Libia
No al ataque militar imperialista contra Libia. Solo el pueblo libio tiene el derecho de derrocar a Kadafi.
18/03/2011
El 17 de marzo, después de varias semanas de discusiones en las que emergieron diferencias importantes entre las distintas potencias imperialistas, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha dado luz verde un ataque militar aéreo en territorio libio, usando como cobertura “razones humanitarias” y la “protección de civiles”, explícitamente en Bengasi, el corazón del levantamiento popular contra Kadafi. La resolución 1973 habilita a que Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y otras potencias occidentales “empleen las medidas que crean necesarias”, lo que incluye bombardeos y ataques con misiles disparados desde los buques de guerra estacionados en el Mediterráneo desde que estalló el levantamiento contra Kadafi a mediados de febrero, aunque ante el temor de que sea visto como otra guerra imperialista en un país musulmán, se excluye la invasión con tropas terrestres.
Esta resolución fue aprobada con 10 votos a favor, entre ellos Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Líbano. Alemania, Brasil, la India, Rusia y China se abstuvieron, estos dos últimos, miembros permanentes del Consejo de Seguridad, evitaron usar su poder de veto que hubiera hecho imposible su aprobación.
Además, cuenta con el apoyo de la reaccionaria Liga Árabe y las petromonarquías del Consejo de Cooperación del Golfo, entre los que se encuentran nada menos que Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, que han mandado tropas para ayudar a la monarquía de Bahrein, miembro del Consejo y aliado fundamental de Estados Unidos, para sofocar la revuelta popular que desde hace más de un mes sacude a este pequeño reino, sede del cuartel general de la V Flota norteamericana.
El Consejo Nacional de Transición (CNT) libio, compuesto fundamentalmente por exfuncionarios de la dictadura de Kadafi y “notables” que incluyen abogados, jueces y sectores burgueses opositores al régimen kadafista, ha venido pidiendo a las potencias occidentales que intervengan, generando la ilusión de que los gobiernos imperialistas podrían actuar a favor de alguna causa popular. Pero mientras tanto se han ocupado de comprometerse con los representantes de estos gobiernos, a que el nuevo régimen que eventualmente surja, respetará, al igual que Kadafi, los intereses económicos y geopolíticos imperialistas.
La justificación “humanitaria” para la intervención imperiaista en Libia es una gran hipocresía. Mientras Obama se “preocupa” por los civiles libios, apoya la represión de la monarquía de Bahrein contra su propio pueblo y sigue las guerras de Irak y Afganistán donde han muerto decenas de miles de civiles por los bombardeos imperialistas. Por su parte, Sarkozy, que ahora posa de “abanderado” de la “democracia árabe” y fue el primero en reconocer al CNT, sostuvo hasta último momento al régimen de Ben Ali en Túnez, con el cual tenía relaciones promiscuas.
El verdadero objetivo de la intervención militar de las potencias imperialistas, apoyadas por sus aliados reaccionarios como las dictaduras y las monarquías de la Liga Árabe, es abortar el desarrollo del levantamiento popular armado, y evitar que una eventual caída de Kadafi pueda derivar en el surgimiento de un régimen que cuestione sus intereses y los negocios de las grandes petroleras como la italiana ENI y la francesa TOTAL. Intervienen para garantizar que el gobierno que reemplace a Kadafi sea tan proimperialista como este. Más aun, a nivel regional, una intervención imperialista en Libia sería una avanzada contra los procesos revolucionarios que se vienen desarrollando en varios países árabes y musulmanes, para imponer las salidas controladas o desvíos y mantener el sometimiento de estos países a los distintos imperialismos.
La oleada revolucionaria que sacude el mundo árabe está dejando al desnudo los verdaderos intereses de las principales potencias. No solo eran hasta hace escasas semanas los principales socios de los regímenes autocráticos contra los que se están levantado las masas, sino que siguen defendiendo regímenes reaccionarios, como hace Estados Unidos con las monarquías de Bahrein o de Arabia Saudita, para preservar a sus agentes más importantes que le garantizan sus intereses en la región.
La izquierda reformista, entre ellos el PS, el Partido de Izquierda y el Partido Verde en Francia, le dan crédito a la “carta humanitaria” y consideran que ante la superioridad militar de Kadafi es lícito que la dirección rebelde pida asistencia al imperialismo y de esa manera actúan de cobertura “progresista” del ataque militar, como antes hicieron en la ex Yugoslavia y Kosovo.
Cualquier gobierno que surja avalado por una intervención militar imperialista no será más que un títere al servicio de los intereses de las grandes potencias y corporaciones capitalistas.
Contra quienes pretenden presentar al levantamiento libio como una “conspiración imperialista” como hacen Hugo Chávez, Fidel Castro Daniel Ortega y otros gobiernos “progresistas” para justificar su defensa vergonzosa de la dictadura de Kadafi, los marxistas revolucionarios de la Fracción Trotskista – Cuarta Internacional, afirmamos que solo el pueblo libio tiene el derecho de derrocar a Kadafi.
Repudiamos la resolución de Naciones Unidas y toda injerencia o intervención militar imperialista. Los verdaderos aliados del pueblo libio son los trabajadores, los jóvenes desocupados y los pobres de los países árabes que se han levantado contra sus gobiernos autocráticos y proimperialistas, y el conjunto de los explotados que enfrentan en todo el mundo la opresión imperialista.
Llamamos a las organizaciones obreras, estudiantiles y populares, organismos de derechos humanos y organizaciones de izquierda, a convocar ya mismo una gran movilización en solidaridad con la lucha del pueblo libio y contra todo ataque militar o injerencia imperialista.
No a la intervención militar imperialista en Libia.
Abajo Kadafi. Por un gobierno obrero y popular