COP16 en México
Farsa contra el cambio climático en la Cumbre de Cancún
17/12/2010
La COP 16 en Cancún, México
Contra el cambio climático: Fortalezcamos una alternativa de movilización obrera y popular independiente, anticapitalista y socialista
La península de Quintana Roo, México, a lo largo de las paradisíacas costas de Cancún, fue la sede de la última Conferencia de las Partes (COP16) . Desde los últimos días de noviembre y hasta finalizar la COP16, Cancún se volvió un bunker militar. Un despliegue de más de 5 mil elementos de la policía federal, estatal, municipal, antimotín, elementos de la marina y casi 5 mil militares; barreras de acero de 3 metros de alto alrededor del Moon Palace -emporio del lujo y la opulencia donde se llevó a cabo la cumbre-, múltiples retenes rumbo a la zona hotelera y convoyes de camionetas de policías y militares a lo largo de la ciudad, fue el mecanismo utilizado para mantener a raya cualquier tipo de protesta en las calles contra la COP16.
La farsa de Cancún, con licencia para matar… al planeta.
Días antes circulaba en los medios la impresión de que Cancún podía convertirse en la tumba del Protocolo de Kyoto (que ya de por sí no constituyó nunca una solución al problema ecológico). Los hechos hablan por sí solos. El acuerdo de Cancún crea las condiciones para vaciar de contenido el Protocolo y el más beneficiado es Estados Unidos; la potencia hegemónica que firmó el acuerdo y nunca lo ratificó, y cuyas emisiones de CO2 representan casi la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo. El imperialismo yankee y los países capitalistas más desarrollados del globo, se niegan, como en las COP anteriores, a perder sus grandes negocios, a disminuir sus privilegios y a reducir sus jugosas ganancias.
Durante los diez días que duró la Conferencia, sólo se hizo más evidente lo que ya era del dominio público. A los gobiernos imperialistas que son regidos por el capital sólo les importa aumentar las ganancias a toda costa. Aún cuando el precio sea el planeta y, por lo tanto, todas las especies vivas sobre él.
El caótico y devastador sistema de producción capitalista es incapaz, por definición, de brindar una salida real y definitiva al cambio climático. Las gigantes corporaciones que rigen el mercado ven golpeados sus intereses al tocar el tema de la conservación del planeta. Cualquier medida que implique una reducción en las ganancias no será llevada a delante, pues la realidad demuestra que no serán los gobiernos capitalistas los que inviertan hasta el final y sin efectos nocivos en energías alternativas, los que nacionalicen la industria a favor de los trabajadores, ni los que planifiquen la economía nacional según las necesidades del pueblo trabajador.
Por una salida independiente y de lucha contra el capitalismo
Plantearnos la necesidad de actuar para salvar el planeta es, necesariamente, reconocer el carácter anticapitalista de la lucha ambiental, y el papel central que desempeña la clase trabajadora en la lucha por un mundo sin explotación, opresión, hambre y miseria, y sin devastación irracional de la naturaleza. La clase trabajadora, aliada a los millones de pobres urbanos, campesinos e indígenas y pueblos oprimidos del mundo, es la única que, tomando el cielo por asalto, puede hacer realidad una economía planificada, basada en la expropiación de los medios de producción y su socialización mediante la planificación socialista; una economía puesta en función de las necesidades de la mayoría de la sociedad, puede sentar bases para un uso racional de los recursos naturales y la preservación de la naturaleza, y reducir los efectos catastróficos del cambio climático.
Durante la COP16 no se avanzó ni un paso hacia una salida de fondo al problema del cambio climático. Se abrió la puerta a la privatización desbocada y a hacer negocios con el problema del medio ambiente. Es necesario organizarnos de manera independiente a las corporaciones que sólo buscan aumentar sus ganancias, a los partidos patronales enemigos del bienestar de los trabajadores y los pueblos, y a los gobiernos que se subordinan a la política imperialista. En los barrios, escuelas, fábricas y centros de trabajo, reflexionemos y discutamos un programa alternativo y clasista para luchar contra el calentamiento global, la expoliación al medio ambiente y sus principales responsables, los capitalistas y su lógica devastadora.
Los integrantes de la Agrupación Contracorriente y la Liga de Trabajadores por el Socialismo(Organización hermana del PTS e integrante de la FT-CI), participamos del campamento de organizaciones juveniles, estudiantiles, campesinas, sindicales y políticas contra la COP16, y nos sumamos a las movilizaciones contra la cumbre. También, venimos impulsando un debate ante las organizaciones que reivindican la lucha contra el cambio climático y el capitalismo. Es condición necesaria para la lucha, denunciar que para erradicar el uso irracional de recursos naturales y la indignante explotación de la mayoría trabajadora del mundo, la clase trabajadora debe ser protagonista en esta lucha. Sólo con sus métodos: paros, huelgas, piquetes y fábricas bajo control obrero, puede paralizar la producción y la circulación de mercancías, arrinconando a los capitalistas. Lo que implica también una perspectiva no solo anticapitalista sino de lucha por el socialismo.