EL PAIS - 23-03-2011
Obama y Sarkozy pactan un papel clave para la OTAN en Libia
23/03/2011
París promueve un directorio político de la coalición con presencia de la Liga Árabe. -Alemania retira sus buques del embargo naval en el Mediterráneo. -Obama anuncia su intención de transferir el mando de las operaciones a otros miembros de la coalición. -Gadafi reaparece en un discurso en el que llama a la resistencia, mientras Clinton aventura que el dictador explora exiliarse.
R. MARTÍNEZ DE RITUERTO / A. JIMÉNEZ BARCA / A. CAÑO | Bruselas /
Francia vuelve a tomar la iniciativa en la operación militar en Libia. El ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, aseguró ayer en la Asamblea Nacional que ha planteado a su homólogo británico la creación de una dirección política que asuma el control de la intervención. "A iniciativa del presidente de la República se lo he propuesto a nuestros colegas de Reino Unido, que están de acuerdo", precisó Juppé. "Será una dirección política que reunirá a los ministros de Asuntos Exteriores de los Estados que participan y los de la Liga Árabe". París redondeó la jornada al anunciar anoche el Elíseo que Barack Obama y Nicolas Sarkozy se habían puesto de acuerdo sobre el modo en que las estructuras de la OTAN serán utilizadas para apoyar a la coalición internacional.
A falta de conocer los detalles de lo pactado entre los presidentes de EE UU y Francia, se sabe que la primera reunión de esa especie de Gabinete multinacional de crisis se celebrará pronto en Bruselas, Londres o París. Como nace con vocación de permanencia, los ministros se seguirán reuniendo "periódicamente".
Francia da este paso cuando ya se oyen críticas de distintos aliados sobre la falta de un mando unificado, piden otros que la OTAN asuma el control y Estados Unidos anuncia que en cuestión de días se colocará en un segundo plano en Libia. En este sentido, Barack Obama declaró ayer que está "absolutamente convencido" de que, pese a todas las dificultades, Estados Unidos será capaz de transferir el mando de la operación militar en Libia en el plazo previsto, que el presidente norteamericano repitió que será de "días, más que semanas".
EE UU asegura que la coalición funciona
En una conferencia de prensa celebrada en San Salvador junto al presidente salvadoreño, Mauricio Funes, Obama se refirió a su conversación de las últimas horas con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y con el primer ministro británico, David Cameron. Informó de que habían llegado a un acuerdo para que la OTAN tuviera un papel relevante en el próximo mando del ataque, aunque no ofreció detalles sobre la conformación de ese mando.
Obama dijo que los esfuerzos militares avanzan a buen ritmo, que la zona de exclusión aérea ya está impuesta y que "se ha evitado lo que pudo ser una catástrofe en Bengasi". El presidente norteamericano recordó que, una vez que el mando sea asumido por otros países, "no van a ser nuestros aviones los que mantengan la zona de exclusión aérea ni nuestros barcos los que vigilen el embargo de armas". Admitió que "mientras Gadafi se mantenga en el poder, persistirá la amenaza contra la población civil".
Reaparición de Gadafi
Mientras su presidente aseguraba que está "convencido" de que el problema diplomático entre los aliados se resolverá, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, abría una nueva vía en las especulaciones sobre el futuro de Gadafi al declarar, en una entrevista a la cadena ABC, que el dirigente libio y sus principales colaboradores podrían contemplar el exilio. La jefa de la diplomacia norteamericana indicó que algunas personas, "supuestamente en nombre de Gadafi", han comenzado a entablar contactos en el extranjero, aunque ella misma ha reconocido que podría ser "teatro". Clinton ha admitido que la forma en que se comporta el régimen de Libia es "un tanto impredecible".
Ajeno a estas especulaciones sobre su futuro, el dictador volvió a comparecer a última hora de la noche en la televisión estatal para asegurar que nadie le moverá de su jaima y animar a sus partidarios a que sigan luchando. "Lograremos la victoria al final (...). No nos rendiremos, les derrotaremos por todos los medios", gritaba Gadafi, quien ha declarado que su régimen está "preparado para la lucha, sea corta o larga". El coronel habló desde el edificio destruido dentro de su complejo palaciego por un misil de la alianza el día 21, rodeado por cientos de fieles con el doble papel de entusiastas espectadores y escudos humanos ante el temor de nuevos ataques.
El incierto papel de la OTAN
Con respecto a la OTAN, Alain Juppé mantiene la misma postura que desde el principio ha mostrado Francia: la estructura atlántica podrá asumir un papel de apoyo a la coalición, pero no más allá. "A partir de esta dirección política, utilizaremos las capacidades de planificación e intervención de la OTAN", precisó el ministro en lo que parecía darle la razón el comunicado del Elíseo.
