FT-CI

Brasil

Llamado al PSTU a conformar un “ala clasista” en el Frente de Izquierda

21/07/2006

Aun después del escándalo del mensalao (coimas mensuales) los trabajadores brasileños no perdieron sus ilusiones en la democracia burguesa, en las elecciones. Creer eso sería pasar por encima de toda la realidad de la política nacional y principalmente del hecho de que el gobierno Lula, a pesar de la crisis política de 2005 y del desgaste sufrido por el congreso nacional y por los partidos de la base aliada, incluido el PT, no sólo mantuvo su popularidad, sino incluso tiene posibilidades de conseguir una votación mayor que en 2002.

Gane Alckmin o Lula, tenemos que prepararnos para un escenario de enfriamiento de la economía que va a acortar los márgenes de maniobra del próximo gobierno, y para defendernos de los ataques a los trabajadores que el gobierno y la patronal ciertamente intentarán ejecutar, como ya está haciendo Lula a través del super-simples (proyecto que flexibiliza el cumplimiento de los derechos básicos de los trabajadores para pequeñas y medianas empresas) y la patronal con las despidos en la Volks y en la GM. La vanguardia de trabajadores que se formó en ruptura con el gobierno Lula, que se aglutina en su mayoría en Conlutas y que se expresa electoralmente en parte de las intenciones de voto en Heloísa Helena (candidata del Partido Socialismo y Libertad -PSOL-. N de T), tiene como principal desafío encontrar una vía para influenciar a un movimiento de masas que sigue, en su mayoría, votando a Lula y prepararse para un probable segundo mandato de Lula mucho más inestable. Es para avanzar en esa preparación que presentamos, durante el Conat (poner qué es), una primera “Carta Abierta al PSTU” planteando la necesidad de que este partido abra una discusión con todos los sectores de la vanguardia sobre la necesidad y las vías de construcción de un partido revolucionario en Brasil. En la actual situación, en que el proceso electoral adquiere una importancia enorme, queremos seguir ese diálogo, centralmente porque no podemos perder la oportunidad de que esa vanguardia que surgió a lo largo de los últimos años se exprese políticamente y aparezca frente a las masas como una alternativa clasista en relación al PT.

La formación de un Frente Clasista, que en las elecciones presente una salida a la crisis nacional que atienda a los intereses de los trabajadores y del pueblo pobre, unificando la influencia política del PSOL con la influencia sindical del PSTU (Partido Socialista de los Trabajadores Unificado), habría sido un paso importante en el sentido de ayudar a los trabajadores a avanzar en su independencia de clase.
Lamentablemente, el Frente de Izquierda entre el PSOL, PSTU y el PCB no se configuró como un frente clasista.
Exactamente porque el eje de la política de la dirección del PSOL no es organizar a los trabajadores para enfrentarse al gobierno Lula, a la patronal y a la burocracia sindical y sí buscar alianzas con sectores de la burguesía descontentos con la política económica neoliberal y mantener sus lazos con la “izquierda del PT”. Sin embargo, sería un error confundir la voluntad de la dirección del PSOL, que quisiera un frente apoyado por sectores de la burguesía descontentos con la política económica de Lula, con la realidad de que hasta ahora ningún sector burgués adhirió (lo que todavía puede ocurrir a través del financiamiento de la campaña) al Frente de Izquierda. Si por un lado el Frente de Izquierda ya se consolidó sin un contenido clasista, por otro, es posible y necesario formar en el interior de este frente un ala clasista, claramente diferenciada de la dirección pequeñoburguesa y frentepopulista del PSOL. Es para avanzar en ese sentido que hacemos este llamado al PSTU: ¡tenemos que abrir un camino para que la independencia de clase se exprese en estas elecciones!

Eso significa que no compartimos la posición de aquellos que presentan al PSOL y Heloísa Helena como burgueses, ya que una alianza electoral con este partido configuraría, en cualquier situación, una traición a los intereses de los trabajadores. Esa es, en nuestra visión, sólo una forma de esconderse detrás de fórmulas vacías para evitar los inconvenientes de tener que aplicar una táctica al mismo tiempo revolucionaria y lo suficientemente flexible para ayudar a la vanguardia que empezó a reorganizarse a avanzar en el sentido de la revolución.

