Declaración de Clase contra Clase
Zapatero nos declara la guerra ¡Basta de diálogo con el Gobierno! Impongamos la Huelga General y un plan de lucha
21/05/2010
El Gobierno de Zapatero nos ha declarado la guerra. El anuncio del paquete de ajuste el pasado 12 de mayo en el Parlamento significa un salto en las políticas que se han venido manteniendo para hacernos pagar la crisis mientras se ha salvado sistemáticamente a empresarios y banqueros.
Dos años de crisis han provocado una tasa de paro superior al 20%, que además de no dejar de crecer, empeora día a día, con cada vez más trabajadores sin empleo ni subsidio. La pobreza y los desahucios se extienden en los barrios obreros, mientras la banca mantiene insultantes ganancias gracias a los mil-millonarios rescates públicos de los que se beneficiaron entre 2008 y 2009. El discurso social, o mejor dicho la careta, de Zapatero, sólo ha podido sostenerse por la complicidad de las direcciones sindicales, atadas al Gobierno durante todo este tiempo a través del diálogo y la paz social. Estos dirigentes han sido el principal balón de oxígeno de Zapatero, que ha sido bien empleado también por la patronal para hacer una “limpieza” histórica en forma de despidos masivos.
Un plan de ajuste draconiano en la línea de Grecia.
Sin embargo las consecuencias del plan de salvataje a la banca y otros sectores patronales (como las multinacionales del automóvil o las aerolíneas, entre otros), junto a la retracción económica, han engordado la deuda y el déficit público. Los mismos banqueros que se beneficiaron de 250.000 millones de ayudas y avales sólo en el Estado español y de préstamos al 1%, han comprado deuda pública que les aporta un 4 o 5% de interés. Fantástico negocio el de estos sátrapas, a los que se destina la tercera partida más grande de los Presupuestos, la del pago de intereses de deuda, de más de 23.000 millones de euros.
Para garantizar el pago a los acreedores nacionales e internacionales, el Gobierno, de acuerdo con la UE y el FMI que harán el papel de “vigilantes del plan”, pasa a una nueva y mayor ofensiva. Mientras mantiene la fiscalidad patronal en mínimos históricos (las plusvalías financieras sólo tributan el 1%) o ha liquidado el impuesto al patrimonio (que sólo lo pagan los que tienen más de 600.000 euros), sube el IVA en dos puntos y recorta en salarios de empleados públicos y pensiones. Por primera vez desde el fin de la Dictadura el conjunto de los empleados públicos van a ver rebajado en un 5% su salario para después congelarlo. Los pensionistas, unos 6.000.000, también sufrirán una congelación de las ya de por sí bajas pensiones a partir de 2011. Son las dos medidas estrellas de todo un paquete que incluye eliminar la ayuda a la maternidad, recortar las ayudas a las personas dependientes, reducir la ayuda al desarrollo…
Todo un plan de ajuste draconiano que se asemeja al que se está llevando adelante en Grecia, y el que prometen poner en marcha Portugal, Gran Bretaña, Francia… Aunque se hayan cansado de repetir que “España no es Grecia”, lo cierto es que contra los trabajadores las recetas son casi calcadas, lo cual no deja de poner en evidencia las similitudes entre el estado de salud del capitalismo heleno y el español.
Hacia un retroceso histórico de nuestras condiciones de vida.
Si algo tienen en común los planes de Papandreu en Grecia, Zapatero en el Estado español, o ahora Camerón en Gran Bretaña, es que en su agenda está el mayor recorte social desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Las medidas anunciadas el pasado 12 de Mayo son sólo el primer plato, lo que se le exigió como mínimo inexcusable al Gobierno español en la reunión del Ecofim del 9 de mayo. El próximo junio se “examinará” el cumplimiento, y es probable que se le pongan “nuevas tareas” ya que en un principio la exigencia de Alemania y Francia era de un recorte del doble de lo realizado, es decir 30.000 millones de euros en vez los 15.000 anunciados. Ya los banqueros están exigiendo nuevos y mayores recortes.
Los rescates históricos de los que se benefició la banca están pasando factura a los Estados. Y éstos, como buenos servidores de banqueros y patronos, llevan adelante el saneamiento de sus cuentas respetando escrupulosamente sus intereses. A los que se nos quiere hacer cargar con el peso de los miles de millones empleados para tapar los agujeros de los balances financieros somos los trabajadores, la juventud y los sectores populares. Pensiones, salarios, educación y sanidad pública, sistemas de protección social… pretenden ser esquilmados, una verdadera expropiación de la riqueza de los trabajadores y el pueblo para entregársela a los capitalistas.
