo y aumentaron sus ganancias. Ese dinero fue derivado hacia el bienestar social, principalmente un aumento en la vivienda y la atención de la salud. Durante la segunda década (1978-1988), el régimen restringió a de las empresas privadas y dio un impulso a los trabajadores para tomar el control de aproximadamente doscientas empresas. La tierra de la llanura de Jefaza, al oeste de Trípoli fue redistribuida. El Estado intervino para controlar todas las funciones macro-económicas, al mismo tiempo que el Banco Central redistribuía la riqueza, poniendo un techo en las cuentas bancarias.
Un nacionalista en la vena Nasser, sin embargo Kadafi no estaba interesado en la laicidad. Su Libro Verde descartaba al capitalismo y al comunismo para ir en favor de una "Tercera Teoría Universal", para volver al mundo árabe y a los fundamentos del Islam en la política y la economía. La expulsión de los residentes italianos en Libia, seguía este mandato islámico y su nacionalismo, expresado también es la solidaridad de Kadafi con la revolución islámica de Chad en las Filipinas (el instrumento para esta política fue la creación en 1972 de al-Failaka al-Islamiya, la Legión Islámica). La militancia islámica de Kadafi se destaco cuando él mismo fue amenazado por un intento de asesinato en 1993 y con el aumento de la militancia en la cercana Argelia. EL Islamismo político de Kadafi se convirtió rápidamente en una paranoia sobre Al-Qaeda en el Magreb.
Después del 9 / 11, Kadafi ofreció su apoyo a los EE.UU de forma precipitada. En octubre de 2002, el canciller Mohamed Abderrahman Chalgam admitió que su gobierno colabiraría estrechamente con los EE.UU. en la lucha contra el terrorismo, y después de unos meses, el aparente heredero de Kadafi, Saif al Islam al Kadafi, habló gustosamente sobre el apoyo de Libia para la guerra contra el terrorismo impulsada por Bush. Si se visita la página web de Kadafi en este momento, puede leerse esta notable declaración del antiguo coronel, "El fenómeno del terrorismo no es un motivo de preocupación solamente para los EE.UU., es la preocupación del mundo entero. Estados Unidos no puede combatirlo en soledad. Aunque es lógico, razonable y productivo encomendar esta tarea a los EE.UU. solamente”. Necesitaba a Kadafi, ya que era el terror de grupos como el Grupo Islámico Combatiente Libio. Kadafi debe haber sentido escalofríos al ver que al funeral de Ibn Sheikh al-Libi’s en Mayo del 2009 asistieron miles de su ciudad Ajdabia (al-Libi fue detenido en Pakistan en 2001, y murió bajo la custodia de los EE.UU. Libia se a puesto de acuerdo con los EEUU en esto y en otros casos de combatientes libios que fueron detenidos durante las guerras en Irak y Afganistán)
La cuestión de Oriente
Ajdabia, la ciudad natal de al-Libi, se encuentra en la parte oriental de Libia, el wilayat histórico de Cyrenaica (otra ciudad aquí es Benghazi, que fue el punto álgido de los disturbios de 2011). Libia Oriental se enorgullece de su larga tradición de resistencia contra la autoridad extranjera. Sus tribus lideraron la resistencia contra los otomanos y luego contra la ocupación italiana. El héroe de la lucha contra los italianos fue Omar al-Mukhtar, cuyo rostro adorna el billete de diez dinares libios y cuya lucha se hizo inmortal para el público en todo el mundo cuando Anthony Quinn lo interpreto en la película de 1981 (financiadas por el gobierno de Kadafi), El León de la Desierto. También es de las provincias orientales el surgimiento del orden Sanussi del Islam, de los cuales viene el rey Idris. Un tercio de la población Libia sigue aún leal a la orden de Sanussi. Algunos de ellos todavía sostienen que Kadafi es el responsable de la remoción de su rey.
El nuevo régimen de Kadafi supuestamente intentó derrocar la supremacía de las tribus. De hecho, ha fortalecido a su propia tribu, el Qadhadhfa, y amigos personales de Kadafi. La confederación Sa’adi de Oriente ha quedado fuera de la nueva administración. Los rendimientos de la ganancia petrolera y el salario social prometido por el nuevo régimen revolucionario sólo ofrecen una escasa ayuda a los pobres de Oriente.
Revolución dentro de la Revolución
Por la década de 1980, con este prolongado descuido de Oriente, el régimen de Kadafi comenzó a extender ese carácter en el resto del país, y el uso inimaginable de los excedentes del petróleo llevó a un estancamiento económico.
Cuando en la era de Reagan, Estados Unidos bombardeó el territorio de Kadafi, asesinando a su hija Hanna (15 meses), la crisis que atravesaba su gobierno tuvo un respiro y el pueblo libio se unió en torno a él y a su régimen. El impulso al antiamericanismo, bastante fácil con Reagan a la cabeza en Washington, fue siempre cubierto por lo que Kadafi llamó la "revolución dentro de la revolución". Esta fue la frase de Libia para augurar su entrada del neoliberalismo, o lo que Kadafi llamó "capitalismo popular”. En 1987, las débiles políticas de sustitución de importaciones llegaron a su fin y las reformas en la agricultura y la industria quedaron a merced de los manuales del FMI. En septiembre de 1988, el gobierno abolió las cuotas de importación y exportación, permitiendo que el comercio al por menor floreciera en los mercados de las ciudades.
