America Latina
La gira de Bush
15/03/2007 La Verdad Obrera N° 226
La gira de Bush por Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México es parte de una serie de acciones destinadas a desteñir al menos en parte su imagen "guerrera". Casi en simultáneo con el viaje por América Latina, se realizaba en Irak una conferencia sobre "seguridad", que reunía tanto a EE.UU. como a sus "enemigos" de Siria e Irán. Estos actos son hasta el momento una política predominantemente gestual, que busca compensar la creciente pérdida de hegemonía que viene teniendo la principal potencia imperialista del planeta, en dos regiones, como Medio Oriente y América Latina, que registran los mayores niveles mundiales de "antinorteamericanismo" entre las amplias masas.
En el caso del viaje a América Latina, las acciones de Bush estuvieron destinadas en gran medida a la propia opinión pública estadounidense, a la que estuvo dirigida su pose "compasiva" por los pobres de nuestra región y el intento de mostrar una lista más amplia de países "aliados", sumando a Lula y a Tabaré a los apoyos más habituales de gobiernos derechistas como los de Uribe y Calderón. A su vez, pretendió limitar la influencia de Chávez, quien en paralelo a Bush estuvo en Argentina, Bolivia, Nicaragua, Jamaica y Haití, donde suscribió distintos acuerdos de intercambio económico.
Pero lo cierto es que Bush trajo poco para ofrecer. Como señala un artículo publicado en el periódico británico The Guardian el 14-03-07, Bush finalizó su gira por América Latina "con poco para mostrar de su recorrida de seis días por la región. El presidente norteamericano volverá a casa sin acuerdos sustanciales o evidencia inmediata de que la ofensiva de relaciones públicas haya salvado la reputación de Washington en los cinco países que visitó (...) Sus paradas en Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México, elegidos por tener gobiernos relativamente amigos, estuvieron marcadas por las protestas callejeras y una cobertura de tibia a fría en los medios locales (...) Los límites internos también impidieron al presidente Bush ofrecer acuerdos económicos significativos a Uruguay y Brasil, disparando la burla de Chávez de que el gringo era un ‘cadáver político’". Es que, a pesar de los delirios de la derecha argentina y ciertos sectores de la burguesía brasileña que buscaron equiparar la reunión entre Lula y Bush en San Pablo con la alianza estratégica que ambos países establecieron en 1940, cuando gobernaba en Brasil Getulio Vargas y en EE.UU. Franklin Delano Roosevelt, es poco claro cuánto obtendrá efectivamente Brasil del negocio de los biocombustibles, ya que el llamado "lobby del maíz" en EE.UU. se opone a la apertura de la economía yanqui a los productos brasileños en este terreno. El propio Bush en San Pablo no pudo realizar promesa alguna al respecto y se limitó a decir que este tema sería discutido por el Congreso norteamericano en 2009. Sólo quedaron los acuerdos para compartir la producción de etanol entre empresas brasileñas y yanquis en los países centroamericanos y el gesto de reconocer el poder regional de Brasil acordando la realización de una reunión de los gabinetes de ambos gobiernos en la residencia de Camp David, donde se alojan los presidentes norteamericanos.
No se trata, sin embargo, de contentarse con que, a pesar de las ayudas dadas por los Lula y los Tabaré, Bush no haya conseguido en esta gira el bastón de apoyo que vino a buscar. Tropas argentinas, chilenas, brasileñas y uruguayas ocupan actualmente Haití, auxiliando en los hechos el "esfuerzo de guerra" yanqui en Irak y Afganistán. Chávez calla ante esta situación, protagonizada por sus gobiernos "amigos". ¿No le parece a Chávez demasiado apoyo de los "amigos latinoamericanos" para un "cadáver político" como Bush?