Rumania
Ataque brutal del gobierno y del FMI contra los trabajadores
19/05/2010
El jueves 6/5, el presidente rumano Traian Basescu anunció un nuevo plan de ajuste brutal contra los trabajadores del sector público, los jubilados y los desocupados para evitar el bloqueo del pago del próximo tramo del préstamo contraído con el FMI. Este plan consiste en una baja de un 25% de todos los salarios de los funcionarios, incluso el mínimo, y de un 15% de las pensiones de los jubilados y de los desempleados. Este plan afectaría así a 1,3 millones de funcionarios y a 4,6 millones de jubilados. Además, en lo que va del año, 36.000 funcionarios fueron despedidos y otros 70.000 podrían seguirles.
Rumania es un país que, junto con otras semi-colonias del patio trasero de la UE, fue muy afectado por la crisis económica mundial. Su economía se contrajo más de 7%; de los 760.000 desempleados que cuenta el país actualmente (8,3%), 440.000 perdieron su trabajo en 2009; en 2010 podría haber 500.000 despidos más. Para evitar una devaluación drástica de su moneda, el lei, y una disparada de la inflación, el gobierno tuvo que contraer un préstamo de 20.000 millones de euros con el FMI, la UE y el Banco Mundial. Sin embargo, esta “ayuda” estuvo condicionada a la aplicación de duros ataques a los trabajadores y a las clases populares como el aumento de la edad jubilatoria, aumento del IVA, supresión de puestos en el sector público.
Sin embargo, este multimillonario préstamo resultó incapaz de resolver la crisis y hoy en día el gobierno rumano ya habla de un nuevo préstamo en 2011 por 30.000 millones de euros. Por otro lado, el presidente reconoció que dependen del FMI ya que en ningún otro lado podrán “conseguir un préstamo tan grande, y eso significa que [sin el dinero del FMI] no podremos pagar (...) los salarios y las pensiones”. En ese sentido, el ejemplo de la crisis en Rumania, que empezó un año antes que la griega, es una muestra de los límites de los planes de “ayuda” del FMI y Cía.
La oposición del Partido Social-Demócrata (PSD) denuncia un “genocidio social” y propone… un “sistema de impuestos diferenciado”. También prometen hacer caer al ya muy desgastado gobierno de Emil Boc a través de una moción de censura, lo que ya hicieron en octubre del año pasado.
Frente a este ataque brutal a los trabajadores, la reacción de la burocracia sindical fue un miserable pedido de “repartición de los esfuerzos”: “Entendemos que se trata de un momento de crisis, que las finanzas de nuestro país y el mismo país pasan por un mal trance, pero no entendemos porqué los costes de la crisis los tienen que soportar únicamente la población. (…) Lo pasamos mal, pero las dificultades deben ser distribuidas proporcionalmente entre las diferentes categorías sociales”. Así, la burocracia no sólo se suma al carro del PSD, sino que incluso se alinea con la patronal: “En gran medida, las patronales y los sindicatos presentaron [en el Consejo Económico y Social convocado por el gobierno el lunes pasado] medidas anti-crisis similares (…) Además, están de acuerdo en reducir en un 25% el fondo de salarios (!), pero proponen recortar los ingresos de forma diferencial. Los mismos sostienen que no se recorten las pensiones más bajas de 1.000 lei (aproximadamente 240 euros)”.
A pesar de esta actitud, que prepara futuras traiciones a los trabajadores, bajo la presión de las bases, la burocracia se vio obligada a llamar a una huelga y manifestación masiva este miércoles 19/5. De ésta participaron entre 30.000 y 50.000 personas que exigieron el retiro del plan y la renuncia del presidente Basescu. Los sindicatos amenazaron también con llamar a una huelga general a partir del 31/5 si sus reclamos no son escuchados. Al mismo tiempo, los sindicatos de la administración y de los maestros ya llamaron a la huelga general por tiempo indefinido para el 31/5. Igualmente, desde el anuncio de las medidas, se llevaron a cabo otras manifestaciones, como la del 12/5 que reunió a cientos de jubilados, estudiantes, trabajadores del sector público y campesinos: “yo gano a penas 65 euros por mes… ¡y es a mí que me piden que haga un esfuerzo! No es justo”, decía una jubilada; “va a ser como en la revolución de 1989 y la gente va a terminar muriendo en la calle. Estamos viviendo prácticamente peor que en la era comunista”, dijo otra manifestante.
Si durante la semana pasada los altos dirigentes imperialistas se turnaban para hablarnos de los peligros del “contagio de la crisis griega al resto de la UE”, lo que está claro esta semana es que el “contagio de los ataques a los trabajadores” ya es un hecho consumado. Es por eso que la respuesta debe estar a la altura. En el momento en que el epicentro de la crisis mundial se instala en Europa, los trabajadores de Rumania, así como los trabajadores de Grecia y todos los trabajadores de Europa sometidos a ataques brutales, deben torcerle la mano a la burguesía, a sus gobiernos y a sus “planes de ajuste”. ¡Una victoria suya, es una victoria de todos los trabajadores! Es por eso que decimos:
¡No al pago de la deuda! ¡No al plan de ajuste!
¡Abajo las burocracias sindicales cómplices!
¡Por la auto-organización de los trabajadores!
¡Nacionalización bajo control de los trabajadores de la banca y de toda empresa que cierre o despida!
¡Reparto de las horas de trabajo entre todos los brazos disponibles hasta acabar con el desempleo!
¡Solidaridad internacional! ¡En estos tiempos de crisis, que la crisis la paguen los capitalistas!