ANUNCIOS DEL PRESIDENTE EN SU DISCURSO ANUAL
Maduro ajusta y devalúa en un país en crisis
23/01/2015
El regreso del Presidente Nicolás Maduro luego de su larga gira por países como China, Rusia y Medio Oriente era de los más aguardados en el país, a la espera de su discurso anual en el que estaban puestas todas las expectativas. Además de los resultados concretos de su viaje internacional, se esperaban los anuncios sobre las nuevas medidas económicas que tomaría frente a los problemas económicos que agobian a Venezuela. Su presencia en la Asamblea Nacional para hacer la rendición de la Memoria y Cuenta que tenía que hacerse el 15 de enero, la terminó realizando este miércoles 21, donde presentó su informe de gestión del 2014; sin embargo, el gran foco estaba en las medidas sobre el sistema cambiario.
La crisis económica continúa arreciando
Venezuela atraviesa una crisis con una economía en recesión con niveles de altísima inflación, en medio de un derrumbe de los precios del petróleo, su mayor fuente de divisas. La crisis acentuada por el desplome del precio del crudo ha golpeado las arcas venezolanas, dejando menos dólares disponibles para destinar a importaciones y hacerle frente a los compromisos internacionales como la deuda externa que comienza a agobiar al país.
La economía decreció un 2,8 por ciento hacia el tercer trimestre del 2014, que tomando los dos trimestres anteriores (también en rojo), constituyen el peor desempeño en América Latina. Al mismo tiempo, esto acarrea una inflación por encima del 64 por ciento según datos oficiales, también la mayor de la región. Esto ha provocado que los niveles de escasez sigan en aumento, llevando a miles de venezolanos a que formen enormes colas para buscar bienes de primera necesidad.
Para el 2015, pese a lo que sostiene el Gobierno, la amplia mayoría de los organismos internacionales desde el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Cepal, proyectan estimaciones pesimistas, tal como la informada este miércoles por el FMI que habla de una contracción del 7 por ciento.
En su alocución oficial a toda la nación, Maduro recordó que el presupuesto del país está planificado con un barril de petróleo, principal fuente de ingresos del país, a 60 dólares y que en la actualidad se encuentra en 40 dólares por lo que los ajustes se hacen necesarios. Al cierre de este artículo el barril venezolano se cotizaba a 38,59 dólares, y en dinámica a la baja. Es que la gira por varios países miembros de la OPEP, además de China y Rusia, en busca de una estrategia para revertir la caída del crudo no tuvo los resultados esperados, obligando al Presidente a constatar que la época de una extrema bonanza petrolera no regresará: "No volverá el petróleo a 100 (dólares)”, enfatizó. Con esta coyuntura, el temor de que el país pueda entrar en cesación de pagos ha venido creciendo, a pesar de que Maduro aseguró que el país honrará sus compromisos, tal como lo ha venido haciendo hasta ahora. Como vemos, el panorama se complica cada vez más para Maduro.
Devaluación más que “implícita”, explícita
En su discurso, luego del repaso de su gestión de 2014, Maduro empezó a anunciar una serie de medidas sociales, pero que aparecían como medidas “compensatorias” para luego anunciar las medidas más costosas. Así anunció la aprobación de recursos para aumentar a 200 mil las becas de los estudiantes de la educación media y un incremento del 30% de las becas universitarias, que la Gran Misión Barrio Nuevo, Barrio Tricolor, atenderá este año a más de 2 millones de familias venezolanas. También anunció la aprobación de recursos por la cantidad de 59 mil 575 millones de bolívares y 911 millones de dólares, para la aplicación de un plan especial de inversión en materia de infraestructura, para culminación de obras de infraestructuras, entre otros anuncios. Fundamentalmente el anunció del aumento del 15% del salario mínimo de todos los trabajadores y pensionados del país, que se hará efectivo a partir del 1° de febrero, que en verdad no representa mucho frente la alta carestía de la vida.
Luego vino el plato fuerte, los cambios en el sistema cambiario que no traen aparejado otra cosa más que la devaluación. "He decidido trabajar en un sistema que atienda a los tres mercados de manera más eficiente (...) hay un primer mercado de necesidades alimentarias, de salud, fundamentales del país, garantizarlo con un dólar a 6,30", señaló. Pero luego afirmó que se mantendrá un solo Sistema Complementario de Administración de Divisas (SICAD) frente a los dos actuales, que atenderá a través de un mecanismo de subastas con un esquema de mercado para su fijación. Sin embargo, también señaló que existirá otro mecanismo que funcionará a través de las bolsas públicas y privadas, "donde concurra el sector privado y el sector público" que haga frente al mercado paralelo.
Recordemos que las dos actuales tasas del SICAD I y II que serán unificadas se mantienen en estos momentos entre 12 y 52 bolívares por dólar, y aunque si bien no precisó a cuánto o cómo funcionará el nuevo mecanismo, dejó abierto que se tratará de un promedio, lo que puede llevar la nueva tasa de cambio unificada a 30 bolívares por dólar, constituyendo una fuertísima devaluación. Lo grueso está también en el nuevo tercer mercado operado por "bolsas, públicas y privadas", que intentará sustituir al mercado paralelo donde el dólar cotizaba el jueves a 177 bolívares. En pocas palabras, se busca legalizar dicho mercado paralelo, otro golpazo terrible como sistema devaluatorio. Para anunciar esto fue que incorporó también el aumento del salario mínimo y las otras medidas como el aumento de las becas, etc., buscando “compensar” y no aparecer como un gobierno ajustador, sin embargo, son medidas que no anulan en modo alguno el impacto de la devaluación –y el venidero aumento de la gasolina.