Francia explica su resistencia a que la OTAN asuma el mando por la oposición de plano de los países árabes, un criterio que no todos los aliados comparten. Ese repudio bloquearía la, para Sarkozy, imprescindible participación árabe en el acoso a Gadafi, crucial para que la operación no sea vista como una intervención puramente occidental. Según France Presse, una conversación telefónica mantenida el lunes por Juppé con Amr Moussa acabó con las reticencias del secretario general de la Liga Árabe sobre la interpretación que se está haciendo de la resolución de la ONU, bombardeos de las defensas antiaéreas de Gadafi incluidos.
Juppé aseguró que la campaña libia terminará en cuanto Gadafi ordene "un alto el fuego" y sus tropas "vuelvan a los cuarteles". En la misma Asamblea Nacional, el primer ministro, François Fillon, defendió encendidamente la operación. "No es una guerra, es una intervención de ayuda al pueblo libio", aseguró. Descartó que en el futuro los soldados de la coalición invadan el suelo libio.
Acuerdos diplomáticos dentro de la Alianza
Ese movimiento diplomático coincidió con un apaciguamiento de los ánimos en la OTAN, donde los embajadores aliados fueron ayer capaces de alcanzar dos veces un acuerdo: decidieron lanzar la operación para imponer un embargo de armas a Libia y dieron el visto bueno al plan militar para establecer una zona de exclusión aérea en Libia. Rematar el acercamiento de posiciones con un acuerdo político sobre esta intervención parece cuestión de horas en vista del anunciado acuerdo entre Obama y Sarkozy. El secretario general aliado, Anders Fogh Rasmussen, ya quiso señalar horas antes que la idea de la OTAN es "ayudar en la aplicación" de una exclusión aérea. Ayudar entendido como aportación complementaria aún por definir.
El plan de embargo será esencialmente naval y será efectivo esta misma semana. Barcos y aviones de aliados "realizarán operaciones de seguimiento, información y en caso necesario de detención de busques sospechosos de transportar armas ilegales o mercenarios", anunció Rasmussen en un comunicado.
El secretario general hizo notar además la OTAN ha completado la planificación militar para imponer una zona de exclusión aérea sobre Libia. Con esos planes se trata de "hacer de forma clara nuestra aportación, si es necesario, al amplio esfuerzo internacional para proteger al pueblo de Libia de la violencia del régimen de Gadafi".
Los acuerdos anunciados por Rasmussen cerraban felizmente una jornada de transición hacia un acuerdo sobre los términos de la implicación aérea, de la OTAN, que deberá excluir toda implicación aliada en bombardeos a tierra, por exigencia turca. El primer ministro Recep Tayyip Erdogan advirtió ayer que Libia no debe convertirse en un nuevo Irak.
Pero un portavoz del Ministerio de Defensa alemán anunció anoche que dos fragatas y otros dos buques de la Armada, con 550 militares a bordo, que participaban en operaciones de la OTAN serán puestos nuevamente bajo mando nacional, informa Juan Gómez desde Alemania. Esta decisión se toma después de que se anunciara que la Alianza Atlántica iba a sumarse sumarse a las operaciones del embargo naval a Libia. Los 70 soldados alemanes que desempeñaban misiones de reconocimiento en aviones AWACS sobre el Mediterráneo también se han retirado.
Participación española en la operación
Está previsto que el avión español C-235 de vigilancia marítima que participará en la misión de embargo de armas a Libia parta hoy a las ocho de la base aérea de Getafe. Se completa así el despliegue español en Libia.
Desde que el lunes los cazas F-18 iniciaran su misión de patrulla aérea, los cinco aviones han realizado más de 33 horas de vuelo y el avión de reabastecimiento ha transferido más de 35.000 litros de combustible para que los cazas españoles pudieran realizar las labores de patrulla.
Ayer por la tarde, una vez autorizado por la OTAN el dispositivo naval para el embargo de armas a Libia, la fragata F-104 Méndez Núñez partió desde la base naval de Rota para incorporarse a la misión. El submarino S-74 Tramontana había hecho lo propio el día anterior desde Cartagena.
El coste estimado de la participación española en la operación internacional, autorizada ayer por amplia mayoría del Congreso de los Diputados, es de 10 millones de euros para el despliegue aéreo y de 5 millones de euros mensuales para los medios navales. Así, en caso de que la misión de embargo marítimo se prorrogue durante los tres meses previstos, el coste total sería de 25 millones de euros.