Crónica de la manifestación estudiantil del 8 de agosto en Chile
Una juventud sin miedo que no se cansa de salir a las calles
09/08/2012
Gabriel Muñoz – Coordinador de la Asamblea de estudiantes de Historia. U. de Chile y militante del PTR-CcC
Bárbara Brito – Consejera FECh, Facultad de Filosofía y Hdes. U de Chile y militante del PTR-CcC
Este miércoles 8 de agosto los organismos oficiales del movimiento estudiantil secundario y universitario (CONFECH, ACES, CONES) convocaron a una marcha a nivel nacional para protestar contra las nulas respuestas por parte de los parlamentarios de la Derecha y la Concertación a su “documento de 5 exigencias”.
Todo esto, en medio del mes donde se conmemora 1 año de la fecha en que cientos de miles de jóvenes, con el apoyo de los trabajadores y el pueblo, inundaron las principales avenidas de las ciudades de Chile contra la política del gobierno derechista de prohibir cualquier concentración pública. Pocos días después, durante el paro convocado por la principal central sindical de Chile, el 24 y 25 de agosto del 2011, caía el estudiante secundario Manuel Gutierrez por un balazo propinado por un policía de Fuerzas Especiales que reprimía las barricadas en su barrio y que aún está libre.
A la marcha de este 8 de agosto, asistieron cerca de 5.000 estudiantes, a pesar de la débil convocatoria que hicieron las principales figuras del dialogo social estudiantil, como Gabriel Boric (presidente de la FECH y militante de Izquierda Autónoma) que al igual que la dirección conciliadora de Camila Vallejo (militante del Partido Comunista), llevaron al movimiento estudiantil a los pasillos del Congreso y la Moneda (casa de gobierno). Frente a la esterilidad de su política, se vieron obligados a reubicarse y convocar a movilizaciones, aun cuando las autoridades del gobierno derechista negaron el derecho a marchar.
Y así fue. Asistieron miles de estudiantes y jóvenes que le han perdido el miedo a la represión, al régimen y a los discursos conciliadores de los actuales dirigentes.
El gobierno aplicó una brutal represión: bombardeó con lacrimógena la prematura concentración en Plaza Italia, detuvo sin criterio a cualquier estudiante, persiguió por calles a los activistas. Es más, preparó la noche anterior este escenario desalojando violentamente a los liceos tomados en algunas comunas, con detenciones que hicieron las Fuerzas Especiales, que implicaron denigraciones y violencia de género contra compañeras del liceo BHA A-92. Los estudiantes respondieron combatiendo a la policía: las barricadas se extendieron por algunas calles, protagonizando escaramuzas por cerca de tres horas. Producto de la rabia, resultaron tres buses del Transantiago quemados.
El gobierno, anunció que la marcha y su “resultado violento, no tienen nada que ver con la educación”. Esto habla de una derecha dura y patronal. El vocero de gobierno, Chadwick, planteó que esto “fue un acto de una minoría de delincuentes” y llamó a investigar para juzgar a los responsables. Esto como parte de la política de criminalización que viene impulsando el gobierno, que busca endurecer aún más las penas bajo la llamada Ley Hinzpeter que quieren votar (donde, entre otras cosas, se aplican penas de cárcel por tomas de establecimientos, cortes de calles, etc.). Las direcciones oficiales del movimiento estudiantil, por otro lado, plantearon que los hechos de violencia son el resultado de la “sordera” de los políticos, como lo planteó Boric: “los estudiantes queremos buscar puntos de encuentro con los parlamentarios, pero hemos recibido sólo portazos”. Esto muestra la clara política de las actuales direcciones (de Izquierda Autónoma, de las JJ.CC, incluso de corrientes más “criticas” como el FER y la UNE) de llamar a la lucha, pero como simple instrumento de presión parlamentaria. Como si ese parlamento binominal, que ha administrado y profundizado por la herencia pinochetista, pudiera conceder nuestras demandas.
Como joven liga trotskista, el PTR-CcC hemos impulsado asambleas de base para paralizar en cada una de las marchas, hemos apoyado e impulsado ciertas tomas en liceos, y estamos llamando en la acción a esa juventud sin miedo a levantar una corriente política, que actualmente se encarna inicialmente en la Agrupación Combativa y Revolucionaria que estamos levantando junto a activistas independientes. La lucha por una educación gratuita implica cuestionar y combatir todo el régimen pinochetista, que ha sido administrado por más de 20 años por la Derecha y la Concertación. La lucha continúa.
08-08-2012