Brasil | Editorial Palavra Operária N°104
Está surgiendo un nuevo movimiento obrero
17/04/2014
El 2014 comenzó caliente respecto a las luchas obreras, en ese sentido las encuestas muestran la caída de la popularidad del gobierno de Dilma – aunque por ahora no altera la tendencia principal a que se mantenga el gobierno petista. Las Jornadas de Junio fueron la “antesala” de estos procesos más profundos en la clase obrera, que por ahora parecen estar en sus comienzos. Estos procesos ya son expresión de la experiencia inicial de amplios sectores de la clase con la burocracia sindical de los años de gobierno Lula y Dilma, lo que abre un espacio para avanzar en la construcción de una amplia organización revolucionaria de trabajadores.
¿Llega al Brasil el “sindicalismo de base”?
En este mes lanzaremos la Revista “Lucha de Clases” que traerá una combinación de artículos y análisis sobre los principales temas de la situación nacional y las huelgas que trajeron de vuelta al “sujeto peligroso”, con entrevistas directas de estas nuevas experiencias, como la impresionante huelga de los garís (barrenderos) de Río de Janeiro, la experiencia de comisiones independientes en la huelga de los garís del ABC y el significado de la huelga de los conductores de Porto Alegre.
La importancia de estos procesos de lucha es que expresan por un lado el levantamiento de los sectores más precarizados de la clase obrera de nuestro país y la tendencia al surgimiento de lo que León Trotsky llamaba de “organismos ad-hoc”, o sea, aquellos organismos que el régimen sindical no reglamenta, justamente porque los sindicatos congregan apenas una porción minoritaria de la clase obrera o porque están enchalecados por burócratas sindicales, que impiden que los sindicatos sean herramientas de lucha –al contrario, se transforman en agentes de la patronal y del gobierno en la clase obrera.
Al mismo tiempo, lo que podemos señalar como una tendencia que ya se viene comprobando desde hace algunos años (con las huelgas de la construcción civil en el Norte y Nordeste del país) y que el 2014 confirma, es el inicio del desarrollo de un proceso de activismo obrero en distintos sectores que puede configurarse como un tipo de sindicalismo de base que rompe con el “modo petista” de militar. Estas tendencias señalan un amplio espacio en el que se puede desarrollar una militancia activa en la clase obrera, tanto porque Junio “abrió corazones y mentes” de millones en el país, como porque la clase obrera, desde su “subsuelo”, viene ejercitándose. De Jirau a los garís, hay una clase obrera preparándose para entrar en acción.
La experiencia con uno de los pilares estructurales del gobierno de Lula
El diario Valor Económico (11/03/2014) publicó un interesante análisis a partir de la huelga de los garís y de la huelga de los obreros del Comperj (Complejo Petroquímico de Río de Janeiro). Al respecto el diario planteaba que “El movimiento expuso, la fragilidad del sindicato del sector y la capacidad de movilización de los grupos independientes. Se trata, de acuerdo con la representante del Ministerio Público del Trabajo, Débora Félix, de una tendencia en el movimiento de los trabajadores”. Lo que retrata Valor Económico no es mas que la constatación de que también la burguesía extrae lecciones de la lucha de clases y comienza a percibir que uno de los pilares fundamentales de la estabilidad e inmovilismo social que trajeron los años del lulismo fue el papel de contención social que cumplieron los sindicatos vinculados a la CUT, CTB, Força Sindical y UGT.
El “lulismo” fue el período de contención e inmovilismo de las masas a las que las Jornadas de Junio pusieron fin, abriendo las puertas para la construcción de una nueva conciencia de clase. Como hicieron los garís de Río de Janeiro, los conductores en Porto Alegre y ahora nuevamente los garís del ABC, va a estar planteado crear con creatividad nuevas formas de organizarse para retomar los sindicatos como única manera de hacer avanzar las tendencias más profundas de la poderosa clase obrera brasilera.
Un programa obrero para enfrentar las injusticias de la Copa
Con todas las tendencias señaladas en relación al movimiento obrero, el gobierno federal, la oposición y el régimen burgués continúan demostrando que dejarán a la mayoría de la población sufriendo inundaciones, racionamiento de agua, apagones, inflación, muertes por accidentes de trabajo - como vimos nuevamente en Itaquerão – y la precariedad de los servicios públicos como educación, vivienda, salud y transporte.
