EL PAIS - 23-04-2011
La oposición siria convertirá los funerales por los muertos en nuevos actos de protesta
23/04/2011
El régimen de El Asad ahogó en sangre las manifestaciones que ayer reclamaron el fin de la dictadura
REUTERS | Annán 23/04/2011
Los movimientos opositores en Siria afrontan este domingo un nuevo pulso al régimen de Bachar El Asad con la celebración de los funerales por las decenas de víctimas mortales que dejó ayer la cruenta represión de las protestas populares que se desarrollaron en varias ciudades sirias para exigir el fin de la dictadura y la apertura de un régimen democrático.
Los funerales están destinados a convertirse en nuevos actos de protesta que pondrán a prueba la fuerza y la resistencia del régimen, que ayer demostró que está dispuesto a ahogar en sangre la revuelta. Los policías y matones a sueldo de El Asad dispararon contra las multitudes desarmadas y dejaron al menos 30 cadáveres, aunque fuentes de la oposición aseguraron que la cifra real de víctimas asciende a 80. Grupos de defensa de los derechos humanos consideran que la cifra de muertos supera al menos los 70.
Los comités locales de coordinación que agrupan a los activistas de cada región siria han elaborado una lista con los nombres de 88 activistas que perdieron ayer la vida en las distintas manifestaciones que se desarrollaron en Latakia, Homs, Hama, Damasco y en la localidad de Izra’a, al sur del país árabe.
La jornada de ayer fue de largo la más sangrienta del último mes, jalonado por protestas que demandan libertades políticas y el fin de la corrupción. "Los funerales se convertirán en protestas vehementes, como los anteriores funerales", ha explicado un activista sirio a la agencia Reuters, al tiempo que ha vaticinado un nuevo baño de sangre. "Cuando las fuerzas de seguridad ejercen el papel de matón es difícil de imaginar que no vayan a disparar de nuevo contra la multitud", ha lamentado este opositor desde Damasco.
Vínculos con Irán
El presidente estadounidense Barack Obama condenó ayer enérgicamente la violencia en Siria y culpó de la misma al régimen de El Asad, al que acusó de buscar el apoyo de Irán para sofocar la revolución. "Este uso desmesurado de la violencia para silenciar las protestas debe de finalizar inmediatamente", advirtió el mandatario estadounidense en un comunicado. "En vez de escuchar a su pueblo, el presidente Asad culpa a los extranjertos mientras busca el auxilio de Irán para reprimir a los ciudadano sirios".
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, también se unió a la condena estadounidense y expresó su "honda preocupación" por los acontecimientos en Siria. "Las autoridades sirias deben de dejar de usar la violencia contra sus ciudadanos. De nuevo exigimos la apertura urgente de un diálogo politico que culmine en la adopción de las reformas que legítimamente demanda el pueblo sirio". Amnistía Internacional también ha lamentado que las autoridades sirias "hayan vuelto a responder con balas y palos a los llamamientos pacíficos de cambio".
Las protestas del viernes santo se desarrollaron pese a la decisión adoptada en la víspera por el régimen de levantar el estado de emergencia, vigente en el país desde que el partido Baz se hizo con el poder hace 48 años.
Un comunicado del comité que agrupa a los opositores advirtió ayer de que el decreto gubernamental que deja sin efecto el estado de emergencia era inútil si al mismo tiempo no se liberaba a los miles de presos políticos, la mayoría encarcelados sin juicio previo, y se desmantelaba el aparato de seguridad.
La cifra de muertos supera los 300, según cálculos de grupos de derechos humanos, desde que estallaran las revueltas en la ciudad sureña de Deraa el pasado 18 de marzo.