Las sanciones de la ONU en 1992 generaron que las "reformas" se conviertan en un caos, lo que permitió que el viejo Kadafi pueda salir del sarcófago en que se había convertido. Las grietas en la elite gobernante hacían que por momentos las reformas se llevaran a cabo de forma lenta y por momentos de forma acelerada. La cara visible de la agenda neoliberal fue Shokri Ghanem, quien fue luego eliminado en 2006 de su puesto de Primer Ministro del gabinete; éste llevaba a cabo el rol más importante, ya que era el jefe de la Corporación Nacional de Petróleo.
Ghanem impulso de forma exacerbada la inversión extranjera en el sector petrolero, y se apresuró a poner en práctica los Acuerdos para la Exploración y Producción Compartida con empresas que van desde la Occidental Petroleum hasta la China National Petroleum.
Tony Blair y Sarkozy fueron a besar el anillo de Ghanem y a darle promesas para financiar las concesiones petroleras. Esta es la razón por la cual el gobierno británico liberó a la presunta terrorista Lockerbie; y también es la razón por la cual Berlusconi se inclinó ante el hijo de Omar al-Mukhtar en el año 2008 al entregarle más de $ 5 mil millones como una disculpa por el colonialismo italiano. En su brutalidad característica, Berlusconi dijo que se disculpó para que Italia recibiera "menos inmigrantes ilegales y más petróleo."
Junto a Ghanem se encuentra Saif, el hijo de Kadafi, quien escribió una tesis en la Facultad de Economia de Londres en septiempbre de 2007 acerca del “rol de la sociedad civil en la democratización de la toma de decisiones a nivel global: desde un poder más “blando” a la toma de decisiones colectiva” (este trabajo fue recomendado por David Held). Saif abogó por la necesidad de otorgar a las ONG derechos para que puedan votar en la toma de decisiones internacionales, mientras Estados Unidos y sus aliados Atlánticos se ubicaron del lado contrario. La "naturaleza esencial" de las ONG, argumentó, es que tengan una crítica independiente y defiendan a los marginados y vulnerables.
Para Saif, permitir que las organizaciones no gubernamentales moderen las ambiciones del Norte es mucho más "realista" que a la esperanza de transformar las relaciones internacionales. Ese tipo de realismo lo llevo a confiar en las "reformas" y en su reciente llamamiento a la más dura violencia armada contra las protestas en Trípoli y Bengasi. Las "Sociedades Civiles", en el lenguaje del neoliberalismo, se limitan a la labor de las ONG del establishment que están poco dispuestas a cuestionar las ecuaciones establecidas del poder. Los disturbios en las calles no son parte de las "sociedades civiles", son la irracionalidad en marcha.
La Asamblea Popular** se opuso a las reformas en septiembre del 2000, ya que este organismo, no apoyo la privatización de las empresas estatales ni la creación de enclaves de libre comercio. Su periódico, al-Zahf al-Akhdar, se manifestó contra empresas extranjeras y el sector turístico., a su vez, otra sección también manifestó su oposición con Kadafi por las concesiones a la ONU (darle fin al programa nuclear de Libia fue parte de estas concesiones).
El Congreso intentó alargar sus tiempos para que estas reformas no pasen. Estos hechos han irritado al FMI, cuyo informe del año 2006 concluye: “El desarrollo de una economía de mercado ha sido lento y discontinuo”.
Las antiguas lealtades republicanas a Kadafi empiezan por casa. Su hijo Muatassim participó activamente en la creación de una Zona Franca de Exportación cerca Zuwara; Muatassim, quien fue llamado “un hombre sangriento” y “no muy brillante” por el embajador de Serbia, ha mantenido cierto recelo hacia su hermano Saif, a quien muchos consideran como el sucesor de Kadafi. Mientras tanto, Saif, ha tratado de acelerar el ritmo de las reformas a través de su comité de economía y la Junta de desarrollo. Los hermanos han luchado entre sí, pero en lo que refiera a la esencia del neoliberalismo, aparecen del mismo lado. Su disputa es quien se queda con los “créditos” por llevara adelante las reformas.
Levantamientos en el este junto con los esfuerzos neoliberales desde Trípoli han alentado a grandes sectores de la población contra el régimen de Kadafi. Casi no quedan resabios del briilo de 1969 con este viejo hombre. Se ha convertido en una caricatura de la era revolucionaria. Estamos lejos de la "instigador revolucionario", cuyo lema fue " que las masas tomen el mando de sus propios destinos y de sus recursos”. El juego se termina cuando los militares dejen de apoyarlo (que dos coroneles se hayan refugiado en Malta en lugar de reprimir a la multitud en Trípoli es un primer indicio de una dirección, pero por el otro lado, están los pilotos que abrieron fuego contra la multitud). Estos hechos aún no están cerrados.
Las masas han salido a las calles. Las viejas rivalidades y nuevos resentimientos nuevos se estan uniendo. Algunos de ellos con objetivos reaccionarios de sectores reducidos, y otros buscan liberarse de las reformas. Otros sectores reparan en el hecho de que un país con 6 millones de habitantes con tremendas ganacias petroleras, no se parece en nada a los Emiratos, y otros simplemente quieren tener mayor control sobre sus vidas. Pero la mayoría quiere la liberación de aquel laberinto oculto que es Libia.