El frente que necesitábamos y el frente que se formó

A principios del mes de marzo el PSTU hizo una propuesta oficial a la dirección del PSOL puntualizando las cuestiones fundamentales que deberían ser la base de un acuerdo electoral. Aun discordando de algunos puntos de esta propuesta, un frente que fuese constituido en los términos que el PSTU proponía hubiese sido un avance en el proceso de reorganización de los trabajadores.

Sin embargo, el Frente de Izquierda no se conformó siquiera en los términos que proponía el PSTU. Lamentablemente la solución dada fue una fórmula de compromiso entre el PSOL y el PSTU. No conocemos los términos exactos de este compromiso, pues el mismo jamás fue publicitado. Lo que queda claro es que dejó a la dirección del PSOL, con Heloísa Helena a la cabeza, libre para desarrollar todo su programa, supuestamente de “revolución democrática”, que en realidad no pasa de una tímida auto reforma de las instituciones del régimen. Y que al mismo tiempo también dejó al PSTU libre para levantar por la positiva su propio programa.

Heloísa Helena, en las entrevistas que ha dado a la televisión, siquiera toca la cuestión de los despidos en la Volks y en la GM, siquiera cita el baño de sangre que Israel está descargando sobre las masas árabes, defiende la auditoría de la deuda pública y no su no pago, y habla de la necesidad de revitalizar el parlamento y las instituciones del régimen a través de algunas reformas cosméticas.
Básicamente, defiende un programa y una política que en aspectos fundamentales va en el sentido contrario al que aprobamos en el Conat. Incluso, el único punto en común, resaltado por el PSTU como “antiimperialista” es el acuerdo en impulsar la campaña de Jubileu Sul (organización surgida del Jubileo 2000 que busca la condonación de las deudas externas en los países del llamado Tercer Mundo) de “auditoría ciudadana” de la deuda externa. Heloísa Helena nos recordó en Roda Viva (programa televisivo) que el no pago no es lo mismo que auditoría, que está incluso prevista en la constitución, por lo tanto no tiene nada de radical. Y, agregamos nosotros, mucho menos de antiimperialista...

Una cuestión de principio

En la práctica quien determina la política del Frente de Izquierda es la dirección del PSOL y Heloísa Helena, que lleva adelante una política de conciliación de clases con sectores de la burguesía y con el propio PT. Es ella la que aparece en los diarios todos los días, da entrevistas en la televisión y en la radio, en fin, propaga su voz a amplias masas de la población. El PSTU se limita al diario Opinião Socialista (Opinión Socialista) y a panfletos y afiches.
La situación se complica, en realidad, cuando el PSTU se niega a criticar públicamente la política de Heloísa Helena, incluso negándose a hacerle exigencias básicas como poner el eje de la campaña electoral en la lucha contra los despidos en la GM y en la Volks. Por ejemplo, la exigencia presentada en los últimos días por el PSTU al Frente de Izquierda alrededor del problema de los ataques del PCC (Primer Comando de la Capital -N de T) en San Pablo no dice una palabra sobre la política escandalosa que Heloísa Helena defendió de una “represión implacable” y un “gran pacto federativo para el área de seguridad pública”.

Hasta ahora la dirección del PSTU sigue presentando, sin ninguna enmienda, la candidatura de Heloísa Helena como una alternativa que representa los intereses de los trabajadores, como afirmó Zé Maria en el lanzamiento del Frente de Izquierda: “Es necesario presentar a cada trabajador una alternativa que represente sus intereses, una alternativa de izquierda representada por las candidaturas de Heloísa Helena y César Benjamim, con el Frente de Izquierda”. Podemos estar de acuerdo con que Heloísa Helena expresa en forma distorsionada el proceso de rupturas a la izquierda en el PT y se ubica contra las reformas neoliberales. Sin embargo, no podemos estar de acuerdo en mentirle a los trabajadores. ¿O la dirección del PSTU cree que la candidatura de Heloísa Helena es una alternativa que representa de hecho los intereses de los trabajadores?
Evitando una diferenciación pública con el PSOL más allá de los círculos restringidos de simpatizantes de la izquierda, el PSTU milita, aunque sin quererlo, ayudando a fortalecer a la dirección del PSOL y su política de conciliación de clases y no ayudando al movimiento de trabajadores a avanzar hacia posiciones clasistas. Dialogar no significa abandonar las críticas y la diferenciación, pues sin críticas por parte del PSTU es la dirección del PSOL la que se fortalece ante la vanguardia. Con su actual política el PSTU queda a la defensiva frente al PSOL y se diluye dentro del Frente de Izquierda. En la práctica eso significa ayudar a consolidar un nuevo aparato reformista y difundir ilusiones en una “renovada” política de conciliación de clases. Compañeros, no podemos repetir la práctica de la izquierda que a lo largo de más de una década ayudó a Lula a consolidarse como el gran representante de los trabajadores.

