Francia - Reportaje a Manu Georget
Libia: “Los trabajadores tenemos que repudiar el ataque militar imperialista”
07/04/2011
Publicado en el primer número del periódico militante NUESTRA LUCHA.
Las principales potencias imperialistas (Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña) resolvieron en el Consejo de Seguridad de la ONU dar luz verde al ataque militar sobre Libia justiï¬ cada como una acción “humanitaria y iniciaron un ataque aéreo. El país vive hace semanas un levantamiento popular contra el dictador Khadaï¬ . El objetivo de la acción militar “odisea al amanecer”, es para detener la ofensiva de Khadaï¬ sobre Benghazi, la capital rebelde. Pero la justiï¬ cación “humanitaria” para bombardear con misiles sobre tierra Libia es pura hipocresía para esconder sus propios intereses imperialistas. Nuevamente los lobos se visten de corderos. Nuestra Lucha entrevistó sobre este tema a Manú Georget, secretario general del sindicato CGT EGP Dreux y militante de la plataforma 4 del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) en Francia.
¿Cuál es tu opinión sobre el ataque militar sobre Libia?
Manú Georget (Secretario general del sindicato CGT EGP): Lo primero que quiero decir es que los trabajadores de Francia y de todo el mundo tenemos que repudiar el ataque militar imperialista sobre Libia. Cualquier gobierno que surja bajo el amparo de los misiles y las armas del imperialismo no será más que un gobierno títere, al servicio de los intereses de las grandes potencias capitalistas y no de los trabajadores y el pueblo. Además, la justificación de los ataques como acciones “humanitarias” y para “proteger a los civiles” es completamente hipócrita. El verdadero interés que tienen las potencias imperialistas para intervenir militarmente es impedir que sean los propios trabajadores y el pueblo de Libia los que tiren abajo a la dictadura de Kadafi y construyan un gobierno que no represente sus intereses. Los trabajadores tenemos que estar por la caída de Kadafi y denunciar que ni la ONU ni la OTAN liberaron nunca a nadie. Los únicos aliados que tiene el pueblo de Libia son los trabajadores, los jóvenes y los pueblos de los países árabes que se rebelan contra sus gobiernos, y junto con ellos, los trabajadores y explotados del mundo que enfrentan la opresión imperialista.
Durante años los imperiaListas apoyaron a las dictaduras árabes como la de Kadafi en Libia o Mubarac en Egipto. ¿A qué se debe su cambio de actitud?
Sí, es cierto. Todos los gobiernos imperialistas, de derecha o “de izquierda”, apoyaron a dictadores árabes durante decenas de años porque les era útil. Sarkozy, recibió a Kadafi en París con todos los honores. Pero ahora los imperialistas se dan cuenta de que el riesgo es que las revueltas populares que recorren Túnez, Egipto, Bahrein y otros lugares, vayan todavía más lejos, quieren impedir que se extiendan y profundicen los procesos revolucionarios en el mundo árabe. Por eso resolvieron la intervención militar en Libia.
¿Qué significa para vos la ola de revueltas populares que recorren el mundo árabe?
En varios países, empezando por Egipto, estos procesos tienen su origen en las luchas contra la suba de precios de los productos de primera necesidad en los últimos años. En Argelia por ejemplo, estas subas dieron lugar a revueltas de los jóvenes de los barrios populares de las grandes ciudades, que no llegan a fin de mes desde hace tiempo y con la crisis ya corrían el riesgo de morir de hambre o arriesgar su vida atravesando el Mediterráneo para llegar a Europa. Pero al mismo tiempo, estos movimientos comenzaron a exigir la caída de dictadores que gobernaron por decenas de años. Al principio eran nacionalistas pero después se hicieron neoliberales y sirvientes del imperialismo, impulsando las privatizaciones, abriendo sus países a la inversión extranjera, etc. Todo esto creó una situación insostenible que se volvió explosiva con la crisis. Y los trabajadores, los desocupados, los jóvenes, las mujeres lograron tirar abajo, con valor y determinación, dictadores que parecían intocables. Es increíble. Es una gran lección para todos los oprimidos y oprimidas del mundo entero, sobre todo para los trabajadores y la juventud en Europa. Desde Francia y el resto de los países opresores hay que ser solidarios con estos procesos, pero en autonomía total del Estado imperialista francés y contra toda intervención militar aunque se presente como “humanitaria”.