Gran Bretaña
Respuestas autoritarias frente al fenómeno de los “jóvenes yihadistas”
26/08/2014
Gran Bretaña: respuestas autoritarias frente al fenómeno de los “jóvenes yihadistas”
El asesinato del periodista James Foley, supuestamente a manos de un ciudadano británico, encendió las alarmas en el gobierno. Seestima que hasta 500 jóvenes británicos, en su mayoría de origen inmigrante, se habrían unido como combatientes en las filas del Estado Islámico. Voceros del gobierno y de la oposición exigen medidas represivas contra los que viajan a Irak y Siria.
El asesinato del periodista James Foley, supuestamente a manos de un ciudadano británico, encendió las alarmas en el gobierno. Seestima que hasta 500 jóvenes británicos, en su mayoría de origen inmigrante, se habrían unido como combatientes en las filas del Estado Islámico. Voceros del gobierno y de la oposición exigen medidas represivas contra los que viajan a Irak y Siria.
La imagen de un militante del Estado Islámico vestido de negro, encapuchado y con un cuchillo a punto de ejecutar al reportero James Foley se propagó viralmente por Internet. La subsiguiente noticia que revelaba que el militante yihadista hablaba con acento británico encendió todas las alarmas. El “combatiente John”, como fue apodado en los medios, desvelaba la existencia de los combatientes yihadistasde origen británico. Según informó el diario británico The Sunday Times el día 24, se habría identificado al hombre detrás de la máscara como AbdelMajedAbdelBary, un joven educado de 23 años que habría vivido en un barrio de clase media londinense. Una noticia que fue desmentida posteriormente por los servicios de inteligencia MI5 y MI6.
El caso no sería una excepción.El embajador británico en Estados Unidos, Sir Peter Westmacott, y voceros de los servicios de seguridad estiman que unos 500 jóvenes del Reino Unido se sumaron al ejército del Estado Islámico y otros grupos yihadistasen Irak y Siria. Se trata de jóvenes nacidos o naturalizados en el Reino Unido, muchos de ellos con estudios universitarios, uno de ellos gerente de una popular tienda de ropa. La mayoría son varones pero también se reveló que chicas jóvenes se alistaron a la causa. Sus edades oscilan entre los 16 y los 25 años.
Altos cargos políticosy voceros del gobierno y de la oposiciónsostienen que se trata de jóvenes que no se adaptaron a los valores de ‘nuestra’ civilización. Autoridades políticas y religiosas se han sumando en un coro pidiendo que se tomen verdaderas medidas represivas frente a este fenómeno.
Boris Johnson, intendente de Londres y ansioso aspirante a primer ministro, ha escrito en su columna dominical del periódico The Telegraph que “todo aquel que intente regresar al Reino Unido luego de visitar Irak o Siria ‘sin un buen motivo’ deberá ser clasificado como potencial terrorista y tendrá que ser arrestado”. Agregó incluso que es necesariouna reforma legal y modificar el principio de ‘presunción de inocencia’ para quienes viajen a dichos países.
Por su parte, George Carey, ex obispo primado (máxima autoridad religiosa del país), declaró que se debe impedir el ingreso al país a los jóvenes que fueron a combatir exigiendo que se les despoje de su ciudadanía y se les retire el pasaporte. Carey añadió que la culpa de la radicalización de los jóvenes hay que encontrarla en el multiculturalismo que permite que las comunidades de inmigrantes se establezcan “en nuestras ciudades construyendo identidades separadas”.
La ministra del interior, TheresaMay, del partido conservador, anunció en un artículo publicado también enThe Telegraph que está trabajando en la implementación de medidas para combatir la radicalización de los jóvenes, entre otras: atribuir nuevos poderes civiles para identificar a aquellos que buscan reclutar a otros jóvenes, ampliar el uso de órdenes judiciales contra grupos extremistas y asignar nuevas responsabilidades anti-radicalización a los organismos públicos. Tras el asesinato de Foley aumentó la presión para que estas recomendaciones, incluidas en un informe presentado al PM David Cameron en diciembre de 2013,se hagan efectivas.
Las declaraciones cuestionando el multiculturalismotienen como común denominador la estigmatización de losjóvenes inmigrantes. Estosya son víctimas de abusos policiales y podrán volverse blanco de ataques xenófobos, mientras el llamado a nuevas disposicionesfortalece la represión estatal.
Por otra parte, representan un ataque a las libertades democráticas que tocan incluso aristas de la jurisdicción internacional, ya que no se puede despojar a una persona la nacionalidad de su país de nacimiento tal como reclaman algunos de los voceros más extremos.
Desde el inicio de la operación “Margen Protector” de Israel en la Franja de Gaza, en el Reino Unido se convocaron multitudinarias marchas en repudioa la matanza de civiles palestinos. Con este telón de fondo, y dada la numerosa población de origen musulmán en el país, el gobierno apunta-de momento-a los jóvenes radicalizados. Sin embargo,la retórica contra la juventud inmigrantese inscribe en el marco de una creciente popularidad de las variantes xenófobas y derechistas en Gran Bretaña, incentivando la marginalización de toda la comunidad inmigrante.