Ébola: escasez de alimentos y aislamiento en una epidemia con final abierto
02/09/2014
03/09/2014 - La epidemia de ébola está agravando la seguridad alimentaria en África Occidental, según un comunicado de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO por sus siglas en inglés). A la conocida escasez alimentaria prevalente en la región, se suman ahora las migraciones ocasionadas por el brote, el aislamiento internacional y la cuarentena implementada (y más tarde levantada) en áreas como el barrio West Point en la capital de Liberia, Monrovia.
"Incluso antes del brote del ébola, los hogares en algunas de las partes más afectadas gastaban hasta el 80 por ciento de sus ingresos en comida", dijo Vincent Martin, jefe de la FAO.
Mientras se aproxima la cosecha, se sabe que la producción de arroz y maíz se reducirá debido a que la migración y las restricciones de movimientos provocan falta de mano de obra en las granjas. El precio de la yuca en un mercado de Monrovia ha subido un 150 por ciento en las primeras semanas de agosto.
CUARENTENA Y AISLAMIENTO INTERNACIONAL
"Algunos países han prohibido la escala de buques en sus puertos, y muchas empresas se están negando a transportar carga a los países afectados. Esto, unido a la suspensión de vuelos, está creando grandes dificultades para los suministros vitales y está aislando aún más a las zonas de contagio", remarcó la semana pasada el presidente ghanés John Dramani Mahama.
El 20 de agosto, en contra de las recomendaciones internacionales de expertos en control del ébola, la presidenta de Liberia Ellen Johnson Sirleaf impuso una cuarentena en el barrio de West Point. El ejército fue el encargado de hacerla cumplir a punta de fusil y un niño de 15 años fue asesinado intentando quebrar el cerco militar.
La cuarentena y el aislamiento, medidas que pueden ser válidas si se usan en forma correcta y en situaciones precisas, han sido utilizadas históricamente por las clases privilegiadas como excusa para segregar sectores enteros de la sociedad y condenarlos al contagio y muchas veces a la muerte. Esta barrera de contención, sumada a otras medidas de salud pública para controlar la diseminación han sido la respuesta histórica desatada por el temor de que las enfermedades de los pobres afecten a los estratos más acomodados.
El intento de aislar la región de África Occidental y los esfuerzos torpes y tardíos de la OMS y otros organismos internacionales por contener la epidemia en la región más pobre del mundo, muestran que hoy la lógica es la misma, esta vez a nivel internacional: que la epidemia no se extienda a otros continentes. Esto explica por qué el impresionante despliegue de recursos propuesto ayer por la OMS, el desarrollo express de vacunas, y las demás medidas implementadas, ni siquiera entran en cuestión a la hora de combatir el paludismo, que se cobra entre 700 mil y 2,7 millones de muertes al año.
FUERA DE CONTROL
"Está saliéndose de control. La situación es mala y parece que va a ponerse peor rápidamente. Todavía hay una ventana de oportunidad para controlarlo, pero esa ventana se está cerrando y necesitamos actuar ahora", dijo Tom Frieden del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la semana pasada que la epidemia de ébola en África Occidental podría afectar a más de 20.000 personas. La epidemia ya ha causado más de 1.500 muertes sobre los 3.069 afectados, aunque se cree que el número real de enfermos es mucho mayor.
La OMS estima que tomará entre seis y nueve meses detener la epidemia de ébola en África Occidental, y presentó un plan estratégico para combatir el virus que implicaría un costo de 500 millones de dólares. Hasta el momento la epidemia se confina a cuatro países: Sierra Leona, Liberia, Guinea y Nigeria.
Criticada por su lenta reacción inicial, la OMS lanza este programa para contener la epidemia: "Es una gran operación. Estamos hablando de más de 12.000 personas como empleados locales y de 750 expertos internacionales y existen circunstancias de alto riesgo. Es una operación costosa", dijo Bruce Aylward, uno de los directores del organismo internacional.
El 24 de junio la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) había declarado que el brote estaba fuera de control, que sus equipos estaban agotados y pidió un despliegue masivo de recursos. La OMS tardó hasta el 31 de julio para lanzar un plan para dar respuesta a la emergencia.
A esta delicada situación se suma la mora en el pago de salarios a los trabajadores de la salud de las ciudades más golpeadas por el ébola, Liberia y Sierra Leona. La falta de pago de los últimos dos meses ha llevado a los trabajadores a emprender esta medida de fuerza.
TERAPIAS EXPERIMENTALES
Paralelamente, GlaxoSmithKline (GSK) dijo que probará en humanos una vacuna experimental contra el ébola y que espera “producir hasta 10.000 dosis si los resultados son positivos”.
Esta vacuna, que está siendo desarrollada junto al Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, por su sigla en inglés), sería suministrada a voluntarios sanos en Gran Bretaña, Estados Unidos y África.
Previamente este mes, la OMS dijo que la actual epidemia de ébola era una "emergencia de salud internacional". El temor de que la enfermedad pudiera propagarse fuera de Africa Occidental permitió el uso de fármacos aún en desarrollo para tratar algunos de los casos. Dos trabajadores de salud estadounidenses infectados en Liberia recibieron el fármaco experimental ZMapp y tuvieron una respuesta satisfactoria.
DETERMINANTES SOCIALES DE LA SALUD
Es imposible entender el brote de ébola en la región de África Occidental sin tener en cuenta los determinantes sociales de la salud y la enfermedad. Las mismas condiciones que condenan a más de 750 mil niños desnutridos por año a morir por una simple diarrea son las que explican el surgimiento y propagación de enfermedades epidémicas como el ébola. La falta de vivienda, educación, alimentación adecuada y otros recursos económicos constituyen la base para estos fenómenos epidemiológicos. Pero lejos de culpabilizar a las víctimas por sus hábitos culturales –como se hace con frecuencia desde los organismos internacionales y medios de difusión-, el foco debe ponerse sobre los agentes que provocan estas condiciones: la explotación en manos de las corporaciones extranjeras, la expoliación de recursos naturales y el legado de pobreza y opresión que han dejado los años de colonialismo y que se perpetúa en la región con la mayor desigualdad del mundo.
Ejemplos de esto son la multinacional de capitales británico-estadounidenses Farm Lands of Africa, que goza de un contrato por 99 años para explotar miles de hectáreas en Guinea y tiene en sus planes el sondeo para la venta de otros cientos de miles de hectáreas no productivas. La utilización de 700 mil hectáreas para la producción de biodiesel por parte de la compañía italiana Nuove Iniziative Industriali es otro ejemplo.
A las naciones occidentales y las instituciones financieras internacionales les cabe la responsabilidad del rumbo neoliberal de las políticas públicas en la región, impuestas como requisito para recibir los créditos del Banco Mundial y el FMI.
Pareciera que la historia y la economía pueden explicar mejor que la biología el brote actual de ébola en África.