Esto fue incluso reconocido por analistas económicos alineados con la derecha, como Vicente León, que señala que "el Presidente no se decanta por el mecanismo de la unificación cambiaria, pero produce cambios positivos". "Lo realmente importante del anuncio es la unificación del SICAD y la apertura formal del mercado paralelo". A su juicio las decisiones cambiarias "representan una devaluación implícita de la moneda, lo cual es necesario, aunque no suficiente". Si bien al momento no se puede calcular el porcentaje de devaluación anunciada porque dependerá de la implementación de asignaciones y las tasas alternativas, al contrario de lo que dice este analista, más que “implícita”, es completamente explícita.
En su informe anual ante la Asamblea Legislativa, Maduro también sostuvo que “llegó el momento” de subir el precio de la gasolina. Si bien no solo abrió el debate, determinó claramente que será durante este año que se aplicará el ajuste. Esto significa no sólo en sí el precio del combustible, si no toda la cadena automática que acarrea en el aumento en los precios del transporte, recayendo el golpe sobre los ingresos populares.
Convocando a empresarios y abriéndose aún más al capital extranjero
En su discurso, Maduro hizo un relato de los encuentros con los distintos sectores empresariales, incluyendo los acuerdos a los que se ha llegado. Por eso y como complemento, anunció que será conformado un "equipo especial de diálogo, debate y asesoría del Estado Mayor Económico" que preside, designando al presidente de Fedeindustria (una cámara que aglutina a empresarios medianos y pequeños del país), Miguel Pérez Abad, para que lo coordine. Es decir, nombra a un empresario, como símbolo de su política de alianzas económicas, convocando a "todos los economistas y empresarios a participar en la construcción de un modelo productivo”, un modelo que, pensado por los empresarios, nada bueno tendrá para los trabajadores.
Pero Maduro también continúa su campaña para la atracción de capitales extranjeros al país. Anunció que 50 empresas internacionales han manifestado su interés en invertir en las Zonas Económicas Especiales y de Desarrollo Estratégico que fueron creadas por Ley Habilante (decretos vía poderes especiales) que han sido establecidas en diversas zonas del país, que contarán con todas las garantías y cuya producción será para exportar, tomando en cuenta que de acuerdo a la norma dichos exportadores se pueden quedar con el 60% de las divisas y el resto 40% lo puede vender al BCV a la tasa de mayor conveniencia. Además, por ser Zonas Económicas Especiales, y tal como funcionan en muchos países, están exentas de pagar impuestos como “estímulos” para que inviertan, además de que muchas estipulaciones de la Ley del Trabajo en defensa de los trabajadores y las trabajadoras no se aplicarían.
Más aún, al día siguiente al discurso de Maduro en la Asamblea Nacional, el ministro de Economía, Finanzas y Banca Pública, Rodolfo Marco Torres, se reunía con inversionistas extranjeros, de los que hacía mención el Presidente, calificando dicho encuentro de “excelente”. El titular del despacho anunciaba que los empresarios “manifiestan total confianza e interés de continuar invirtiendo en Venezuela”. Pero veamos el calibre de los empresarios a que se refiere, y con los cuales Venezuela afianza sus alianzas, se trata nada menos que de corporaciones como Bank of America, Trend Capital, Van Eck Global, Aberdeen, Stone Lion Capital, Investec y Mangart.
La línea del Gobierno nacional, es hacer más y más acuerdos con los sectores empresariales, no solo nacionales sino también capitalistas extranjeros, aumentándoles las concesiones. Pero ellos continúan exigiendo mucho más todavía, por eso manifiestan incluso que la devaluación en curso no basta, considerándola insuficiente. Como orientación de conjunto, Maduro sigue el giro “pro-empresarial” y acuerdos para la penetración del capital internacional.
Los sectores asalariados se tendrán que apretar el cinturón
Maduro anuncia que sus medidas son para “garantizar el bienestar del pueblo”, sin embargo estas medidas de carácter “social” que anunció, incluyendo lo del incremento salarial, se quedan pequeñas con el golpe económico que sufrirá el pueblo trabajador. En su contrapartida, los beneficios que obtendrán los sectores empresariales con las medidas de ajuste económico, sobre todo cambiarias, serán grandes. Si alguien tenía dudas sobre las orientaciones económicas y políticas del Gobierno, ya Maduro se ha encargado de sacárselas.
Una vez más vemos cómo, cuando la crisis golpea al país y su economía, termina siendo descargada sobre el pueblo trabajador. La clase obrera venezolana tiene que prepararse frente a estos golpes que vienen desde el Gobierno en acuerdo con sectores empresariales, y salir a pelear sino quieren que sus conquistas obtenidas les sean arrebatadas, al tiempo que saber reconocer la demagogia de la oposición de derecha, cuyos planes económicos para “salir de la crisis” están en dirección de profundizar los ajustes que ya viene aplicando el gobierno.