La política de la dirección ubicó al PSTU a la defensiva

La actual configuración del Frente de Izquierda ubica al PSTU, para decir lo mínimo, en una situación delicada. El PSOL fue capaz de imponer las condiciones necesarias para que Heloisa Helena defienda su política de conciliación de clases como si fuese representante del conjunto de la izquierda brasileña. Para nosotros eso no era de ninguna manera inevitable.

La política de zig-zag de la dirección del PSTU en relación al PSOL fue lo que garantizó una óptima correlación de fuerzas para la dirección del PSOL y lo que terminó ubicando al PSTU a la defensiva. El PSTU tuvo una política sectaria al orientar a sus militantes a no asignar las fichas de legalización del PSOL, prácticamente igualándolo a los otros partidos del régimen. Esa política en realidad facilitó la consolidación del PSOL, es decir, tuvo el resultado opuesto al que quería la dirección del PSTU. Para lograr concretizar un bloque electoral con el PSOL, sin el cual desaparecería del mapa durante el proceso electoral, dio un giro de 180 grados en su política.

Durante el proceso de discusión para la formación del frente la dirección del PSTU evitaba dar cualquier paso que pudiese poner en riesgo la alianza electoral. Defendió correctamente la necesidad de que el frente fuera formado a partir de un encuentro abierto a los luchadores de todo el país, pero no tomó ninguna medida concreta, pues eso significaría un enfrentamiento con la dirección del PSOL que podría inviabilizar el acuerdo. Eso quedó claro en el Conat, cuando el PSTU se rehusó a defender que éste levante una propuesta de convocar un encuentro nacional de trabajadores para votar su programa y las candidaturas de un Frente Clasista. Aunque el PSOL se rehusara a participar, si el PSTU votaba su programa y sus candidatos en un encuentro como ese, reuniendo a los sectores más avanzados de Conlutas, la vanguardia que participara de él tendría mucha más fuerza en la negociación con el PSOL de la que tuvo el PSTU solo. Al no actuar así, no tenía cómo cambiar la correlación de fuerzas en la mesa de negociación a puertas cerradas con el PSOL y el PCB.

Necesitamos luchar para conformar un “ala clasista” en el Frente de Izquierda

Por eso hacemos este llamado centralmente al PSTU, por su responsabilidad y su peso ante la vanguardia, pero también a las organizaciones políticas que reivindican la independencia de clase y a los militantes del PSOL que no están de acuerdo con el rumbo que su dirección le está dando al Frente: ¡tenemos que abrir un camino para que la independencia de clase de los trabajadores se exprese en estas elecciones a través de un ala clasista en el Frente de Izquierda!

No basta publicar en las páginas de Opinião Socialista una posición distinta de la que tiene el PSOL, ignorando las posiciones de Heloísa Helena y en la campaña electoral por todo el país, llamar al voto por Heloísa Helena como si ella defendiese las mismas posiciones que el PSTU. La tarea de un ala clasista del Frente de Izquierda debe ser dejar claro para todos los que van a votar el frente que podemos estar juntos para combatir al neoliberalismo de tucanos (seguidores del PSDB -N de T) y petistas, pero que en el interior del Frente existe una diferencia que va a ser crucial para el destino de los trabajadores: la diferencia entre una política clasista y una de conciliación de clases.