Las democracias burguesas están demostrando su verdadero carácter de democracias para ricos y la UE el de contubernio de las distintas burguesías imperialistas europeas para llevar adelante sus políticas anti-obreras. La magnitud del ataque exige la máxima unidad de respuesta de todos los trabajadores y pueblos del continente, empezando por la solidaridad internacionalista con todas las protestas contra los planes de ajuste que se desarrollen en los próximos meses, como la que se viene dando en Grecia con un gran grado de combatividad. El camino emprendido por los trabajadores y la juventud del país heleno debe servirnos de inspiración de cómo se deben enfrentar los planes para hacernos pagar su crisis. Nuestra mejor arma de solidaridad es derrotar a nuestro propio Gobierno y su plan de ajuste.
Impongamos una Huelga General y un Plan de Lucha para derrotar al gobierno y su plan de ajuste
La paz social mantenida hasta ahora entre el Gobierno y las direcciones de CCOO y UGT parece que empieza a agrietarse. Zapatero ha cruzado la línea roja que Méndez y Toxo habían marcado, conscientes de que si tragaran con todos los planes del Gobierno quedarían completamente desprestigiados de su base sindical. Además este ataque afecta directamente a uno de los sectores más sindicalizados de los trabajadores, los de las distintas administraciones públicas. Al Gobierno no le ha temblado el pulso a la hora de decidir un ataque histórico contra éste sector, con lo que el resto de la clase trabajadora debemos ver esto como un “aviso a navegantes”. El Gobierno prepara aún peores ataques contra el conjunto de nuestra clase, por medio de las llamadas “reformas estructurales”, como la laboral que quiere cerrar en el mes de mayo o el “pensionazo” para alargar la edad de jubilación a los 67.
Por otro lado ya han salido las esperables voces de ministros y tertulianos a tratar de desprestigiar a los empleados públicos, y exigiéndoles que hagan un “esfuerzo solidario” pensando en los parados y trabajadores con peores condiciones. Pero, ¿qué esfuerzo solidario es ese? ¿Bajarse un 5% el sueldo para que el Estado pueda seguir pagando los intereses usureros a la banca y mantener abiertos los planes de rescate de cajas de ahorro y otros negocios de la patronal? La mejor solidaridad que pueden ejercer los trabajadores públicos con el resto de nuestra clase es ponerse a la cabeza de una movilización masiva contra el Gobierno y su plan, asumiendo al mismo tiempo las reivindicaciones del resto de los sectores obreros, soldando la unidad de la clase trabajadora que el Gobierno y la burguesía, con la complicidad de las direcciones sindicales, intentarán dividir para así pasar mejor su política de ajuste. Si la rebaja salarial de los funcionarios públicos pasa será una derrota para el conjunto de los trabajadores, tanto económica (pues los salarios privados se tratarán de ajustar, como ya reconocen economistas como el ex ministro Pedro Solbes), como política, pues se habrá dado un primer golpe a uno de los sectores en mejores condiciones para dar la pelea.
Desde Clase contra Clase saludamos las movilizaciones que se empiezan a convocar, como las manifestaciones y concentraciones del 20 de Mayo o la Huelga del sector público del 2 de junio. Ahora bien, la línea de las direcciones sindicales está siendo la de movilizar en exclusiva a los trabajadores del sector público. Esto sólo beneficiará al Gobierno, que podrá hacer mella en la división entre funcionarios por un lado y trabajadores del privado y parados por el otro. Estas jornadas de protesta deben ser puntos de partida de una lucha que se extienda al resto de la clase trabajadora, incluyéndose también la reivindicación de empleo para los parados y las demandas de sectores como los precarios, los temporales… empezando por el rechazo a las medidas en “cocina” como la reforma laboral. Sólo desde la máxima unidad de nuestra clase podremos hacer frente a la magnitud de los ataques que se plantean.
No confiamos en los dirigentes de CCOO y UGT, y tampoco de CSIF, que no han movido un dedo frente al paro masivo, para llevar adelante esta lucha consecuentemente. Han sido ellos los que pactaron la práctica congelación salarial de los trabajadores públicos que ahora el Gobierno incumple, o los que todavía mantienen las negociaciones con la patronal y Zapatero sobre la nueva Reforma Laboral para abaratar el despido. Si ahora llaman a una movilización es solo para descomprimir el cabreo, mientras mantienen el diálogo con el Gobierno anti obrero del PSOE. Por eso decimos:¡Basta de diálogo social y toda negociación secreta a espaldas de los trabajadores!. Impongamos un plan de lucha unificado de toda nuestra clase, que incluya una Huelga General de 24 horas, como primer paso de un plan de lucha que derrote al Gobierno y su plan de ajuste . 4.600.000 parados y el mayor ajuste contra los trabajadores desde el Franquismo son motivos suficientes para salir a la calle y terminar con la paz social con éste Gobierno que las direcciones sindicales han alargado vergonzosamente más de la cuenta.