Hoy el 42% del presupuesto publicado es destinado a los grandes inversores financieros, billones van a los estadios de la Copa, a subsidios fiscales a los grandes empresarios y al aparato represivo del Estado.
Los escándalos de corrupción continúan a toda máquina, ahora con el caso de Petrobrás que afecta directamente a Dilma y se suma al escándalo del Subte de San Pablo. Tanto en un caso como en otro están involucrados grandes monopolios que financian las campañas electorales del PT y del PSDB, que salieron públicamente a presionar para evitar la instalación de una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) para que sus negocios no se vean perjudicados. La militarización de los barrios pobres y el encubrimiento de la corrupción están al servicio de contener las explosivas contradicciones sociales inherentes a esta realidad de inflación, inundaciones, racionamientos y destrucción de servicios públicos frente a la Copa del Mundo.
Los trabajadores y trabajadoras que ya están demostrando una enorme disposición de lucha por aumentos salariales deben levantar un programa que exija un salario mínimo calculado según el DIESSE (R$ 2.992.19), la efectivización de todos los tercerizados sin necesidad de concurso público o proceso selectivo y, según los aumentos inflacionarios, exigir el reajuste salarial automático de acuerdo con el aumento del costo de vida.
Al mismo tiempo, debemos levantar la estatización de todos los servicios públicos bajo control de los trabajadores y usuarios sin indemnización, garantizando servicios de calidad a través de impuestos progresivos a las grandes fortunas y del no pago de la deuda externa e interna. Abajo toda forma de represión que afecta en especial a la población negra, por el fin de la ocupación militar de Maré y de todas las favelas y barrios del país. Basta de corrupción. Castigo y confiscación a todos los corruptos y que los diputados y todos los funcionarios públicos de alto escalafón (miembros del ejecutivo, legislativo, jueces, etc.) ganen lo mismo que un profesora no precarizada.
Por un plan de lucha efectivo que unifique las campañas salariales rumbo a una paralización nacional
Frente a esta situación donde el gobierno se encuentra debilitado, es fundamental que las organizaciones sindicales de la izquierda luchen por un plan de lucha efectivo (huelgas, piquetes, paralizaciones), que permita ubicar a la clase obrera en escena, exigiendo a las centrales sindicales la convocatoria a una paralización nacional - como hicieron nuestros hermanos argentinos - que combine las campañas salariales en curso con las demandas más sentidas de la población que se expresaron en las Jornadas de Junio y que cuestione firmemente los gastos exorbitantes de la Copa del Mundo. En el subterráneo de San Pablo, por ejemplo, lucharemos para que la campaña salarial plantee la demanda de reducción de la tarifa.
Nos parece insuficiente el plan que se encaminó a través del llamado Espacio Unidad de Acción, donde actúa la CSP-Conlutas a partir de que no se propone organizar a los trabajadores desde las bases para construir las huelgas que liguen las demandas de cada sector con las de Junio, permitiendo que la clase trabajadora actúe con centralidad en las manifestaciones contra la Copa; y tampoco se dirige a las bases de los bastiones obreros que integran la CUT; la CTB y Força Sindical para disputarla en el combate contra la política de contención de sus direcciones y avanzar en la lucha por la recuperación de los sindicatos. No basta concentrar las fuerzas en una manifestación el próximo 12 de junio (que además es feriado) si eso no está ligado a un combate previo para ubicar los bastiones de la clase trabajadora y los métodos proletarios de lucha en el centro del escenario político del país.
En este artículo presentamos el programa y la política por la cual luchamos en el Encuentro nacional Espacio de Unidad de Acción y que votamos en la fundación del Movimiento Nuestra Clase. Llamamos a los sectores de vanguardia de la clase trabajadora a luchar junto a nosotros en cada lugar de trabajo, levantando esta perspectiva en los actos del 1° de mayo, al mismo tiempo que luchamos para poner en pie la herramienta que la clase obrera necesita frente a la miseria y la opresión capitalista, que solo puede ser un partido revolucionario de toda nuestra clase.