Las declaraciones de Milton Temer, que no fueron desmentidas por ningún integrante del Frente de Izquierda, afirmando que el frente puede recibir contribuciones de empresarios éticos (¡descubrieron la plusvalía ética!!!!!), deben poner el Frente en riesgo. Sabemos que solamente a través de pequeñas notas en Opinión Socialista y de negociaciones con la dirección del PSOL seremos impotentes para impedir que eso ocurra. El PSTU debe exigir que Heloísa Helena se pronuncie claramente contra el financiamiento del Frente por parte de empresarios. El caso de que aun así se confirme el financiamiento del frente por parte de empresarios seguramente sería una derrota para el conjunto de la vanguardia. Para no ser cómplice de esa traición, el PSTU tendría que romper con el frente.

Sobre la nueva ofensiva reaccionaria que Israel inició contra las masas árabes, el Frente de Izquierda hasta ahora no se pronunció. Mientras Lula dice que los “los lados son responsables por la oleada de violencia” el Frente de Izquierda debería denunciar claramente la masacre de Israel contra palestinos y libaneses y exigir que el gobierno Lula rompa el acuerdo del Mercosur con Israel y que rompa relaciones diplomáticas con el estado sionista, que no pasa de un enclave imperialista en la región. Ivan Valente, candidato a la reelección al congreso nacional por el PSOL y por el Frente de Izquierda en San Pablo, se posiciona correctamente por la ruptura del acuerdo del Mercosur con Israel, aunque parece creer que conseguirá eso a través de discursos en el parlamento y petitorios, además de ubicarse en defensa de las resoluciones de la ONU que determinan la división de Palestina en un estado palestino y un estado judío, lo que significa en la práctica apoyar la expulsión del pueblo palestino de su territorio histórico, base de la formación del Estado de Israel. Es obligación del PSTU exigir que Heloísa Helena se ubique claramente por el fin inmediato de los ataques de Israel al pueblo árabe, por la ruptura del acuerdo del Mercosur con Israel, por la ruptura de relaciones diplomáticas con el estado sionista y por el derecho del pueblo palestino a volver a las tierras de las cuales fueron expulsados al final de la segunda guerra mundial.

Hasta ahora Heloísa Helena ni siquiera se pronunció sobre los despidos en la Volks y en la GM, cuando en realidad la lucha contra los despidos debería ser uno de los ejes de su campaña. El PSTU debería exigirle al conjunto del Frente de Izquierda, en especial de Heloísa Helena, que use su candidatura al servicio de la lucha contra los despidos; y exigirle al frente que ponga todo su peso electoral al servicio de la formación de comités del Frente de Izquierda, en los cuales tendríamos espacio privilegiado para impulsar un ala clasista. Si el PSOL se niega a formar estos comités, es una obligación del PSTU concretarlos donde sea posible e intentar arrastrar a los militantes del PSOL. Esos comités deben servir no solamente para organizar la campaña electoral, sino también para organizar una gran lucha en defensa de los trabajadores de la Volks y de la GM, luchar contra el super-simples, organizar la campaña contra la masacre de Israel sobre el pueblo árabe y agitar un programa obrero independiente que responda a las demandas más sentidas del conjunto de la población explotada y oprimida.

Estos comités serían una excelente oportunidad para que abramos un debate, ante la vanguardia que se ubica en una perspectiva clasista, de la necesidad de construir un partido revolucionario en el país. Como discutimos en la “Carta Abierta al PSTU” que distribuimos en el Conat, es fundamental un llamado de este tipo para influenciar a los sectores de base del PSOL sensibles a las ideas revolucionarias y al conjunto de la vanguardia, para evitar que la política de conciliación de clases del PSOL se fortalezca como dique de contención que impida a los revolucionarios influir decisivamente en el futuro proceso de rupturas con el petismo.

No sólo es posible sino indispensable entablar una batalla al interior del Frente de Izquierda y fuera de él para hacer que una política de independencia de clase llegue al conjunto de los trabajadores en estas elecciones. En la medida que el PSTU se ubique decisivamente en esta perspectiva, nos disponemos a poner todas nuestras fuerzas para actuar dentro del frente, colaborando en todo lo que esté a nuestro alcance para fortalecer un ala clasista en el Frente de Izquierda. Renunciar a esta lucha en nombre de no poner en riesgo al bloque electoral con el PSOL es renunciar a una política de independencia de clase en nombre de la posibilidad (incierta) de elegir uno o dos parlamentarios.

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