Palestina
La Autoridad Palestina y Hamas contra la primavera árabe
10/03/2011
“Free Palestine” es la consigna escrita a mano en varios billetes del nuevo shekel, la nueva moneda israelí de circulación en el Estado de Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza. La campaña de inscripciones está promovida por un grupo de jóvenes palestinos, sumamente conmovido con los nuevos aires de la primavera árabe que crujen desde lo más hondo de las entrañas. Indudablemente, la emoción de las masas palestinas ante el proceso revolucionario abierto en África del norte y Medio Oriente expresa el imaginario de nuevas perspectivas tras años de heridas y dolorosas derrotas. Pero en las antípodas, tanto Al Fatah, partido que dirige la Autoridad Palestina en Cisjordania, como Hamas, partido que rige los destinos de la Franja de Gaza, se mostraron con notable recelo.
En medio del terremoto político, sorprendió la aparición del primer ministro de la Autoridad Palestina Salam Fayad proponiéndole a sus enemigos de Hamas la formación de un gobierno de unidad nacional. Fayad fundamentó la iniciativa a partir “del concepto de seguridad puesto en práctica por Hamas en la Franja de Gaza, porque no es diferente del implementado por la Autoridad Palestina en Cisjordania” (www.maannews.net/eng/ViewDet...).
Contemplando la posibilidad de esa propuesta, el vocero de Hamas, Sami Abu Zuhri, respondió que “la formación de un gobierno de unidad nacional sólo podrá conseguirse en el contexto de una solución nacional que abarque todos los aspectos y no algo parcial” aunque la consideró poco creíble por las continuas detenciones y secuestros de militantes de Hamas en Cisjordania: “la única vía real hacia la reconciliación es poner fin a los arrestos y liberar a los detenidos”.
Si el movimiento real de la primavera árabe pateó el tablero de la geopolítica impuesta por el imperialismo y el Estado de Israel, simultáneamente parece haber acercado posiciones entre la Autoridad Palestina y Hamas alrededor de la puesta en jaque del control férreo ejercido sobre las grandes masas. ¡Cómo comprender sino que Hamas abrigue alguna expectativa en un acuerdo con la misma Autoridad Palestina que apoya el bloqueo sobre Gaza! La misma que durante la brutal masacre sionista de la Operación Plomo Fundido, a fines de 2008, se alineó con Mubarak, quien cerró el paso de Rafah y bloqueó los túneles clandestinos, aislando a los gazatíes por hambre y muerte. La misma que en 2007, apelando a un golpe de mano de sus milicias, intentó derrocar a Hamas, electo democráticamente en las elecciones legislativas de enero de 2006.
Acaso no bastó la capitulación total al Estado sionista revelada por la red televisiva Al Yazira mediante la filtración de 1700 documentos aportados tras el affaire Wikileaks. Los “papeles palestinos” pusieron al desnudo la entrega de la Autoridad Palestina del derecho de retorno de 7,1 millones de palestinos que residen en la diáspora, una de las demandas más sentidas, a cambio de la aceptación de un retorno “simbólico” de no más de 5000 palestinos. Eso sin hablar de la aceptación de la anexión de los asentamientos de colonos sionistas en Jerusalén oriental y la Explanada de las Mezquitas (zona sagrada para la religión musulmana) como parte del Estado de Israel y la colaboración con los sionistas y los servicios de inteligencia británicos en la elaboración de un plan para eliminar a Hamas.
De lo enunciado más arriba no resulta azaroso que ambos se propusieran reprimir las primeras movilizaciones del mes de febrero en solidaridad con las masas de Tunez, Egipto, Yemen, etc. La Autoridad Palestina disolvió decenas de marchas y concentraciones en Ramala que agitaban “que se vaya Mubarak, que se vayan los colonos de Israel”, mientras en Belén y Jerusalén oriental fueron registrados varios heridos. En Gaza, los jóvenes palestinos se concentraron en la Plaza del Soldado Desconocido y fueron atacados por las brigadas de Hamas, las que detuvieron a seis mujeres. Encima, pocos días después las tropas sionistas bombardearon una fábrica de suministros médicos en Jabalya, así como zonas de edificios en Kan Younis, Zaytoon y Rafah.
Si en 2007 el imperialismo norteamericano y el Estado de Israel alentaron la división entre Gaza y Cisjordania, hoy alientan los acuerdos entre la Autoridad Palestina y Hamas para contrarrestar las consecuencias levantiscas que ya está generando la primavera árabe.
Aislado de las masas árabes durante años durante años por gobiernos proimperilaistas como los de Mubarak, Ben Alí, las monarquías jordana y saudita, etc., hoy el destino del pueblo palestino está atado al desarrollo de los procesos revolucionarios de Medio Oriente y Africa del norte, un punto de apoyo enorme para multiplicar por millones la lucha por el legítimo derecho democrático a la autodeterminación nacional.
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