Para hacerlo posible hemos de pelear por asambleas decisorias, elección de Comités de Lucha y delegados para coordinar las movilizaciones… en definitiva recuperar las mejores tradiciones del movimiento obrero, que además nos permita evitar que la lucha pueda ser conducida al desgaste o quedarse en meras “pataletas” simbólicas.
Por un Programa Obrero de emergencia para que la crisis la paguen los capitalistas.
Los llamamientos de Méndez y Toxo para que el “coste” de la crisis sea más “repartido” son la puerta a posibles acuerdos de la vergüenza que, a cambio de alguna pequeña concesión o carga sobre los beneficios patronales y bancarios, intenten “vendernos” un ajuste negociado. Contra esa política desde Clase contra Clase consideramos que hay que empezar a levantar un verdadero programa obrero de emergencia, que suelde la unidad de todos los trabajadores, con trabajo o sin él, del sector privado o el público, fijos o temporales, nativos o extranjeros…y una alianza con los sectores medios arruinados y los pobres de la ciudad y el campo contra los planes de la patronal y la banca. Un programa que avance sobre los intereses de los grandes empresarios para hacerles pagar a ellos su crisis.
Para acabar con la crisis de la cual ellos son responsables, debemos poner fin a la expropiación de riqueza a los trabajadores, debemos luchar por la expropiación de la riqueza que acumulan un puñado de capitalistas, como el Santander, Telefónica, etc.
– Contra el tijeretazo sobre el salario y las pensiones. El salario no es una variable de ajuste, por un salario mínimo de 1.200 euros que garantice que se cubren las necesidades inalienables de una familia. No a la contrarreforma de las jubilaciones.
– Contra el paro de masas. Por el reparto de horas de trabajo sin reducción salarial y por un plan de obras públicas que dé trabajo a los millones de parados, con salarios dignos, que en ningún caso deberían estar por debajo de los 1.200 euros. Por la nacionalización bajo el control de los trabajadores de todas las fábricas que cierren o despidan en masa.
– Contra las subidas del IVA y los recortes en prestaciones sociales. Supresión de todo impuesto regresivo como el IVA, donde el grueso de la carga cae sobre los sectores populares y que se impongan impuestos a las grandes fortunas. ¡¡¡ No pagaremos la deuda generada en beneficio de los capitalistas!!!
– Contra la banca usurera y los desahucios, paralización de todo desahucio y por el derecho a una vivienda digna para toda familia o joven en base a un plan de vivienda pública y la expropiación de las viviendas vacías de los especuladores.
Contra los privilegios de los políticos y diputados corruptos. Mientras millones de trabajadores apenas llegamos a fin de mes, los diputados nacionales y autonómicos ganan miles de euros de sueldo bruto, esto sin contar con las dietas ni otros conceptos de representatividad. Que todos los cargos políticos ganen al mismo nivel que el de un empleado público medio.
– Aumento del presupuesto educativo y de salud. El “plan de austeridad”, es la antesala de los recortes en Sanidad y Educación, que ya se vienen deteriorando. Mentira que no hay dinero estas necesidades elementales. Empecemos por lo sano: ¡Basta de regalos fiscales y presupuestarios a los grandes empresarios! ¡Fin de la subvención directa o indirecta a la Iglesia Católica!
Los recursos para hacer posible este programa deberían salir de la nacionalización sin indemnización de la banca y las cajas de ahorro, que sirva también para suministrar crédito barato a los pequeños productores arruinados, así como de las principales industrias y empresas del país, y su puesta bajo el control de los trabajadores. O ellos o nosotros: Si no queremos caer en la miseria del ajuste permanente de nuestras condiciones de vida que hoy pega un salto con el tijeretazo de Zapatero, hay solo una salida: tocar las ganancias y el patrimonio de los grandes capitalistas.
Un programa obrero de emergencia como éste que proponemos solo podrá ser aplicado hasta el final por un Gobierno de los trabajadores y el pueblo. Solo este gobierno puede ofrecer una alternativa distinta al actual camino de catástrofe al que nos conducen los partidos de esta democracia para ricos, el PP y el PSOE, que se vienen alternando en los distintos Gobiernos al servicio de la patronal y la banca del Régimen reaccionario del 78 con la bendición del monarca.
15/05/10